LUNES Ť 17 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
ASTILLERO
Ť Julio Hernández López
LUEGO DE SEIS años de ausencia, los aviones militares mexicanos volvieron a participar en el desfile central conmemorativo de la Independencia patria. Seis aparatos F5 y cuatro Hércules dieron cuenta de que ha quedado atrás el trauma originado en 1995, cuando hubo un raro accidente en el aire que llevó a cancelar las exhibiciones de destreza de los pilotos nacionales de guerra.
EN OTRAS CIRCUNSTANCIAS podría parecer poco significativo el gesto de volver a lucir en acrobacias lo mejor del inventario de la Fuerza Aérea Mexicana, pero lo contrario sucede cuando la máxima potencia mundial prepara con todo detenimiento una guerra santa contra el terrorismo y, en ella, el gobierno de México se apunta con entusiasmo para jugar el papel de acólito, sacristán o simple fiel con rosario en la mano.
LA REVALUACION DEL espíritu bélico mexicano ha sido uno de los objetivos de la actual administración (recuérdese la búsqueda de participación activa en las fuerzas internacionales de paz y en el Consejo de Seguridad de la ONU), y los atentados terroristas de la semana pasada en suelo estadunidense le han abierto la posibilidad de desplegar un discurso que trata de insertar a todo lugar a México en la toma de represalias que los vecinos preparan contra sus agresores. El Presidente mexicano ha llegado al extremo de sugerir que nuestro país tiene también cuentas guerreras por cobrar, pues ha sido uno de los expresamente agraviados por los citados atentados, ya que entre los muertos hubo paisanos que laboraban en las torres gemelas de Nueva York.
EN CONJUNTO, LA postura del gobierno mexicano está buscando involucrarse al máximo posible en la guerra venidera aunque, circunstancial, oratoriamente, en el estilo de permanente contradicción que caracteriza al foxismo, se haya incluido la noche del 15, en la fórmula ritual del Grito, un viva a la unidad y la paz nacionales que suplió la intención presidencial de pedir a los reunidos en el Zócalo que guardaran un minuto de silencio en recuerdo de los (mexicanos) muertos el martes pasado en Estados Unidos. No se desea ver los toros desde la barrera, sino estar en el ruedo, así sea como mozo de estoques o peón de brega. De hecho, el Presidente mexicano ha asumido en su discurso algunos estribillos típicos del estadunidense: este sábado reciente, por radio, Fox habló de defender la democracia, la justicia, la libertad, los valores de la convivencia que siendo en sí mismos compartibles y defendibles, asumen connotaciones distintas cuando se emparentan con la apropiación que de ellos hace el sistema estadunidense, entendiéndolos como alineados a la concepción imperial que desde Washington se ha tratado de imponer al mundo, y sobre todo en estos momentos en que Bush habla por teléfono con todos los mandatarios que le es posible para que faciliten, toleren, justifiquen y se sumen a la guerra contra los autores y los cómplices de los atentados de la semana pasada.
SABIDO ES QUE algunos de sus funcionarios y asesores tienen más fuerza que el Presidente, pues éste tiene poca experiencia política y una notable incultura en asuntos internacionales (se habla del mandatario estadunidense), por ello es que personajes como Dick Cheney, el vicepresidente, suelen tener más fuerza en sus declaraciones y posturas. Ayer, por ejemplo, el citado Cheney fijó oficialmente por primera vez a Osama Bin Laden como el principalísimo sospechoso de los atentados del pasado martes, y advirtió que quienes hubieran dado asilo, bienes, bases a esos terroristas, enfrentarán "toda la furia de Estados Unidos". Horas después, el presidente formal, Bush, hubo de secundar las declaraciones del poderoso vicepresidente Cheney jurando incluso que "liberará al mundo de malvados".
EN EL OTRO bando, el de los buenos, se apunta a sí mismo el jefe del Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, quien hoy rendirá su primer Informe de Gobierno. "Voy con la confianza de que se está trabajando, que no ha quedado de nuestra parte, nosotros hemos hecho todo nuestro esfuerzo", explicó el tabasqueño, cuya voluntad de trabajo le lleva diariamente a estar de madrugada despachando en sus oficinas capitalinas. Tan está del lado de los buenos el jefe de Gobierno que no quiso analizar ni comentar la frase con la que el presidente Fox copeteó el Grito del 15, en la ceremonia en que le acompañó el mencionado López Obrador.
OTRA CEREMONIA SE llevó a cabo en Nuremberg, para entregarle a Samuel Ruiz el Premio Internacional de los Derechos Humanos, en reconocimiento a las décadas que ha dedicado a la defensa de los indios mexicanos y a la lucha por la paz. Allí se habló de otras catástrofes, de otras masacres menos televisadas que las de las torres gemelas; como por ejemplo la de Acteal, cuyos causas siguen vigentes, en demanda de que los gobiernos del cambio (el federal y el estatal) hagan algo más que discursos para combatirlas. (Por cierto, los agentes de Seguridad Pública de Chiapas declararon desde el sábado un paro de labores, en un signo más del desorden en que se ha convertido aquella entidad con Pablo Salazar como gobernador.)
DESORDEN, Y EN serio, también lo hay en los grandes símbolos de la tecnología y el dinero, como son los bancos Bilbao Vizcaya Argentaria y Bancomer, que al estar en proceso de fusión han generado problemas de toda índole a sus usuarios, como sucedió este viernes y sábado, cuando fallaron los sistemas de cajeros automáticos y de manejo cibernético de cuentas. La combinación de ingredientes fue escandalosa: Fin de semana, fiestas patrias y caída del sistema de retiro de efectivo y de pago de nóminas.
ASTILLAS
SIENTA UN PRECEDENTE importante la aceptación que ha decidido hacer el gobierno de Guerrero de la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para indemnizar a 16 indígenas mixtecos a quienes, en 1998, personal de la Secretaría de Salud obligó a esterilizarse, mediante vasectomía, a cambio de ayudas oficiales como Progresa y Procampo. No deja de haber jiribilla en la circunstancia de que los hechos se produjeron cuando el gobernador era Angel Aguirre Rivero y no quien ahora acepta el castigo, René Juárez, pero lo trascendente es la posibilidad de que violaciones similares de los derechos humanos puedan ser sancionadas...
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