VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Muchos creen que no soy de aquí, dice el baterista

Musicalmente México no figura en el ambiente, asegura Antonio Sánchez

JORGE CABALLERO

A sus 29 años el baterista mexicano Antonio Sánchez ha acompañado a Danilo Pérez, Paquito de Rivera, David Sánchez y Pat Metheny, entre otros grandes; hoy se presenta en el Festival Internacional de Jazz 2001 junto al mexicano Héctor Infanzón. Antonio Sánchez para empezar comentó: "Me han dicho 'nunca pensé que un mexicano pudiera tocar jazz'; por lo regular siempre asumen que soy mexico-estadunidense; a otros se les hace raro que no haya más mexicanos en el ambiente".

15af2.jpgSánchez informa: "Llegué a Nueva York hace dos años; antes estuve en Boston estudiando en la escuela de Berkley y un año en el conservatorio de Nueva Inglaterra; pero siempre tuve la inquietud de irme a Nueva York y por suerte me ha ido bien, no puedo pedir más ahora".

-¿Has encontrado racismo por ser mexicano?

-Racismo sí, lo hay y mucho, pero es la gente que está cerrada del coco; se da a todos los niveles: hay blancos que no dejan que ni un latino o negro toque con ellos; negros que tampoco dejan a latinos y blancos tocar con ellos. Siempre te encuentras situaciones así, pero a los músicos que estamos por la música no les importa si eres chino, palestino, israelí o mexicano, si tocas bien te aceptan; por suerte es la gente con la que me he relacionado, a la que no le importa nada, ni siquiera la edad.

Después, el baterista afirma: "Musicalmente México no figura en el ambiente, sólo te enteras de dos tres cosas de pop y lo normal: los mariachis y la banda".

Luego abunda acerca de cómo le hizo para mimetizarse con la cultura gabacha: "Es cuestión de adaptación; llegué con mi rollo pero me di cuenta de que iba a funcionar; tuve que hacer una evaluación de mi musicalidad e hice un montón de cambios que me permitieron adaptarme a lo que musicalmente se está haciendo allá; estamos atrasados una década. Lo que allá está pasado de moda aquí es lo máximo, y lo que se hace en Nueva York resulta muy raro aquí; encuentras un montón de corrientes: música latina, africana, be bop, música griega... lo que quieras; hay un movimiento retro encabezado por Wynton Marsallis, miembro de la familia más prolífica de jazz en Estados Unidos: Ellis, Jason, Delfeayu... Wynton parte de la idea de que el jazz murió en los setenta y que ahora lo está reviviendo y que se tiene que hacer como en los cincuenta". Pero Sánchez precisa: "A mí me gusta más la experimentación como la del panameño Danilo Pérez, que fusiona música tradicional panameña, jaraneros de su país y el tamborito con el jazz o las cosas que hace el puertorriqueño David Sánchez".

El joven menciona: "Sacrifiqué muchas cosas, no tengo ningún familiar en Estados Unidos, me sentía muy solo, todavía me siento. La posibilidad de estar mezclado con gente que dejó su patria y familia por la música, eso ya es mucho sacrificio. Algunos se van con la idea de regresar a su país pero yo vi muy grueso el retorno, sobre todo para un baterista de jazz. El sacrificio ha sido grande pero proporcional a la recompensa".

Acerca de su pasado, Sánchez dice: "Cambié el mundillo del rock; al principio tocaba en el Rocotitlán y en el LUCC, me gustaba Police, Rush... pero me di cuenta de que estaba muy grueso porque tienes que depender de los demás güeyes del grupo, y los roqueros, no es por hacerlos menos, es gente no muy estudiada; no se lo toman muy en serio y sólo quieren ser rock star. Cada vez me decepcioné más. En el jazz dependes de ti mismo".

Luego precisa: "El gusto por el jazz me surgió en la Escuela Superior de Música; conocí a personas que me metieron al mundo del jazz; escuché más cosas y me cambió el gusto musical. Una cosa me llevó a otra; mi madre fue la que me animó a irme".

Además mencionó: "Aquí en México hay buenos músicos pero el desarrollo musical de los de nosotros es más lento, ya que no es lo mismo crecer viendo a los artistas que te gustan y obviamente cuando llegas a los 20 años ya estás empapado de todo eso; llegué a tocar música de ellos, no quería tocar música latina sino música de ellos, pero invariablemente lo que haces lo asumen como música latina; como me apellido Sánchez la semana pasada que toqué con David Sánchez todos pensaban que era su hermano menor".

Por último Sánchez recomendó a los músicos mexicanos: "Si pueden, que le lleguen".

Antonio Sánchez concluyó: "Siempre que vengo devuelvo a México un poco de la fortuna que me ha dado la vida en lo que me es posible: doy un master class, una clínica, clases en la Nacional o Superior y pláticas con los chavos".