VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

EL FORO

Carlos Bonfil

Río Suzhou


EL REALIZADOR LOU Yen ofrece en Río Suzhou una formidable historia de amor loco. Ambientada en el Shangai actual, la película marca una ruptura significativa con los estilos narrativos de la llamada quinta generación de cineastas chinos, hasta hace poco la más reconocida en los festivales internacionales por su sobriedad estilística y su apuesta por un realismo social no siempre despojado de un afán didáctico (la obra reciente de Zhang Yimou, por ejemplo).

LOU YE PERTENECE a la generación siguiente y sus búsquedas estéticas señalan mayor libertad expresiva, un alejamiento de las premisas del mensaje social y un desenfado cercano al cine del honkongués Wong Kar Wai, y al modelo occidental compartido, Jean Luc Godard.

DESDE LA PRIMERA secuencia, la realidad urbana se expresa en un motivo recurrente: el río que atraviesa la ciudad y el relato mismo. La figura fluvial, con su carga de simbolismos, es también reflejo de la dinámica de una historia de enigmas apenas resueltos, de los meandros de su narración, de su caprichosa navegación por el tiempo, y de la turbiedad de algunas de sus revelaciones.

COMO EN EL río, del taiwanés Tsai Ming Liang, la búsqueda afectiva en Río Suzhou conduce inevitablemente a la exposición de conflictos existenciales. Un videoasta dedicado a filmar por encargo eventos y ceremonias se interesa de modo obsesivo en el misterio de una joven desaparecida. Muy pronto se establece en la cinta una confusión de identidades con otra joven, a su vez ligada con un ex presidiario.

LA NARRACION, EN apariencia confusa, va librando a la vuelta de cada secuencia claves de interpretación interesantes, aunque jamás definitivas. Los sucesos parecen engañosos y existe siempre alguna sugerencia onírica -realidad y fantasía continuamente entrelazadas, un poco a la manera de Antonioni (Blow up, Profesión reportero) o de Kieslowski (La doble vida de Verónica).

UNA DE LAS formas en que el nuevo cine chino diversifica las temáticas y sus enfoques narrativos, cada vez más fascinantes, es a través de la recuperación de una mirada personal.

LA INTROSPECCION Y el subjetivismo, durante largo tiempo tabúes en el cine oriental socialista, son ahora elemento característico, casi definitorio, de buena parte de las producciones fílmicas, de Japón a Corea del Sur, hasta las tres grandes versiones del cine chino (Taiwán, Hong Kong, China continental).

EN ESTE SENTIDO, Río Suzhou va mucho más allá del thriller o de la fábula romántica. La agilidad de su ritmo, la audacia de sus tomas, sus metáforas y gags visuales, así como su modo original de capturar el pulso urbano, hacen de esta primera cinta comercial de Lou Ye una experiencia gratificadora.

UN BUEN EJEMPLO de la actividad y los alcances de la llamada sexta generacion del cine chino -un grupo de directores cuyos trabajos y lecciones artísticas merecen mayor difusión en nuestro país.