VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

MEXICO S.A.

Ť Carlos Fernández-Vega

INDEPENDIENTEMENTE DEL sonido que provocan los tambores guerreros en Estados Unidos y la sed de venganza que tiene el "bien" contra el "mal", las autoridades de ese país comienzan a divulgar las primeras estimaciones sobre los daños provocados por el atentado terrorista del pasado martes.

DESDE EL CORAZON DEL imperio se difunden cifras preliminares sobre muertos, heridos y desaparecidos; se calcula el costo económico que implicará la reconstrucción de la zonas dañadas, las pérdidas comerciales internas, el daño causado a la aviación civil por la cancelación de miles de vuelos domésticos e internacionales, los multimillonarios pagos que realizarán las aseguradoras y reaseguradoras por la cobertura de los edificios colapsados, se notifica a la elite bancaria la decisión de la Reserva Federal de poner a su disposición 38 mil millones de dólares y se calcula la ausencia de beneficios financieros por la cancelación de las operaciones en Wall Street, entre muchas otras estimaciones.

LOS OJOS DEL MUNDO, PUES, están centrados en la tragedia estadunidense y en los daños políticos, militares, psicológicos, morales, económicos, financieros y hasta deportivos y artísticos que provocaron en ese país los atentados terroristas. Sin duda, una patada en el centro del ego imperial. Aun así, los efectos expansivos de esa agresión trascienden por mucho la geografía estadunidense y comienzan a repercutir en las orgullosas y macro dependientes estructuras políticas, sociales y económicas de las naciones globalifílícas.

EN EL CASO CONCRETO de México los daños pueden llegar a ser verdaderamente dolorosos, más allá de los que generan las barbaridades que dice, promete o compromete el supuesto jefe de la nueva diplomacia nacional ("Estados Unidos tiene toda la razón y todo el derecho de buscar represalias en cuanto ellos hayan detectado quiénes son los autores de los atentados; no es el momento de regatear apoyos" al vecino del norte, dice, en nombre del país, el canciller Castañeda).

UNA RAPIDA ESTIMACION permitiría señalar que por cada día que pase sin que se normalice el tráfico de la aviación comercial, el libre acceso en los puertos, aeropuertos y zonas fronterizas y, en fin, el flujo de mercancías a y desde Estados Unidos, México dejaría de captar entre 450 y 500 millones de dólares sólo por concepto de exportaciones. Esta irregularidad entró ayer en su tercera jornada consecutiva y todo indica que la "estabilización" total podría registrarse sólo hasta el próximo lunes.

DE HECHO, LOS GOBERNADORES fronterizos del norte y sur del país se declararon en "alerta" tras el atentado terrorista. Pidieron al secretario de Gobernación, Santiago Creel, revisar el impacto económico que tal evento provocará en dichas entidades. Probablemente, los mandatarios estén pidiendo peras al olmo, porque su solicitud rebasa por mucho la propia capacidad de acción que ha demostrado, tras el evento, el gobierno federal: "necesitamos que se dibujen ya estrategias y se haga la prevención de cómo se va a actuar con rapidez ante los efectos que pueden sobrevenir de una gran inestabilidad internacional". Esa fue la solicitud, y quedó pendiente la respuesta.

POR SU PARTE, LOS PAISES centroamericanos viven una situación similar: sus gobiernos, más preocupados por los eventos en Manhattan y en el Pentágono que en la hambruna que sufren sus respectivos pueblos, piden a gritos que el Norte no les cierre, por pequeña que sea, la válvula de oxígeno financiero y se comprometen a hacer "lo que sea" para quedar bien con los güeritos. En el extremo sur del continente, el gobierno argentino hace lo propio y a los cuatro vientos divulga su "decisión soberana" de "no ser neutral" en su apoyo a la represalia que Estados Unidos organiza contra el "mal".

PRECARIAS, MUY PRECARIAS, pues, las llamadas dependientes democracias latinoamericanas que hace unos cuantos días, y de la mano, firmaron una declaración conjunta en la OEA que condena a todo aquel que se niegue a actuar en sentido contrario.

EN VIA DE MIENTRAS, LAS BOLSAS estadunidenses ?más importantes que el hambre en el mundo? reanudarán sus operaciones el próximo lunes, casi una semana después de que ataques aéreos destruyeron al World Trade Center y provocaron la más prolongada suspensión de las operaciones en más de 80 años, informó el presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, Richard Grasso, de acuerdo con un despacho de Reuters.

POR OTRA PARTE, A LOS CASI 15 mil millones de dólares que deberán pagar las aseguradoras y reaseguradoras por los edificios colapsados en la zona financiera de Nueva York, deberán sumarse otros 4 mil millones, monto que correspondería a las pérdidas que para el transporte aéreo mundial significaron los atentados terroristas del pasado martes, según estimaciones divulgadas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, institución a la que están afiliadas 276 aerolíneas de distintos países.

ANTES DE LOS ATAQUES, EXPLICO el organismo, se tenía prevista una pérdida de 6 mil millones de dólares en el sector durante 2001: 2 mil 500 millones de dólares para los transportistas aéreos internacionales y 3 mil 500 millones para el transporte interno en Estados Unidos. Sin embargo, habrá que agregar 4 mil millones por los sucesos señalados, con lo que la suma de pérdidas podría alcanzar los 10 mil millones de dólares, la mayor sufrida por la industria del transporte aéreo. Del martes al jueves quedaron inmovilizados en los aeropuertos de Estados Unidos alrededor de 4 mil aviones de pasajeros, la tercera parte de la flota mundial.

EN 1992 EL SECTOR REGISTRO pérdidas por 7 mil 500 millones de dólares, a consecuencia del impacto negativo de la Guerra del Golfo Pérsico. Una vocera de la asociación en Montreal dijo a Notimex que hay muchos factores que se toman en cuenta cuando se analiza el efecto a corto y mediano plazo de estos atentados, pero el primer cálculo es que agregará unos 4 mil millones de dólares a las pérdidas.

EN EL ASPECTO BURSATIL y anticipando las pérdidas mencionadas, los precios de las acciones de las compañías de aviación comercial han descendido en los últimos días en los mercados europeos y se prevé lo mismo para las que cotizan en las bolsas estadunidenses. Sólo los títulos de Air Canada, el principal aerotransportista canadiense, reportaban en su precio una caída de 17.7 por ciento a media sesión en la jornada bursátil de ayer, y las de Air Transat, la mayor empresa de vuelos chárter en el mundo, caían 23.3 por ciento.

Las rebanadas del pastel:



SOPORIFERA RESULTO AYER la comparecencia de Francisco Gil Díaz en la Cámara de Diputados, a tal grado que una legisladora le solicitó al secretario de Hacienda: "Póngale tantito más vigor".

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