VIERNES Ť 14 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Davidow frena "desbordamientos de solidaridad"
El embajador de Estados Unidos en México, Jeffrey Davidow, puso ayer un freno a los "desbordamientos de solidaridad" que funcionarios, como Juan Hernández (de la Oficina Presidencial para la Atención de Mexicanos en el Extranjero), manifestaron en la víspera, sugiriendo incluso que los mexicanos acudieran a donar sangre (entre otras muestras de apoyo) para ayudar a los estadunidenses víctimas de los ataques terroristas del pasado martes.
Sin que se le preguntara concretamente sobre esa posibilidad, en un breve comentario a la prensa al término del acto por el 154 aniversario de la defensa del Castillo de Chapultepec, el diplomático estadunidense subrayó: "el apoyo moral y de solidaridad es lo más importante, obviamente; mi sugerencia es que los mexicanos podrían tomar conciencia de la tragedia y ofrecer donar sangre no a Estados Unidos, sino a la Cruz Roja Mexicana, porque por supuesto siempre hay una necesidad aquí.
"Sería una gran manera de acordarse aquí de los que se han muerto en Estados Unidos, pero yo creo que ayudando a mexicanos que van a tener problemas aquí, ese sería un gran gesto".
Sin aceptar más preguntas abandonó, porque estaba "muy apurado", la explanada del Altar a la Patria.
El miércoles, en algunas de las entrevistas que Juan Hernández dio a diversos medios de comunicación, se esmeró en enaltecer la actitud "solidaria" de los mexicanos, que incluso comparó con la vista en la ciudad de México en los sismos de 1985. Entusiasmado, dijo que a los mexicanos en estas ocasiones se les "ablanda" el corazón, y sugirió que a través de su oficina se podría hacer llegar "mucha ayuda" a Estados Unidos, para connacionales y estadunidenses.
Agregó que una de esas muestras podría ser la donación de sangre, y hasta involucró a la señora Martha Sahagún en sus generosas propuestas. Al noticiero matutino del canal 2 de Televisa llegó a decir, incluso, que tan solidario estaba, que él y la esposa del mandatario habían contemplado la posibilidad de ir a Estados Unidos a ayudar, sobre todo a "nuestros paisanos".
Y si Davidow ayer rechazó ese gesto, ya desde el mismo miércoles por la mañana el canciller Jorge G. Castañeda -en otro noticiero radiofónico- había parado en seco ese tipo de comentarios. "(...) Esto de mandar sangre a Nueva York, pues no es necesario. O sea, son 270 millones de estadunidenses no afectados por los incidentes de ayer, y hay colas en los hospitales de Nueva York de entrega de sangre... entonces, suena bonito y es chistoso y simpático, pero no es serio, Ƒno?"
JESUS ARANDA Y JUAN MANUEL VENEGAS