JUEVES Ť 13 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
CONSECUENCIA DIRECTA DE los atentados terroristas en Nueva York, las grandes trasnacionales de la industria aseguradora y reaseguradora viven su propio colapso: hasta 15 mil millones de dólares, en una primera evaluación, sería el monto -uno de los más elevados de la historia de los seguros- que dichos consorcios tendrán que cubrir por los daños en la zona de las torres gemelas, en la gran manzana.
LA AGENCIA CALIFICADORA Moody's hizo tal evaluación y recordó que el huracán Andrew, el desastre natural más costoso del mundo, causó daños por aproximadamente 20 mil millones de dólares. Ayer las acciones de las empresas aseguradoras reportaron fuerte volatilidad en las bolsas europeas, ''debido a las preocupaciones de los inversores acerca de los reclamos que deberán enfrentar estas compañías'', de acuerdo con un despacho de la agencia Reuters.
EXPERTOS DEL SECTOR estimaron que para la firma británica Lloyds, la mayor aseguradora del mundo, la catástrofe del martes en Nueva York podría significarle pérdidas por 440 millones de dólares o más, alrededor de 3 por ciento de su capacidad de aseguramiento. A su vez, el consorcio alemán Munich Re, la empresa reaseguradora más poderosa del planeta, reconoció que los sucesos en la gran manzana le implicarán un desembolso superior a los 900 millones de dólares.
PERO ESTE TIPO DE CONSORCIOS no son los únicos que deberán hacer frente a severos costos económicos. El World Trade Center (que contaba con siete edificios, con un millón 114 mil metros cuadrados de construcción en 6.5 hectáreas de terreno) quedó devastado y por los atentados del martes ha perdido cuatro edificios y los especialistas analizan la posibilidad de demoler algunos de los que quedaron de pie.
EN LAS TORRES GEMELAS, de acuerdo con un despacho de Notimex, 435 compañías -financieras, en la mayoría de los casos, y otras relacionadas con el comercio internacional- de 26 países alquilaban oficinas, entre las que se contaban las corredurías Merrill Lynch, Salomon Brothers, Morgan Stanley y Lehman Brothers, las instituciones financieras Bank of Yokohama, Bank of Taiwan y Fuji Bank and Trust y los consorcios AIG Aviation Brokerage, Oppenheimer Funds y Cantor Fitzgerald. Tan sólo la firma Morgan Stanley Dean Witter rentaba 50 pisos en las dos torres, de 110 pisos cada una. Se calcula que en ambas construcciones laboraban 50 mil personas.
EN EL EDIFICIO SIETE DEL complejo, que se desplomó después de las torres gemelas, se localizaban las oficinas centrales de American Express. Una de las torres gemelas tenía en la parte superior alrededor de 10 antenas centrales de televisoras, numerosas antenas auxiliares y la antena maestra de telecomunicaciones en frecuencia modulada (FM). Una decena de estaciones de televisión, incluidas las cadenas más importantes, transmitían desde la torre, además de seis estaciones de alta definición de televisión digital.
MAS ALLA DE LAS CUANTIOSAS pérdidas humanas y los daños materiales causados por los atentados, los sucesos del martes en Estados Unidos cimbraron la economía internacional, generando nerviosismo y volatilidad en los principales centros financieros internacionales, a grado tal que los ministros de Finanzas y los directivos de los bancos centrales del Grupo de los Siete países más desarrollados (G-7) se apresuraron a declarar -de forma no muy convincente- que ''estamos listos para que los mercados operen de forma ordenada. Nos comprometemos a asegurar que esta tragedia no se agravará con una perturbación de la economía mundial; estamos listos para tomar medidas adicionales en caso de ser necesario''.
LA MISMA URGENCIA POR dar su versión de los hechos y del impacto económico mostraron el secretario de Hacienda, Francisco Gil, y el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz: los atentados no desquiciaron el sistema mexicano de pagos de México; no hubo pánico, los inversionistas mantuvieron la calma, no impactaron los indicadores inflacionarios, no se adoptarán medidas extraordinarias de política monetaria, ''no vimos nerviosismo ni pánico'' y -autocebollazo gratuito que no ayuda- "la calma con que operaron los mercados es una muestra de que las instituciones del sistema financiero mexicano funcionan adecuadamente". Todo de maravilla, según los funcionarios.
PERO NO, NO TODO ESTA DE maravilla. Mientras todo el mundo enfocaba sus ojos hacia los sucesos en Estados Unidos, el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática -dependiente de la propia Secretaría de Hacienda- informaba ese mismo martes que en julio la producción industrial en el país registró un descenso de 3.3 por ciento en términos reales, de 3.3 por ciento a tasa anual, con lo que este indicador acumula seis meses consecutivos a la baja. Con ello, de enero al séptimo mes del año este sector reportó una caída real de 2.6 por ciento.
EL RESULTADO NEGATIVO, de acuerdo con la dependencia a cargo de Francisco Gil, fue resultado de los decrementos registrados en dos de los cuatro sectores que integran este renglón económico: la industria manufacturera cayó 4.1 por ciento en julio (las empresas maquiladoras de exportación redujeron su producción 8 por ciento y las de transformación 3.8 por ciento) y la industria de la construcción 2.7 por ciento. En sentido contrario, la minería aumentó 3.3 por ciento y la generación de electricidad, gas y agua creció 1.4 por ciento.
Las rebanadas del pastel:
DA GUSTO Y CONFIANZA SABER que todo está bien y en calma, y que los atentados terroristas no desestabilizaron a la economía mundial -mucho menos a la mexicana- ni a los centros financieros. Prueba de ello es la casual decisión tomada ayer por la Reserva Federal de Estados de inyectar al sistema bancario de su país la nada despreciable cifra de 38 mil 250 millones de dólares de reservas temporales... "Y si es necesario inyectará más", de acuerdo con un portavoz de la institución... Es decir, todo bajo control, pero por si las mismísimas moscas... Para dar una idea, ese monto se equipara con el nivel de reservas internacionales del Banco de México, acumulado por varias décadas... Muestra de que no pasa nada son los comentarios del economista en jefe de la OCDE, Ignacio Visco -citado por Dow Jones- para quien los ataques terroristas "probablemente retrasarán la recuperación de Estados Unidos; la confianza de los consumidores y de las empresas podría recibir un golpe y hacer más difícil el repunte económico; antes de que los economistas puedan hacer ajustes en sus proyecciones económicas, tendrán que hacer una mejor evaluación de lo que probablemente sucederá con los precios del crudo; ese es el mayor problema, porque los precios del petróleo son extremadamente reactivos a los factores políticos, no a la oferta y la demanda''.
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