JUEVES Ť 13 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Se mantiene la posibilidad de una respuesta militar colectiva
La OTAN apoyará a EU si se comprueba que el ataque terrorista fue organizado desde el exterior
Ť La alianza prepara una posible acción masiva contra Afganistán y Osama Bin Laden
AFP, REUTERS, AP Y DPA
Bruselas, 12 de septiembre. La Organización del Tratado del Atlántico Norte considera que los atentados del martes contra objetivos estadunidenses fueron un ataque contra toda la alianza, sólo si se comprueba que fueron organizados desde el exterior, anunciaron hoy por separado el secretario general de la OTAN, George Robertson, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder.
En caso de que se compruebe que fue un ataque externo, la alianza atlántica aplicaría el artículo cinco del Tratado de Defensa entre Aliados, firmado en 1949. Esta es la primera ocasión en la que la OTAN invoca este artículo, que abre la posibilidad de una respuesta militar colectiva.
Por lo pronto, la organización prepara un plan de emergencia para un posible ataque masivo contra Afganistán, de corroborarse que Osama Bin Laden fue el responsable de los atentados, informó el diario británico The Guardian en su edición de este jueves, en la que citó a fuentes de defensa de la alianza.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, acordó unir fuerzas con su homólogo estadunidense, George W. Bush, en contra del terrorismo, durante una conversación telefónica, informó el Kremlin. Putin convocó para este jueves un minuto de silencio en todo el país, mientras la fuerza aérea suspendió sus maniobras militares para evitar malos entendidos.
En Bruselas, la Unión Europea manifestó su apoyo total a Washington para ayudar al rescate de las víctimas y en la lucha contra el terrorismo, en una reunión de emergencia de los cancilleres del bloque regional, en la que acordaron adoptar medidas para avanzar en el establecimiento de una política común de seguridad.
Posible reunión de crisis del Grupo de los Ocho
Rusia e Italia propusieron, por separado, una reunión de crisis del Grupo de los Ocho (G-8, los siete países más industrializados y Rusia). El canciller ruso, Igor Ivanov, indicó que el encuentro tendría como objetivos analizar los atentados en Estados Unidos y la forma de responder a las amenazas terroristas.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que su país estaba dispuesto a ser la sede de esa eventual reunión del G-8. En un discurso ante la Cámara de Representantes señaló que ''sería inconcebible dejar sólo al aliado estadunidense en un momento como éste... Una fuerte respuesta militar es necesaria pero debe ser acompañada de una fuerte iniciativa política".
La posibilidad de una nueva cumbre del G-8, que se reunió en Génova en julio, es analizada por los países miembros: Italia, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón, Canadá, y especialmente Estados Unidos.
La mayoría de los gobiernos estimaron que los ataques del martes ''fueron una agresión contra el mundo libre'', y coincidieron en que la respuesta estadunidense debe ser bien analizada.
Este miércoles continuaron las condenas internacionales a los atentados, en medio de alertas de bomba en Kuala Lumpur, el aeropuerto y un rascacielos en Francfort y el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán en Berlín. La policía francesa retiró vehículos sospechosos estacionados frente a las embajadas de Gran Bretaña y Estados Unidos en París, mientras que los uniformados británicos desalojaron a decenas de periodistas que se encontraban fuera de la residencia del primer ministro Tony Blair, aunque el inmueble no fue evacuado.
Blair convocó para este viernes a una reunión del Parlamento -que se encuentra en receso- para analizar los atentados terroristas en Estados Unidos y los problemas de seguridad locales.
La sede de la ONU, en el centro de Manhattan, fue evacuada durante dos horas por la amenaza ''no de bomba sino contra el edificio'', informó el portavoz Fred Eckhard, mientras las autoridades de distintos países en Europa y Asia reforzaron sus medidas de seguridad para prevenir cualquier ataque tanto a sus bienes como a instalaciones estadunidenses.
La mayoría de las embajadas de Estados Unidos fueron cerradas, aunque en China las autoridades reforzaron la seguridad de la representación estadunidense, que continuó su trabajo normal.
En Alemania, el canciller federal, Gerhard Schroeder, dijo que los del martes ''fueron ataques contra el mundo civilizado'' y ofreció a Washington ''toda la ayuda imaginable, mientras el brigadier de la fuerza aérea alemana, Host Martin, reconoció que Alemania no está preparada para defenderse de atentados como los que ocurrieron en Estados Unidos.
El ministro de Defensa francés, Alain Richard, confió en que los actos de represalia estadunidenses ''serán adoptados con cautela'', mientras España y Australia anunciaron que apoyarán cualquier respuesta de Washington.
A su vez, el papa Juan Pablo II calificó los atentados como ''un día negro en la historia de la humanidad'', y confió en que no llevará a una ''espiral de odio y violencia'', en momentos en que las medidas de seguridad fueron reforzadas discretamente en El Vaticano.
El Dalai Lama manifestó su conmoción por los incidentes y pidió al presidente estadunidense, George W. Bush, no reaccionar con violencia''.
Por su parte, el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, calificó los atentados terroristas como ''un grave desafío a la democracia''. Los servicios de inteligencia japoneses se unieron a sus colegas estadunidenses para dar con los responsables de los atentados.
Corea del Norte también condenó los ataques y las actividades terroristas en general. Pese a las difíciles relaciones con Estados Unidos, el año pasado ambos gobiernos firmaron una declaración conjunta contra el terrorismo.
Finalmente, en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas condenó nuevamente los atentados unas horas antes de la apertura del 56 periodo de sesiones de la Asamblea General, que comenzó con un minuto de silencio. A esta condena se sumaron el Comité Internacional de la Cruz Roja y Amnistía Internacional.
El artículo 5
El artículo cinco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre la defensa entre aliados en caso de un ataque, firmado en 1949, señala:
''Las partes acuerdan que un ataque armado contra uno o varios de ellos en Europa o América del Norte será considerado un ataque contra todos ellos, y en consecuencia acuerdan que si se produce un ataque de este tipo, y en ejercicio del derecho de defensa propia individual o colectiva reconocida por el artículo 51 de la carta de Naciones Unidas, todos ellos asistirán a la parte o a las partes atacadas llevando a cabo, individualmente y en concierto con las demás partes, la acción que consideren necesaria, incluyendo el uso de la fuerza armada, para devolver y mantener la seguridad del área noratlántica''.
Y agrega: ''Cualquier ataque armado de este tipo y todas las medidas tomadas en consecuencia serán comunicadas de inmediato al Consejo de Seguridad. Estas medidas deberán cesar cuando el Consejo de Seguridad adopte las medidas pertinentes para restaurar y mantener la paz y seguridad mundiales".
En una cumbre efectuada en 1999, en Washington, la OTAN estableció que ''cualquier ataque armado contra territorio de un aliado, de cualquier dirección que proviniera, sería cubierto por los artículos cinco y seis del acuerdo de Washington. Pero la seguridad de la alianza también debe considerar el contexto global. Los intereses de seguridad de la alianza pueden ser afectados por riesgos de otra naturaleza, entre ellos actos de terrorismo...''. (Afp y Dpa)