MIERCOLES Ť 12 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
 
EU, BAJO EL FUEGO

Ť Operó el sistema financiero salvo en Nueva York, Chicago y San Francisco

Oficinas, bolsas, Disney... todo cerrado

Ť Henry Kissinger propone responder como se hizo contra los agresores de Pearl Harbor

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
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Washington y Nueva York, 11 de septiembre. El gobierno federal cerró hoy todas sus oficinas y monumentos nacionales e intensificó la seguridad en sus instalaciones en el país después de los ataques de esta mañana, que también obligaron a suspender la operación en las bolsas de valores y centros de finanzas en Nueva York, Chicago y San Francisco.

Los rascacielos más altos del país, entre ellos la Torre Sears en Chicago y el Watchtower de San Francisco, fueron inmediatamente cerrados al igual que decenas de otros edificios por todo del territorio estadunidense. Las alcaldías en Chicago, San Francisco y Los Angeles, entre otras, suspendieron actividades, y según un informe más de 8 mil edificios federales fueron evacuados esta mañana.

Muchos comercios privados cerraron sus puertas, entre ellos más de 140 malls desde Seattle a Dallas. La Asociación de Beisbol de las Ligas Mayores, por primera vez desde la invasión de Día D en Normandia, en 1944, suspendió todos los partidos programados para hoy. En Florida y Los Angeles, Disney World y Disneylandia anunciaron cierre indefinido.

El centro de Washington parecía un pueblo fantasma, con policías desplegados en los cruces principales y en las esquinas de todos los edificios federales. Frente a la Casa Blanca, agentes del Servicio Secreto armados con metralletas ?casi nunca vistas en público? estaban de guardia y las fuerzas armadas desplegaron helicópteros Huey y tropas para apoyar a las fuerzas de seguridad pública en la capital.

Después de conocerse los primeros ataques en Nueva York, las autoridades en Washington desalojaron al personal "no esencial" de los principales edificios de la CIA; los departamentos de Justicia y Estado enviaron a casa a todos sus empleados. El tráfico se congeló en gran parte del centro de la capital cuando los empleados trataban de huir, con su mirada hacia el cielo para ver si había más aviones "bomba".

Durante todo el día hubo rumores de que otro avión de pasajeros había sido secuestrado y se dirigía hacia Washington (había otro aparato secuestrado que procedía hacia esta capital, pero cayó en Pennsylvania), que un coche bomba había estallado afuera del Departamento de Estado y de amenazas de bomba dentro de otros edificios. Fuentes de inteligencia informaron a CNN que "no podían descartar" la posibilidad de más ataques.

El alcalde de Washington declaró estado de emergencia esta tarde y cerró las principales carreteras que entran a la capital (aunque no hay toque de queda y la gente puede salir). No pocos aterrados corrieron a los bancos para sacar dinero y a tiendas para comprar alimentos y agua antes de ir a sus casas.

Pero gran parte del esfuerzo de los funcionarios gubernamentales este martes fue diseñado para comprobar que las principales instituciones de esta sociedad y del gobierno continúan funcionando. La consejera presidencial Karen Hughes subrayó, durante una conferencia de prensa de emergencia, que el sistema financiero estadunidense seguía operando. Los bancos estuvieron abiertos y la Reserva Federal "operó de forma continua".
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Pocas horas después, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, convocó a la cúpula militar estadunidense a una conferencia de prensa en el Pentágono para condenar "este ataque masivo bien coordinado contra Estados Unidos".

Hablando desde un lado del gigantesco edificio de cinco caras, mientras del otro lado seguía el incendio provocado por el avionazo, Rumsfeld insistió en que las fuerzas militares son capaces de defender a Estados Unidos y realizarán, cuando sea apropiado, una acción militar.

Poco después se realizó otro acto para manifestar la unidad nacional frente al ataque. "Senadores y miembros de la Cámara, demócratas y republicanos, estarán hombro a hombro para luchar contra esta maldad lanzada contra el país", declaró el presidente de la Cámara, Dennis Hastert. Tom Daschle, el demócrata líder del Senado, agregó: "Hablaremos con una sola voz para condenar estos ataques, para confortar a las víctimas y dedicar nuestro esfuerzo para traer ante la justicia a los responsables."

Al fin de la conferencia de prensa conjunta, unos 200 legisladores cantaron Dios bendiga a Estados Unidos (God bless America) ?canción patriótica? para mostrar la unidad.

Ahora mucha de la discusión está centrada en investigaciones sobre los responsables y la venganza. "¿No deberíamos suspender algunas de nuestras libertades civiles normales en este momento?", se atrevió a preguntar el locutor de NBC, Tom Brokaw, mientras que en otro noticiario nacional, el ex secretario de Estado Alexander Haig declaró que era momento para hacerlo.

Los principales medios se dedicaron a las noticias sobre el ataque, y no pocos incluyeron cualquier clase de especulación no sólo sobre quién podría ser el responsable, sino hasta qué debería hacerse en su contra. "Yo creo que tenemos que ver a todos estos inmigrantes que están entrando", declaró un "experto" sobre terrorismo entrevistado en un noticiario nacional. "Los que están realizando estos ataques no son gente de este país", afirmó, aparentemente olvidándose de que el peor embate terrorista en Estados Unidos antes de hoy fue obra de integrantes de un grupo local de milicianos derechistas.

El ex asesor de Seguridad Nacional Samuel Berger comentó: "Quien ha realizado esto ha declarado la guerra contra Estados Unidos." Para el ex secretario de Estado Henry Kissinger, los hechos son comparables a Pearl Harbor, deben tener la misma respuesta y los responsables "deben terminar igual que los que atacaron Pearl Harbor".
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Pero mientras Berger advirtió que la nación debe esperar los resultados de una investigación, varios ex altos funcionarios demandaron ataques inmediatos contra Osama Bin Laden. "No deberíamos esperar mucho", declaró el ex secretario de Estado Lawrence Eagleberger, quien planteó un ataque rápido contra Afganistán por proteger a Bin Laden.

Esta noche, la cadena de noticias NBC informó que hay por lo menos 800 personas muertas por el avionazo en el Pentágono, en Washington, mientras otras fuentes informaron que varios sobrevivientes atrapados en los escombros de las torres gemelas, en Nueva York, han logrado comunicarse vía teléfono celular pidiendo auxilio.

Recuento de las víctimas

En medio de versiones oficiales y extraoficiales que hablan de "miles de muertos" en Nueva York y Washington a raíz de los atentados, la cadena televisiva CNN confirmó ayer en la noche que existen por lo menos 800 personas muertas a raíz de la explosión en el Pentágono, mientras que las aerolíneas calcularon en 266 los muertos de los cuatro aviones secuestrados.

El departamento de bomberos de Nueva York calculó en 265 la cifra de tragafuegos fallecidos y se habla de 85 policías reportados como desaparecidos en Manhattan.

Al filo de las 22 horas, el jefe de la policía neoyorquina, Bernard Kerik, informó que existen sobrevivientes entre los escombros de las torres gemelas.

El alcalde, Rudolph Giulliani, descartó adelantar una estimación sobre la cifra de víctimas y afirmó que "los números serán muy elevados".

La empresa Morgan Stanley señaló que 3 mil 500 de sus empleados que laboraban en una de las torres gemelas están desaparecidos. Se presume que un buen porcentaje pudo haber muerto a raíz del desplome del edificio.

Los hospitales de Nueva York y de Washington mencionaron que cerca de 4 mil 100 personas se encuentran heridas en sus instalaciones.

El ministro interior de Italia, Claudio Scajola, informó que recibió informaciones de Estados Unidos en el sentido de que serían "20 mil los muertos" por los atentados en las dos ciudades, de acuerdo con su intervención en el programa Porta a Porta.