De Piedra rodante
Oscar Sarquiz era un joven y naif crítico de rock, al que publicamos sin cortapisa sus reseñas discográficas en Piedra Rodante (Rolling Stone) durante 1971-1972, tiempo que sobrevivió el tabloide, suprimido por el gobierno de Luis Echeverría: éramos entonces tan pendejos, que creímos en su apertura democrática. Gracias a esto, Sarquiz es hoy una celebridad en el mundillo musical, desempeñándose como alto ejecutivo en las grandes compañías disqueras. Sin embargo, el 7 de agosto, en el programa nocturno El Tal Chou, de Canal 11, Sarquiz aseveró que la Gran interviú con la encuerada de Avándaro, publicada en el número 8 (y último) de Piedra Rodante, enero de 1972, era pura quimera, inventada por mí mismo, siendo que mis dotes como inventor de realidades no llega a tanto. Su autor fue el inolvidable Jesús Luis Benítez alias El Búker, hoy difunto. Pero dondequiera que se encuentren Pita Koestinger -a la sazón mi secretaria y quien transcribió la grabación-, así como Arturo Katz, gerente de la publicación, pueden confirmar la presencia de Alma Rosa González López en la redacción de la Piedra.., aquella noche de la entrevista, donde otra vez se desnudó para regocijo y liberación de aquellas y las nuevas generaciones. Asimismo, Elena Poniatowska viajó ex profeso a Monterrey y entrevistó a la célebre encueratriz, convertida a sus 40 años en ama de casa y prolífica madre, quien por cierto abominó de su pasado, pero no desmintió la susodicha entrevista.
Por otra parte, el enciclopedista Humberto Mussachio albergó en su casa al Búker Benítez por algún tiempo y mucho platicaron de aquella hazaña periodística, que hoy forma parte de su antología sobre Las mejores entrevistas del siglo XIX y XX en México.
En conclusión, me parece que Oscar Sarquiz debería
buscar otros conductos para reforzar su menguante notoriedad personal y
no negar la mayor contribución de Piedra Rodante a la libertad
de expresión en México.
Manuel Aceves, director/editor de Piedra Rodante.