MARTES Ť 11 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Uno de cada tres embarazos se resolvió por esa vía en 2000

Se convierte en moda practicar cesáreas, dice experto del IMSS

Ť Sin comprobar, la reducción de riesgos en madre o menor

CAROLINA GOMEZ MENA

mujer_embarazada_mnxEl año pasado en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social "uno de cada tres embarazos se resolvió por cesárea", señaló Vitelio Velasco Murillo, jefe de la División Materna de la Coordinación de Salud Reproductiva y Materno Infantil del IMSS, cifra que en opinión del especialista evidencia que en México, al igual que el resto del mundo, esta práctica quirúrgica se está convirtiendo en una "moda" que además de imprimir una pesada carga financiera a las instituciones de salud, no se ha demostrado que disminuya el riesgo de fallecimiento materno o perinatal.

En el Curso Nacional de Actualización: Prioridades en la Salud de la Mujer, organizado por el Centro Médico Nacional Siglo XXI, y en el que participan más de mil 500 médicos de todo el país, Velasco Murillo remarcó que según estudios la mayor parte de cesáreas estaría injustificada y agregó que algunos de los principales factores que han dado impulso a la proliferación de ésta operación han sido los que se refieren al "avance de las tecnologías médicas".

Estas, subrayó, "han disminuido los riesgos anestésicos y quirúrgicos de la cesárea" con lo cual la "práctica se liberalizó". Asimismo, manifestó que otra de las causas que han llevado a doctores y pacientes a preferir esta intervención son "el temor del médico a las demandas (por aparente negligencia) por complicaciones, sobre todo con el recién nacido", la presión de mujeres de estratos socioeconómicos medios y altos que al contar con los recursos económicos para concluir su embarazo, prefieren la cesárea "para que su hijo nazca en forma programada, y así no sentir incomodidades".

Según el galeno, en Estados Unidos al año se gastan mil millones de dólares en cesá-reas que no estaban plenamente justificadas y aunque no existe una cifra del costo que implica para al sector salud nacional, se puede sacar un aproximado al exponer los precios en sanatorios privados. Así por ejemplo actualmente en una clínica de nivel medio, por ejemplo en Coapa, mientras un parto normal cuesta 8 mil pesos, una cesárea vale el doble o incluso un poco más, alrededor de 18 mil. En zonas menos acomodadas el parto normal sale en casi 5 mil pesos y una intervención cesárea poco más de 8, pero si la opción es de nivel alto, es decir un hospital de cinco estrellas, tan sólo el parto normal puede llegar a costar hasta 40 mil pesos. Lo anterior pone de manifiesto que aunque en las instituciones del sector salud los costos son mucho menores, ello no quita que la relación es parecida, es decir la cesárea cuesta el doble que el parto normal.

A decir del funcionario la capacidad para realizar cesáreas también va de la mano con la disposición de infraestructura hospitalaria, de ahí que en los nosocomios de la Secretaría de Salud, particularmente de aquéllos que atienden población semimarginal y en pobreza o extrema pobreza, "se hacen menos cesáreas, no porque el criterio médico varíe sino porque no hay recurso para hacerlo", comentó.

Tras comentar que los hospitales del IMSS "son un gran maternidad", ya que la tercera parte de los egresos hospitalarios en el instituto se deben a embarazo, parto y puerperio, cifra similar en el resto del sector, Velasco Murillo refrendó que efectuar cesáreas al por mayor "cuesta mucho dinero a los sistemas médicos".

Recordó que en 97 un estudio alertó sobre el incremento de esta práctica en el instituto, y que mientras el número de cesáreas crecían, no se reducía la mortalidad materna y del recién nacido.

El estudio reveló también que no había relación entre el número de estas intervenciones y el tipo de hospital, pues la proporción tanto en nosocomios pequeños como en los grandes, era la misma.

La revisión de más de tres mil expedientes clínicos en el país arrojó también que muchas cesáreas no estaban justificadas, que 70 por ciento de mujeres tenían un antecedente previo de intervención (razón por la cual los galenos sin estudiar el caso optaban por otra cesárea); que la edad promedio de las mujeres era de 26 años con 2.2 embarazos, la mayoría a término, y las justificantes de mayor peso fueron en 30 por ciento la desproporción fetal pélvica (el cráneo del bebé no coincide con el del canal de parto), sufrimiento fetal con 21 por ciento, cesárea obligada por antecedente de dos o más cesáreas en 12 por ciento y la ruptura prematura de membrana 10. 5 por ciento.