MARTES Ť 11 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Junto con la contaminación constituyen un problema de seguridad nacional, afirma

La desigual distribución del agua frena el combate a la pobreza, alerta la ONU

Ť Necesaria, la inversión del sector privado para alcanzar soluciones, dice funcionario regional

ANGELICA ENCISO L.

La creciente contaminación del agua y su distribución desigual son obstáculos para el éxito de las estrategias contra la pobreza y el desarrollo económico, las que permitiría alcanzar altos niveles de calidad de vida. "Esto constituye un problema de seguridad nacional", afirmó Ricardo Sánchez Sosa, director de la oficina regional del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Entrevistado en el contexto del Taller Latinoamericano sobre Manejo de Aguas Residuales Municipales, el representante de Naciones Unidas dijo que la mayoría de los países de la región cuentan con los mil 700 metros cúbicos por persona al año que se establece como norma para satisfacer las necesidades humanas, pero el problema fundamental no es la cantidad sino la distribución del líquido.

Ejemplificó con el caso de México, donde en el centro y el norte hay una mayor población -el 77 por ciento- y desarrollo económico -84 por ciento del PIB-, pero enfrentan escasez del líquido; mientras que la mayor cantidad de agua está en el sureste. Esto hace que haya áreas del país con limitaciones; sin embargo, no sólo se trata de contar con el líquido, sino que también está el problema de la contaminación de las aguas, las cuales no son tratadas adecuadamente.

Con tratamiento adecuado, sólo 2% de aguas residuales

En América Latina y el Caribe sólo 2 por ciento de las aguas residuales reciben tratamiento adecuado, el resto termina por descargarse al mar o contaminar los mantos freáticos. En México apenas se tratan adecuadamente 25 por ciento de las descargas de aguas residuales.

Sánchez Sosa comentó: "hay un conjunto de factores que hacen que este tema sea un problema de seguridad nacional para este país y todos los demás". Tan sólo en México, datos de la Secretaría de Medio Ambiente revelan que las principales cuencas, la de Lerma, el Alto Balsas, Panuco y partes del Bajo Bravo, están severamente contaminadas.

Para el PNUMA el problema del agua está dentro de sus prioridades, por lo que el funcionario al hablar de las estrategias que aplican se refirió al plan global de acción contra las fuentes terrestres de contaminación marina, sobre lo cual ya hay acuerdos; además se establecieron acciones para la eliminación de los contaminantes orgánicos persistentes.

Sumado a ello se tiene el hecho de que América Latina se ha convertido en un continente urbano, dijo. En México, por ejemplo, alrededor de 75 por ciento de la población reside en las ciudades. En este contexto la contaminación se convierte en un aspecto sustancial para las perspectivas de desarrollo de las naciones y para abatirla se requieren miles de millones de dólares, advirtió.

En ello, agregó, debe participar el sector privado y se tiene que aplicar el principio de "el que contamina paga", de tal forma que todos apoyen con recursos y también la sociedad participe para aportar soluciones que beneficien a todos. La contaminación hace que la disponibilidad real del líquido sea menor, y esto hace necesaria la búsqueda de tecnologías que consuman menos agua y reducir las pérdidas que se dan en todas las redes hidráulicas, que en promedio llegan a 40 por ciento.

En un documento de la Secretaría de Medio Ambiente distribuido en el taller se reportó que en México para incrementar la cobertura de agua potable a 95 por ciento y llegar al saneamiento de 65 por ciento de las aguas residuales se requieren inversiones anuales de 22 mil millones de pesos, en los próximos años, lo cual es casi el triple de los 7 mil 369 millones de pesos que este año se destinaron al sector.

El problema en México se deriva de la "ausencia de recursos económicos, la falta de continuidad y deficiencia en la gestión a largo plazo, un marco jurídico y regulatorio inadecuado, así como la politización de las decisiones, han provocado que la gran mayoría de los organismos operadores de agua en el país presenten deficiencias en el cumplimiento de sus objetivos".

Precisó que la cobertura actual de agua potable llega a 87 por ciento de la población, lo que significa que 12 millones de personas carecen del servicio, mientras que la cobertura de alcantarillado es de 73 por ciento y son 24 millones de habitantes los que no tienen cobertura.

En el documento también se indica que los recursos públicos son insuficientes, por lo que se plantea fortalecer los organismos operadores con recursos del sector privado, tanto en inversiones como en financiamiento.