MARTES Ť 11 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

ASTILLERO

Ť Julio Hernández López

EL MILAGRO GERONTOLOGICO se está dando: el PRI parece estar aprendiendo a ser oposición. Al menos tal impresión es la que trata de dar con robustez declarativa la presidenta nacional de ese partido, Dulce María Sauri Riancho, quien -al mejor estilo conocido durante los gloriosos tiempos de la hegemonía priísta- se ha dicho muy enfadada por las palabras que el niño Vicente pronunció en patio de recreo ajeno la semana pasada.

RESULTA QUE, EN un intercambio estudiantil reciente, el antes citado escolapio con botas tuvo a bien decirles a sus escuchas angloparlantes que México ha cambiado a tal grado que lo que antes era negro ahora es blanco, precisando, además, que los tintes oscuros fueron heredados de un régimen autoritario, nada democrático y muy desconfiable. Sentadita en los primeros pupitres del classroom, pero sin atavío yucateco representativo, la niña Sauri tomó apesadumbrada nota de las palabras de su compañerito y le puso cero en conducta, pues ella había ido a la excursión al parque de diversiones Casa Blanca (en plan VTP: viaje todo pagado) justamente representando a la administración escolar anterior, la que amablemente le abrió las puertas a la actual (que escogió como divisa el blanco y el azul) y a cuyos sucesores y herederos ahora se les está pidiendo encarecidamente que firmen un acuerdo para decidir cómo manejar la tiendita de la escuela.

madrazo6OTRO PUNTO DE ENOJO que traen los niños tricolores es el relacionado con la materia prima de sus momentos dulces: el azúcar. Resulta que, según algunos distinguidos priístas alegan, el acto expropiatorio de ingenios (no se habla aquí de la fuga de cerebros) llevado a cabo por el actual jefe de grupo, Chentillo, no fue pareja. Ha saltado a la vista de los pequeñuelos que la arremetida de la Pandilla del Zorro ha dañado los intereses de quienes se alineaban comercialmente por el rumbo de la Pepsi Cola y que, curiosamente, resultan favorecidos los de la competencia, los de la Coca Cola, empresa ésta que, también curiosamente, tanto ayudó a los cambios que la escuelita ha hecho y que no serán muchos pero sí publicitariamente llamativos.

PERO ESA NUEVA versión de la Guerra de las Colas no merecería tanta inconformidad de los ahora tan rebeldes chiquitines y chiquitinas tricolores si no fuese porque, además de todo (es decir, además de parecer que con esa expropiación se pagan deudas con La chispa de la campaña -chispa, no chispita), resulta que los damnificados corresponden al segmento de los empresarios que solían apoyar las actividades políticas del priísmo, y que varios de los ahora expropiados ayudaron con buen billete a la campaña de Francisco Labastida.

CON TALES ELEMENTOS de cuento infantil a su favor, la pequeña Dulce María ha pretendido hacerse la remolona y ha considerado que estaría en peligro de no ser firmado el tal acuerdo político nacional que pide El Zorro en persona, sobre todo para que le permitan cobrar nuevas y mejores tarifas a quienes concurren a su escuelita (proyecto éste al que los adultos llaman reforma fiscal, aunque uno de ellos, Martí Batres, ha dicho que, en realidad, ya lo que busca el niño Vicente a estas alturas es que le aprueben una especie de miscelánea fiscal grandota, sin pretensiones mayores, nada que ver con lo "integral y redistributiva" que con vocación de trabalenguas alguna vez se pretendió).

A JUICIO DE ESTA columna pedagógica, las insinuaciones contestatarias de la figura decorativa que preside el PRI son tenues luces aprendidas de las lumbreras del arte de la transacción política que en Diego Fernández de Cevallos han tenido a su más conocido, pero no único, gran exponente. El PRI está tratando de vender caro su amor aventurero, haciéndose el enojado por cualquier causa para luego llegar a una reconciliación tronadora de huesos entre cuyo estruendo no se note tanto el apoyo al reformón fiscal que, por otro lado, ya ha negociado uno de los accionistas principales de la franquicia tricolor, Roberto Madrazo, a quien ya le pagaron los servicios por adelantado, con una estampita que dice Tabasco (en materia de chantajes la directiva formal del PRI debería pedir clases a la empresa ecofamiliar González, que anunció el pasado 1º del presente, en el marco del Informe presidencial, un diplomado muy completo sobre el tema).

LO MALO PARA los Spy kids de camiseta tricolor es que la impericia de los concesionarios de la cooperativa escolar podría llevar el asunto a terrenos increíblemente equivocados. Nadie está atendiendo de verdad los hilos de la negociación política, a tal grado que la Secretaría de Gobernación (por voz de Ramón Martín Huerta, un subsecretario que a veces le da chance a Santiago Creel de que haga declaraciones como si de verdad éste fuera el titular de la cartera) ha reconocido que no hay plazo ni camino establecido para lograr el susodicho acuerdo.

EN LA SUIDA DE LA esperanza, mientras tanto, el niño Peje se prepara para ir al salón en el que algunos pequeños presuntamente malcriados le quieren ensuciar la tarea que el tropical chicuelo dice está requetebién hecha. No le habrá de ir peor que a los aficionados pumas y cremas que el domingo pasado pelearon al final de un muy mal arbitrado partido (en que oficialmente empataron América y UNAM) y que fueron duramente atendidos por la policía capitalina. Tampoco se prevé que pase más cuitas de las que en sus contabilidades están sufriendo los partidos políticos (PRD incluido) ahora que el tabasqueño ha hecho sentir el rigor de los cobros de impuestos y servicios a las sedes partidistas y a otras oficinas de gobierno igualmente morosas.

Y AUN QUEDAN ecos de la exitosa gira realizada por los niños del equipo de El Zorro a Miami. Alberto Ibarguen, presidente y editor de The Miami Herald, se sinceró en la presentación que a su equipo directivo hizo cuando el guanajuatense les visitó: "un editor nunca debería decir lo que aquí voy a confesar. En la tercera conferencia del Herald, a la que Fox asistió, y yo tuve el honor de llevarlo al aeropuerto, al regreso a mi casa le dije a mi mujer, 'si yo fuera mexicano, votaría por este hombre', y creo que no me equivoqué". En el baño de mujeres del Hotel Biltmore, donde se realizó la reunión con el Herald, esposas de hombres de negocios, por su parte, elogiaban la elegancia de la esposa del Presidente mexicano, sus vestidos y su comportamiento. En el noticiario de Telemundo Internacional también se dio especial relieve a los vestidos de la señora Martha María. Por cierto, a la cena de gala que ofreció Jeb Bush no asistieron los alcaldes del condado Miami-Dade, Alex Penelas, ni de la ciudad de Miami, Joe Carollo, cuyos intereses mexicanos parecen estar más bien concentrados en la persona de Lucía Méndez. Por cierto, y antes que a este infantiloide cronista de soxiales se le pase: Fox aseguró a los periodistas de The Miami Herald que cuando visite Cuba se habrá de reunir con los disidentes al gobierno de Castro, lo que agradó mucho a la selecta concurrencia de aquellos rumbos floridos.

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