Ť Paul Delgadillo dio por bueno un tanto a las Aguilas y anuló otro a los universitarios
El árbitro causó la violencia en CU; regaló al América el 1-1 con Pumas
Ť Leandro anotó y empató Oviedo con gol fantasma Ť Aficionados auriazules contra granaderos
MARLENE SANTOS A.
Sólo el gran dispositivo de seguridad desplegado en el estadio México '68 frenó la furia de los seguidores auriazules que hicieron eco al enojo de los jugadores pumas, quienes convertidos en energúmenos reclamaron los graves errores del silbante Paul Delgadillo, quien dio por bueno un inexistente gol al América y anuló por supuesta falta un golazo al Parejita López en el juego que concluyó 1-1.
El llamativo cotejo estuvo enmarcado por la fuerte vigilancia, pero los desórdenes en la cancha empezaron antes. Las notas del Himno Nacional comenzaron a escucharse y muy pocos jugadores reaccionaron con civismo; Pardo, Villa, los extranjeros americanistas y hasta Jorge Campos continuaron con sus ejercicios de calentamiento sin dar señales de respeto.
Y al iniciar el partido, Pumas comenzó a poner a prueba los reflejos de Adolfo Ríos, quien se debatió en buen lance ante un disparo de Julio César Yegros para enviar el balón a tiro de esquina, mismo que cobró Leandro Augusto y que Beltrán estrelló en el travesaño con un cabezazo.
Al minuto 23 José Luis Parejita López remitió un trallazo que Ríos rechazó, el esférico se elevó y en picada tomó dirección hacia la meta, por lo que en reacción felina el portero de Aguilas logró desviar. El grito de "¡portero-portero!" estalló en las gargantas de los aficionados americanistas, quienes así aclamaron al mejor hombre de su equipo.
Los amarillos tuvieron una llegada por la izquierda por conducto de Frankie Oviedo y otra más por la derecha con Pável Pardo, pero ni siquiera inquietaron a Campos.
Al minuto 52 el jugador propiedad del Léon -según la federación brasileña de futbol-, Leandro, cobró un tiro directo, en la barrera desvió Alberto Macías y el balón anidó en la meta visitante para el 1-0. En medio del festejo, estalló un potente cohetón en las tribunas que, junto con las escasas patas y cabezas de pollo lanzadas, revelaron que el operativo tuvo un aceptable grado de éxito.
Con el marcador adverso, de inmediato el técnico del América, Alfio Basile, respondió con dinámica al ingresar a los veloces Christian Patiño y Jesús Mendoza. Ocho minutos más tarde lograron el empate cuando Pardo cobró una falta, Oviedo cabeceó al travesaño y después el balón pegó en la raya sin rebasar la línea de meta, pero Paul Delgadillo decretó la anotación tras cruzar miradas con el juez de línea José Guadalupe Martínez.
El enojo en las tribunas fue evidente, las mentadas de madre fluyeron y algunos cohetes de humo intentaron hacer blanco sobre el auxiliar. El juego se mantuvo nivelado hasta que a los 71 de acción el Parejita López anotó un soberbio gol con disparo desde el costado izquierdo, pero el árbitro, que estaba lejos de la jugada, lo anuló por un supuesto empujón de Alejandro Glaría.
Con el silbatazo final Campos se lanzó como bólido para encarar al nazareno, secundado por Glaría y Leandro, mientras que los americanistas se encaminaron al vestidor, donde esperaron más de una hora a que se despejaran las inmediaciones del estadio para poder salir con tranquilidad.
A la salida, integrantes de las porras de Pumas enfrentaron a granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública, a un costado de la explanada principal, al ver que los uniformados protegían la salida de los aficionados vestidos con camisetas amarillas. El reporte policial habló de 38 detenidos y un herido con lesiones leves en una pierna y en la cabeza.