Ť La familia de Schneider lo acusa de conspiración
Demandarán a Kissinger ante una corte federal estadunidense
Ť Habría ordenado el secuestro del ex jefe militar chileno
AFP Y DPA
Washington, 9 de septiembre. La familia del ex comandante en jefe de de ejército chileno, René Schneider, demandará al ex secretario de Estado estadunidense Henry Kissinger, por supuesta conspiración en el asesinato del general en 1970, informó esta noche el programa 60 Minutos del canal de televisión CBS.
El reporte se conoció horas después que miles de personas personas, convocadas por la Asamblea por los Derechos Humanos, marcharon en Santiago para recordar a las víctimas del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 derrocó al presidente constitucional Salvador Allende e instaló la dictadura de Augusto Pinochet.
La demanda será presentada esta semana en una corte federal de Washington, indicó el programa 60 Minutos, y precisó que el frustrado secuestro en el cual Schneider fue herido de muerte estuvo organizado y financiado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por instrucciones del ex presidente Richard Nixon y de Kissinger.
CBS informó que la Casa Blanca estaba decidida a evitar que el socialista Salvador Allende asumiera la presidencia luego que ganó por estrecho margen (36 por ciento de los votos entre tres candidatos) las elecciones del 4 de septiembre de 1970 y Schneider, quien manifestó su apoyo a Allende, se interpuso en su camino.
El hijo del general, un director de la televisión chilena también llamado René Schneider, declaró a 60 Minutos que su padre se oponía a un golpe de Estado contra Allende.
"(Allende) era el legítimo presidente", dijo, y añadió que "durante el tiempo en que fue comandante en jefe, aseguró en reiteradas oportunidades que el ejército no tomaría el poder político. Si lo hacían, él insistía, significaría una dictadura y el fin de la democracia".
Versión de CBS
De acuerdo con CBS, los conspiradores del golpe intentaron raptar a Schneider el 22 de octubre interceptando su automóvil en Santiago, y le dispararon cuando el general intentó tomar su arma en legítima defensa. Schneider resultó herido y murió dos días después en el Hospital Militar de la capital chilena.
"Siempre quise olvidar esto, pero tenemos un deber ante la humanidad para hablar sobre le tema", dijo Schneider, y sostuvo que "sería irresponsable permanecer en silencio".
Kissinger, el asesor de Seguridad Nacional en esa época y luego secretario de Estado del presidente Richard Nixon y su sucesor Gerald Ford, no quisieron hablar con la CBS, pero en declaraciones anteriores han negado estar involucrados en la muerte de Schneider.
Una investigación del Senado estadunidense realizada en 1975 estableció que Estados Unidos apoyó el cruento golpe de Estado que derrocó a Allende e instaló en el poder a Pinochet.
Sin embargo, Kissinger ?premio Nobel de la Paz 1973 por su participación en las negociaciones de pacificación en Vietnam? aseguró ante los investigadores que había dejado de apoyar a los conspiradores la semana en que Schneider fue asesinado.
En el juicio que se abrió por el asesinato de Schneider fue condenado a extrañamiento (exilio) el general Roberto Viaux, jefe del comando nacionalista que cometió el atentado.
Viaux había encabezado un año antes, el 21 de octubre de 1969, un amotinamiento militar contra el presidente democristiano Eduardo Frei.
La amenaza de juicio contra Kissinger en Washington surgió luego que la justicia de varios países pidió interrogarlo por diversos acontecimientos ocurridos en América Latina.
El juez argentino Rodolfo Canicoba Corral envió un exhorto en agosto pasado al Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el que solicitó que Kissinger declare sobre su presunto conocimiento del Plan Cóndor, el esquema de represión montado por las dictaduras del Cono Sur en los 70.
En la misma causa Canicoba Corral procesó ya al ex dictador argentino Jorge Videla y pidió la extradiciones de los dictadores de Chile, Augusto Pinochet, y de Paraguay, Alfredo Stroessner (actualmente asilado en Brasil) al igual que de otros ex militares chilenos y uruguayos.
En Chile el ex secretario de Estado estadunidense es investigado por la desaparición del periodista estadunidense Charles Horman, quien inspiró la película Missing del realizador griego Costa Gravas.
De su lado, el juez instructor Roger Le Loire, luego de haber intentado en vano interrogar a Kissinger en París, pidió permiso para hacerlo en Estados Unidos. La justicia francesa lo investiga por la desaparición de franceses durante la dictadura chilena.
En Santiago, miles de manifestantes, en su mayoría jóvenes, se desplazaron por la céntrica Alameda, se detuvieron frente al monumento de Allende, contiguo a la sede presidencial, y llegaron hasta el Cementerio General para depositar ofrendas florales en el muro con los nombres de más de un millar de desaparecidos durante los 17 años del régimen pinochetista.
Pero el homenaje se tornó tenso en los minutos finales, cuando una cincuentena de encapuchados levantaron barricadas incendiarias en calles próximas al cementerio y lanzaron piedras a la policía, que contestó con gases lacrimógenos y carros lanza agua, sin que se informara de detenidos. Los encapuchados dijeron representar al Grupo de Acción Popular, y reivindicaron la lucha armada.
"No a la impunidad", rezaba una pancarta que marcaba el comienzo de la marcha de unas 15 mil personas, en alusión a los procesos judiciales contra Pinochet, a quien la justicia sobreseyó en julio pasado por demencia en la causa de la Caravana de la muerte, y contra otros militares acusados por las violaciones a los derechos humanos y los 3 mil muertos y desaparecidos que dejó la dictadura.
Allende, el primer presidente socialista que conquistó el poder en las urnas para "hacer la revolución dentro de la institucionalidad", enfrentó el boicot de militares y de la derecha. Para salvar de la crisis y evitar un enfrentamiento civil, decidió convocar a un plebiscito, en un discurso que pronunciaría el martes 11 de septiembre de 1973. Fue entonces que el general Pinochet encabezó el alzamiento, durante el cual Allende murió, en el Palacio de La Moneda.
"Estamos satisfechos con la convocatoria. Llama la atención que siempre siguen apareciendo jóvenes que no conocieron y vivieron el golpe de Estado. Pero ellos toman este acto como una forma de luchar por la democracia y la justicia", dijo Gladys Marín, secretaria del Partido Comunista, al comentar la marcha de este domingo.