SABADO Ť 8 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Surrealismos taurinos
ARTAUD Y BRETON pudieron comprobar, en 1936 y 38 respectivamente, que el surrealismo -expresión libérrima sin las ataduras de la razón, la moral o la estética- ya existía en México como uno de los principales rasgos de su idiosincrasia, como un frenesí colectivo no por irresponsable menos impetuoso.
FUE UNA PENA que en su periplo mexicano ambos artistas no contasen con un Virgilio taurino que con inteligencia y sensibilidad cultural los introdujera en el alucinante y elocuente momento por el que atravesaba la tauromaquia del país; ello habría añadido matices y experiencias a sus estimulantes reflexiones.
SEGURAMENTE SUS PREJUICIOS o despistados universalistas de México los apartaron de tan rica oportunidad de ver y sentir otras formas oníricas de arrebatada expresión, cuando toros y toreros, aquí, fueron verdaderamente bravos y la amabilización de la casta aún no aparecía en la "fiesta más culta que hay hoy en el mundo", como bautizara García Lorca a la de los toros.
HOY, HOY, HOY, inmersos en un gradualismo socarrón que mal aparenta cambiar pues carece del mínimo vértigo por el cambio, habida cuenta de que "sólo la inteligencia se examina a sí misma", el surrealismo mexicano renueva sus ancestrales votos por la expresión individual y colectiva sin razón, sin moral y sin estética, pero a lo bestia. Para muestra, unos botones:
AL TIEMPO QUE el PVEM "rompe" con el Presidente al que ayudó a ganar las elecciones, mismo que no ve, oye ni habla de toros aunque en su rancho de San Cristóbal tenga ganado de lidia, ese partido se alía con el que no supo ni a qué horas ganó -el PAN- para elaborar un anteproyecto de ley de protección a los animales, en ese ecologismo simplón con que la derecha del mundo pretende sustituir al humanismo incluyente, y que de ser aprobado dejaría fuera del escenario a caballos de carrera, toros de lidia y gallos de pelea, entre otras bestias con una misión genética que cumplir en determinadas culturas, no en la de Washington y sus sucursales.
POR LO ANTERIOR, la Unión Nacional de Avicultores, ubicada en la calle de Medellín 325, está citando a una junta urgente para el próximo lunes a las once de la mañana a las asociaciones de galleros, ganaderos y toreros, con el propósito de ofrecer un frente común a esta nueva embestida de los protectores de mascotas interesados en tomar el rábano por las hojas o, si se prefiere, la justicia social por la reivindicación de animales de combate.
POR SU PARTE, la aletargada Comisión Taurina del DF -órgano de consulta y apoyo del jefe de Gobierno- prepara sesudo documento para la retozona Cámara de Diputados, en el que seguramente esgrimirá los aspectos culturales, históricos, estéticos, económicos y políticos que entraña el vilipendiado -por propios y extraños- espectáculo. La única pregunta es: Ƒqué hace un órgano de consulta y apoyo a la autoridad, defendiendo los intereses de unos negligentes particulares?