sabado Ť 8 Ť septiembre Ť 2001

Enrique Calderón A.

ƑNo sería bueno hacer algo con el transporte?

De tiempo en tiempo, los habitantes de la ciudad de México solemos preocuparnos y enojarnos ante las molestias y angustias relacionadas con la vialidad y el transporte. Esto no significa que el resto del tiempo las cosas estén bien, sino sólo que aparecen otras cosas que nos preocupan más.

El caos vial y del transporte se ha agudizado de manera sorprendente desde el regreso a clases hace un par de semanas. Para los automovilistas, los congestionamientos vehiculares en el Periférico y sus vías alimentadoras, así como en las principales avenidas, principian a las 6:30 a.m. todos los días.

Para los millones de usuarios de los microbuses, la transportación a sus centros de trabajo es una pesadilla permanente, porque a los congestionamientos viales deben añadir el hacinamiento dentro de los vehículos y la irresponsabilidad de los conductores. El transporte público, constituido por el Metro, los trolebuses y algunos autobuses, ofrece un servicio de mejor calidad y bajo costo, pero a todas luces insuficiente para satisfacer la demanda, especialmente en lo que a rutas se refiere.

Toda esta situación nos lleva necesariamente a una reflexión respecto de la difícil situación que vive la ciudad, su agravamiento continuo y la ausencia de un plan orientado a resolver el problema. En el Distrito Federal, el número de automóviles en el 2000 superaba los 3 millones de unidades, y cada año crece entre 100 mil y 200 mil unidades adicionales, gracias a las activas campañas comerciales de la industria automovilística. En contraparte las vialidades principales de la ciudad son esencialmente las mismas que existían hace ocho o 10 años, sin que se conozca plan alguno de crecimiento. ƑEs posible imaginar cómo estaremos dentro de cuatro o cinco años?

En lo personal considero que es difícil construir nuevas vialidades en los próximos años, dada la situación económica del país, y que la única opción real de solución está en el transporte público. Un sistema de transporte público de alta calidad y cobertura, capaz de convencer a un segmento importante de los 3 millones de automovilistas de dejar su automóvil y utilizar esa nueva alternativa. Así sí se logrará reducir en un millón el número de autos en circulación, el nivel de tráfico bajaría en una tercera parte y con ello se volvería mucho más fluido, con una mejora palpable para todos.

ƑQué tan difícil resultaría disminuir el número de automóviles en un millón? No tengo una respuesta completa, pero considero que habría que duplicar o triplicar el número de unidades de transporte público, tan sólo como un primer paso. Otro aspecto que me parece importante es crear servicios de calidad diferenciada en rutas destinadas a desanimar el uso del auto particular.

Por otra parte, la experiencia de la ciudad de México es muy clara en un aspecto: para que un servicio de transporte funcione con calidad suficiente es necesario que éste sea subsidiado y no visto como un simple negocio; seguir concesionando el transporte difícilmente puede llevarnos a resultados distintos de los que ha experimentado la ciudad durante los últimos 20 años, con los microbuses.

La otra opción es desde luego dejar las cosas como están y ver qué tanto más podemos aguantar con lo que tenemos. Ť