VIERNES Ť 7 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Pide a congresistas otorgar la confianza perdida en el régimen ''antidemocrático'' anterior
Fox arremete contra el PRI en el Capitolio
Ť Debemos dejar atrás la sospecha y la indiferencia; ahora México tiene un liderazgo legítimo, afirma Ť Certificación y migración, temas barajados ante senadores y representantes atentos
JUAN M. VENEGAS; JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADO Y CORRESPONSALES
Washington, 6 de septiembre. Vicente Fox Quesada puso a debate en el Congreso de Estados Unidos sus dos máximas propuestas cuando se presentó aquí, hace un año, todavía como presidente electo: la eliminación del proceso de certificación y la reformas a las leyes de inmigración de este país, a fin de regularizar a más de 3.5 millones de mexicanos que se encuentran aquí indocumentados.
"Confianza" en la relación, demandó el mandatario; "confianza", insistió, porque representa una visión de Estado distinta, atribuyendo a sus antecesores del PRI -sin mencionarlos explícitamente- la culpa del "distanciamiento" con Estados Unidos, pues "el régimen político que gobernaba México en su gran mayoría era considerado como antidemocrático y desconfiable".
Hoy, sin embargo, "las circunstancias han cambiado", señaló el presidente Fox, quien tuvo una calurosa recepción de los congresistas estadunidense que en varias ocasiones interrumpieron su discurso para aplaudirlo, en dos ocasiones puestos de pie.
Y si bien el jefe del Ejecutivo se "ganó" -como diría el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert- un buen ambiente en el Capitolio por su mensaje de cambio, para la dirigente nacional del PRI, Dulce María Sauri Riancho, las palabras de Fox fueron una "afrenta", contrarias a sus expresiones de diálogo y consenso.
Invitada por el propio Presidente a ser testigo del curso de esta gira, Sauri Riancho advirtió molesta: "no es posible que se desconozcan los logros que se alcanzaron en el país; no podemos estar de acuerdo en que se quiera responsabilizar al PRI de esa manera; Ƒasí es como hablamos de diálogo? Esto no contribuye en nada y obstaculiza incluso la posibilidad de consensos para los acuerdos nacionales".
El cortejo que Fox Quesada había iniciado con la directiva del partido tricolor, pues, terminó pronto. A los priístas mismos sorprendió el cambio tan repentino del discurso presidencial, que apenas en la víspera, en el acto donde recibió el premio de la National Endowment for Democracy, dijo que si el cambio pacífico fue posible en México se debió a "la conducta democrática del Partido Revolucionario Institucional" y al ex presidente Ernesto Zedillo.
Confianza, porque somos distintos
La sesión en la que el Congreso de Estados Unidos abrió tribuna al Presidente de México fue la ocasión para que éste se deslindara del régimen priísta.
Dominado por su reiterada petición y oferta de "confianza" -palabra que repitió 37 veces-, el mensaje de Fox empezó así: "Mi presencia en este recinto es testimonio de esa voluntad de acercamiento entre nuestras naciones. Mexicanos, mexicanas, estadunidenes, hombres y mujeres deseamos con toda firmeza establecer una nueva relación, una relación madura, plena y equitativa basada en confianza mutua. šConfianza!".
Es un mensaje "sencillo", porque la confianza es el "elemento clave de nuestra nueva relación. Estoy consciente de que para muchos estadunidenses, así como para muchos mexicanos, la idea de confiar en su vecino puede parecer riesgosa e incluso hasta poco sabia; estas percepciones tienen profundas raíces en la historia; en México por una añeja idea de sospecha y aprensión sobre su poderoso vecino, y en Estados Unidos por experiencias anteriores con un régimen político que gobernaba México, que en su gran mayoría era considerado antidemocrático y desconfiable".
Por todo ello, nuestros países "se distanciaron cuidadosamente"; sin embargo, hoy que las circunstancias han cambiado; "debemos dejar atrás la sospecha y la indiferencia que tan frecuentemente en el pasado han sido el origen de malentendidos entre nuestros dos pueblos, puesto que es sólo comprometiéndonos más permanentemente como socios y vecinos que podemos hacer una diferencia en nuestras sociedades. Y ahora tenemos una oportunidad histórica para lograr este fin, que tan elusiva ha resultado ser en el pasado".
Abundó sobre la parte que le toca a México, haciendo más señalamientos implícitos a los regímenes priístas. "La relación entre México y Estados Unidos ha cambiado en una forma fundamental. La verdadera democracia en México -durante décadas un sueño sin realizar- ahora es una realidad, y como resultado del voto del año pasado México tiene ahora un liderazgo legítimo y verdaderamente democrático. Esto ha significado un cambio de gobierno, pero también es un reflejo de un cambio profundo en los valores y las aspiraciones de la sociedad mexicana".
En el mismo tono, planteó otro de sus compromisos: enfrentar los problemas más candentes del país y que "son legado tangible de un pasado autoritario, como la pobreza y la desigualdad, que durante tantas décadas han condenado a millones de mexicanos a una vida de desventaja e inseguridad".
Otro flagelo a combatir, continuó, es el de la corrupción, "que ha tenido un efecto tan nocivo en la vida" de los mexicanos, así como "la fragilidad y la debilidad en nuestro sistema judicial que en sí, se debe reformar, a fin de poder poner fin a la impunidad y consolidar el estado de derecho".
Concluyó su presentación: "gracias a los cambios democráticos inaugurados en México el pasado 2 de julio, ha llegado el momento para que México y Estados Unidos se tengan confianza; confianza sencilla, que es lo que ha estado terriblemente ausente en nuestra relación con el pasado y eso es lo que se requiere para que nosotros fomentemos y consolidemos nuestra relación en los años venideros".
En el tema del narco "dennos una oportunidad"
Fox enseguida planteó una de sus máximas prioridades en su relación con Estados Unidos: la lucha contra el tráfico de estupefacientes y la cancelación del proceso de certificación en Estados Unidos.
Lo planteó frente a quienes, finalmente, habrán de decidir: los legisladores. ''La cooperación intensa es lo que se requiere para enfrentar esta amenaza (de las drogas) y la confianza es, ciertamente, un prerrequisito de cooperación".
Les informó que durante su gobierno se han arrestado a "importantes zares del narcotráfico" para su extradición a Estados Unidos. "Y no obstante que sabemos que se necesita hacer todavía mucho más, la confianza será crucial para mejorar la forma de compartir inteligencia e información entre ambos gobiernos".
Vino entonces la propuesta: "estamos comprometidos a convertirnos en un socio pleno de Estados Unidos en la lucha contra las drogas, pero la confianza requiere que un socio (México) no sea juzgado unilateralmente por el otro. Miembros de este honorable Congreso: šdenle una oportunidad a la confianza! šDenle a los dos gobiernos una oportunidad!".
Remató ofreciendo que la iniciativa de suspender la certificación durante tres años "nos permitirá avanzar en la lucha contra las drogas", pero insistió a los congresistas: "demuestren su confianza en nosotros aprobando esa legislación como gesto de buena fe y confianza en este nuevo país que tan arduamente estamos trabajando en construir".
Regularización de indocumentados
El problema migratorio, otro tema expuesto por Fox en el Capitolio, fue también punto de demanda de confianza en el nuevo régimen: "hay un hecho crucial que no debemos perder de vista. Los flujos migratorios responden para satisfacer profundos incentivos económicos subyacentes y que son todo menos imposibles de detener y deben, por otro lado, ser regulados. México, por lo tanto, está buscando un acuerdo que ofrezca mayor seguridad y orden a los flujos migratorios entre nuestros dos países".
Pidió que su mensaje se entendiera con "claridad": la regularización no significa "recompensar a aquellos que violan la ley; la regularización significa que les ofrezcamos los medios legales para permitirles continuar contribuyendo a esta gran nación".
Precisó que el convenio que está buscando para los mexicanos indocumentados, debiera establecer un "tope más elevado para visas permanentes" y expander las oportunidades para que los trabajadores mexicanos "obtengan visas de trabajo temporales para que puedan entrar a Estados Unidos de forma segura y legal".
Esta propuesta de Fox al Congreso fue reforzada por una última: la promoción al crecimiento económico de México, pues con ello "habría oportunidades específicas para todos aquellos jóvenes de las regiones que son el origen de casi todos los migrantes".
Concluyó como empezó, levantando la bandera del cambio como razón de la exigida confianza: "el cambio político que actualmente está teniendo lugar en México es la razón más poderosa por la que ahora podemos establecer nuevas formas de amistad. Espero que Estados Unidos haga suya esta oportunidad".