JUEVES Ť 6 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Sida, otro rostro de la intolerancia
"Nada ilusta mejor el impacto global de la discriminación y la intolerancia" que el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, afirmó ayer Peter Piot, director del programa de Naciones Unidas contra esa enfermedad, ante los delegados de los países reunidos en la conferencia de la ONU contra el racismo, a quienes llamó a adoptar una legislación que ponga fina la estigmatización de quienes tienen sida.
"ƑPor qué debe uno declararse enfermo si puede perder su casa, su trabajo, ser rechazado por su cónyuge o asesinado a pedradas?", preguntó el director del Onusida, quien rindió tributo a Gugo Olamini, una mujer sudafricana asesinada semanas después de haber revelado que era portadora del virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Si la gente se niega a ser examinada o a reconocer que tiene la enfermedad no puede recibir ayuda y continuará propagando el mal, añadió. "Uno no puede combatir el sida sin combatir el estigma y la discriminación", señaló el funcionario.
Unas 36 millones de personas en todo el mundo están infectadas con el VIH; de ellos, 25.3 millones viven en Africa.
"El VIH es asociado con el sexo y las drogas en muchas so-ciedades, sino en todas", señaló Piot. "Estos son temas delicados y por ello es asociado con la vergüenza y el temor". (AP)