MIERCOLES Ť 5 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Su nuevo libro circula en México bajo el sello Océano-Lengua de Trapo
Azúcar ofrece una dosis de riesgo, vitamina para ejercitar la imaginación: Monteserín
Ť ''Soy un escritor tan desconocido que no puedo permitirme el lujo de aburrir al lector''
Ť Sería feliz si algún industrial me encargara una historia novelada de su empresa, señala
CESAR GÜEMES
Dice de sí ser tan desconocido que no puede darse el lujo de defraudar al lector. En realidad Pepe Monteserín, escritor asturiano, tiene ya un nombre cimentado en las letras españolas y se encuentra muy lejos de dar gato por liebre en sus escritos. Desconcertante por naturaleza, Monteserín se dedica lo mismo a escribir cotidianamente acerca de futbol en diversas publicaciones que a trabajar sobre sus novelas, luego de haber pasado una larga etapa como arquitecto y urbanista, que también es lo suyo. Acaba de llegar a México su más reciente novela, Azúcar, publicada por Océano-Lengua de Trapo, que se suma a otros libros del autor como Caballos de cartón, Mar de fondo, Mañana perdí los nervios, Los chispazos burlones de las estrellas y El viajero que huye. Desde Asturias misma habla Monteserín.
-Es una agradable sorpresa la afirmación que de tu obra hace alguien como Gloria Fuertes: ''es un sabio en poesía e inventor de utensilios artísticos". ƑCómo te descubres al saberte apreciado por esa poeta?
-El 8 de abril de 1995 tuve oportunidad de presentarla en un acto público aquí en Asturias, organizado por el ayuntamiento, y de esa presentación, centrada en las muchas y diferentes acepciones del vocablo ''gloria", vienen sus amables palabras que, además de dichas, están manuscritas por ella. Luego pasó dos días en mi tierra y charlamos mucho; entre otras cosas me propuso que la ayudara a escribir sus memorias. Tuvimos mucha relación hasta su muerte. Esas palabras que me dedicó, como otras muchas que hizo públicas, son para mí motivo de orgullo y esa es la razón por la que las exhibo.
La dedicatoria más larga de la historia
-Es fácil observar que el juego tipográfico es una de las constantes de Azúcar. El lector encontrará una o diversas interpretaciones de esta característica. ƑQué función diste como autor a la tipografía?
-Azúcar consta de una dedicatoria de cien páginas, la más larga de la historia de la literatura y, como toda dedicatoria, debería distinguirse del resto del texto por un tamaño algo menor; sin embargo, tantas hojas con una letra pequeña complicaría su lectura. Por eso, la primera página se presenta así, continuando el resto en un cuerpo menor, al principio de cada capítulo, para recordar que todavía se trata de la dedicatoria, e incorporando progresivamente, línea a línea, el tamaño normal. No obstante, la dedicatoria es un recurso narrativo, puesto que también forma parte de la novela. Esa primera parte trata sobre los recuerdos e ilusiones del narrador, en su adolescencia; y la segunda parte cuenta lo que hizo 20 años después.
-La historia que narra tu libro puede ser inocente en una primera lectura. Pero algo me dice que no lo es tanto. ƑEstarías de acuerdo?
-Mis obras tienen más de una lectura. El punto de vista de quien narra en primera persona parece ingenuo, y en esa clave puede leerse y disfrutarse el libro tranquilamente, pero una lectura atenta podría ahondar en espacios de denuncia, exuberancia, ironía, reflexiones de calado, provocación y, tal vez, poesía. En cualquier caso, soy un escritor tan desconocido que no puedo permitirme el lujo de aburrir al lector.
-A México ha llegado apenas este libro tuyo, pero por los títulos de tus otras obras podría pensarse que has dedicado buena parte de tu tiempo a la literatura infantil o juvenil. ƑEs así?
-No. Nunca me dediqué ni me dedico a la literatura juvenil ni infantil, aunque muchas de las cosas que haya escrito estén contadas desde el punto de vista de una persona aparentemente ingenua, aniñada o tonta. En esta obra trato de ofrecer al lector, así se explicita en la portada del libro, una cucharada de riesgo, vitamina tan necesaria para ejercitar la imaginación como para hacer lo que tememos hacer.
Ilimitadas, las miradas del narrador
-Es muy refrescante que colabores para una publicación deportiva. ƑCómo se conecta esto con tus escritos de literatura pensada para un libro?
-La literatura está en todo, y las miradas de un escritor no tienen límite. Todo es narrable: lo poético, lo épico, lo idílico, lo trágico, lo deportivo. Sería yo feliz si algún empresario me encargara una historia novelada de su empresa, aunque se tratase de una fábrica de tornillos. No existe nada que no pueda ser narrado desde una perspectiva literaria. Y así son mis artículos sobre futbol: irónicos, barrocos, exagerados, provocativos y poéticos, como cualquier cosa que hago, como soy en mi vida.
-Además de escribir novela y crónica deportiva, eres arquitecto. ƑDónde dejaste al arquitecto Monteserín?
-Está aquí, conmigo. Soy arquitecto técnico de profesión, pero no me convertí en escritor; siempre fui escritor, lo tengo en los genes, veo la vida desde detrás de una estilográfica, y a los 40 años decidí dejar mi trabajo en la construcción inmobiliaria para ejercer mi auténtica vocación.
''Por eso, cuando doy alguna charla sobre literatura o sobre mi obra literaria, estoy encantado hablando de lo que amo pero de lo que sé poco; me sentiría con más autoridad disertando sobre la promoción de viviendas o las cimentaciones especiales, pero eso no me gusta'', concluye el escritor.