MIERCOLES Ť 5 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Horario de verano
Ť Fallo a favor del DF
LA INCONSTITUCIONALIDAD del decreto presidencial por el cual se impuso el horario de verano en la ciudad de México suma a la larga lista de errores éste que planteaba, cuando menos en la capital, el ejercicio del poder sobre la opinión de la gente.
A FINALES de octubre del año pasado la Universidad Nacional Autónoma de México realizó un estudio para establecer los males y los beneficios que pudiera traer el cambio del horario habitual, por decirlo de alguna manera, al horario de verano.
EN AQUEL estudio aplicado a mil 200 personas, que se fundamentó en el trabajo de 10 investigadores de diferentes instituciones, 60 por ciento de los encuestados afirmó que no debería cambiarse el horario.
EN EL estudio, cuando se preguntó a la gente Ƒcómo asociaba el cambio de horario?, lo hizo con palabras que daban razón a la población sobre la idea del gobierno federal y asociaron la modificación a ideas negativas como imposición, rechazo, engaño, centralismo y otras.
ES IMPORTANTE hace notar que la mayoría de las personas situaba el deseo de Fox, cuando menos en el Distrito Federal, como una idea impulsada desde Estados Unidos y por ello, entre otras cosas, lo rechazó.
Y ES que en la capital aún existe una población refractaria al modo de vivir en Estados Unidos y se niega a parecerse al país que ordena que esto o aquello suceda más allá de sus fronteras.
PARA LOS habitantes de la ciudad las razones económicas de un sistema que quiere parecerse en todo a sus vecinos del norte no es aceptable y prefiere guardar sus costumbres a ahorrar 0.6 por ciento de energía que supuso el cambio de horario.
DE CUALQUIER forma Vicente Fox decidió, aunque con retraso, afectar el horario con un decreto al que ahora la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera inconstitucional. Mal para el gobierno democrático que pierde una batalla ante la gente porque aquí, como se ha demostrado, no se trataba de un berrinche del jefe de Gobierno, sino de la percepción de los habitantes del DF.
NO A la imposición, se dijo entonces como ya se había dicho en muchos otros temas al PRI, pero al igual que aquel partido, el gobernante de filiación panista buscó la vía de la imposición para anular los deseos de la gente que encabezó Andrés Manuel López Obrador. Esa era su tarea.
POR AQUELLOS días del primer año del nuevo siglo, el jefe de Gobierno transmitió la voz popular a la Presidencia de la República, pero no hubo recepción. Por lo contrario, se ordenó por decreto que la población debería dormirse más temprano para iniciar sus labores una hora antes que de costumbre.
CLARO QUE ahora se pueden medir las diferencias, las sensibilidades de uno y otro mandatario y los cauces que cada cual quiere dar a su paso por los gobiernos que encabezan, y en esto no hay trampa, o como se diría en tiempos de la modernidad foxiana: lo que es parejo, no es chipotudo.
AHORA QUEDARA en manos de la Cámara de Diputados y de la jefatura de Gobierno decidir si en marzo próximo se impondrá una vez más a los capitalinos el horario al que se acostumbraron los estadunidenses desde hace mucho tiempo o bien si se podrán conservar las formas de vida que nos hemos dado los mexicanos.
LO MALO del caso es que la noticia llegó con severidad inoportuna a Fox, quien ayer mismo viajó a Estados Unidos. No habrá explicación posible para esto que allá podría calificarse como un desacato.
Y SI a eso se suma el resultado de los primeros meses de gobierno, serán puras malas noticias las de Vicente Fox para su amigo Bush, y en una de esas la melosa reunión que se anunció hace unos días en uno de los diarios de mayor importancia de ese país podría convertirse en junta de la amargura.
POR LO pronto ya sabemos que el Presidente cometió un error constitucional, aunque para Bush eso será lo de menos, lo grave es que perdió, así de simple, y eso para el presidente de Estados Unidos es imperdonable.
DE CUALQUIER forma la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación reinicia una batalla que ya estaba olvidada, pero que volverá a su fragor casi por inercia y enfrentará a quienes se consideraba mantenían un muy buen ambiente de colaboración.
NI MODO, esa sí es la democracia.
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