MARTES Ť 4 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť La desconcentración debe ser el eje central de la política demográfica: Tuirán

Metrópolis expulsan población a ciudades medias

Ť Se busca alentar localidades de transición, que absorban el flujo migratorio del medio rural

ALONSO URRUTIA

Aun cuando los objetivos de la política demográfica para este sexenio prevén alcanzar hacia el 2006 una tasa de crecimiento poblacional a la baja, para el secretario general del Consejo Nacional de Población, Rodolfo Tuirán, el elemento central será la redistribución geográfica de la población.

poblacion_ejecentralSe intenta desconcentrar la población de las grandes metrópolis del país, pues en la actualidad 70 por ciento de los habitantes en áreas urbanas se concentran en las cinco grandes zonas metropolitanas del país, con lo que esto implica de problemas y demandas sociales. Por ello se busca reorientar los flujos migratorios hacia las ciudades medias que conforman el Sistema Nacional Urbano.

De acuerdo con los datos oficiales, este proceso ha comenzado, como lo revela el hecho de que cuatro de las cinco grandes metrópolis del país -con excepción de Monterrey- han comenzado a expulsar población hacia ciudades medias.

Sin embargo, esta meta de redistribuir la población nacional debe estar enmarcada en una política multisectorial, con el objetivo de crear mayores polos de desarrollo en diversos puntos del país.

La medida ?dice Tuirán? está ligada a una vertiente de la reforma hacendaria como eje central: la descentralización de recursos hacia los gobiernos estatales y municipales, que les doten de la capacidad financiera para dar respuesta a la demanda social que implicará un mayor crecimiento poblacional.

Tuirán sostiene que es necesario revertir los crecimientos desmesurados que se dieron en las grandes metrópolis del país. El caso más significativo es la ciudad de México, en cuyo territorio vive uno de cada cinco habitantes.

"En el poblamiento en México hay una característica dual: por un lado una concentración marcada en unos cuantos espacios del territorio y, por el otro, un problema de profunda dispersión de poblaciones rurales".

En este último renglón, el titular del Conapo dice que aun cuando en el país hay 170 mil localidades de menos de 2 mil 500 habitantes, son 64 mil comunidades rurales de esta dimensión las que virtualmente están aisladas en el país, con las carencias que ello implica en ámbitos como el educativo o la salud, entre otros.

El ciclo natural

Al abundar sobre el proceso que registran cuatro de las cinco zonas metropolitanas del país, Tuirán señala que el fenómeno obedece al ciclo natural de las ciudades, que va de un intenso crecimiento hasta iniciar un gradual decrecimiento.

El aprovechamiento de esta dinámica obligará a elaborar programas y canalizar recursos hacia las ciudades medias, que permitan fortalecer su infraestructura, y eso sólo se puede hacer con transferencia de fondos.

Los últimos análisis señalan que en las 364 ciudades medias del país se concentra 20 por ciento de la población considerada con muy alta marginación, con carencias marcadas en diversos rubros sociales.

Paralelamente, se pretende alentar a nivel regional lo que se denomina localidades de transición, que podrían absorber los flujos migratorios de algunas regiones rurales.

"Hasta ahora -admite Tuirán- todo esto son estrategias incipientes que requieren solidificarse. A pesar de los signos positivos de desconcentración, todavía no tenemos resultados importantes."

Definidas por Tuirán como una política de Estado, las acciones en materia de control del crecimiento poblacional continuarán, con el objetivo central de alcanzar en el año 2005 "una fecundidad similar que tenga el nivel del remplazo generacional, con el propósito de que a mediano plazo se estabilice el crecimiento poblacional en esos niveles".

Para tal efecto es preciso reducir de 2.4 hijos por pareja a 2.1, que si bien pareciera un cambio pequeño, en términos demográficos es realmente significativo.

A juicio de Tuirán, esto sería como el colofón de lo que define como "la revolución cultural de fin del siglo pasado". Para el responsable de la política poblacional, reducir el promedio de 7.3 hijos por mujer a 2.4 en tres décadas representó una política muy exitosa a nivel demográfico, si se le compara con lo que ha implicado a otros países esa transición.

Sin duda, los efectos de este cambio tan drástico están por comenzar en el país. La población lo ha asimilado como parte de un derecho, pues en las encuestas aplicadas sobre planeación familiar 90 por ciento de los consultados asume que decidir el número de hijos que debe tener es absolutamente su derecho.

Tuirán señala que los efectos del cambio en la política demográfica están comenzando a verse, y en los próximos años se resentirán más. "Pareciera que no tendría relación, pero no se podría entender la creciente inserción de la mujer en el ámbito económico sin el cambio demográfico. Anteriormente la mujer destinaba, en promedio, 25 años a la crianza de los hijos, cifra que se ha reducido a 10 en la actualidad".

Sin embargo, a pesar de esta reducción, el secretario general del Conapo no se siente satisfecho, pues México aún ocupa un lugar intermedio a nivel internacional en cuanto a su tasa de crecimiento. Necesitamos bajarlo aún más, y que la sociedad perciba lo que ello representa en términos sociales y de bienestar.

Por ejemplo, es claro que la reducción de la fecundidad representa para la mujer también la disminución de los riesgos de muerte asociados a la maternidad, y abatir también la mortalidad infantil. Es decir, hay una correlación con mejores condiciones de salud de la madre y el hijo.

Rodolfo Tuirán señala que una de las ventajas que tiene la política demográfica para alcanzar los objetivos es que su aplicación ha generado consensos entre todos los partidos, y se le concibe como una política de Estado que permitirá alcanzar los objetivos en esta nueva etapa.