Ť Según la dependencia, Manjarrez fue víctima de "lamentable suma de coincidencias"
Modifica la PGJE de BC la versión oficial del asesinato del secretario particular del gobernador
Ť "Preocupantes", las graves contradicciones: procuraduría de derechos humanos estatal
JORGE ALBERTO CORNEJO CORRESPONSAL
Tijuana, BC, 3 de septiembre. La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) rectificó su versión oficial en torno al asesinato de Alejandro Manjarrez, secretario particular del gobernador Alejandro González, ocurrido la madrugada de este domingo.
El subprocurador general de Justicia en Tijuana, Francisco Javier Cossío, aseveró que el funcionario fue víctima de una "lamentable suma de coincidencias".
Por su parte Raúl Ramírez, titular de la Procuraduría de Derechos Humanos y Protección Ciudadana de Baja California (PDHPCBC), dijo que son "preocupantes las graves contradicciones de la autoridad en la investigación de los hechos".
Originalmente, la PGJE informó en un comunicado que Manjarrez fue atacado al intentar detener a dos hombres que efectuaban disparos al aire y agredieron la camioneta oficial en la que viajaba el ahora occiso acompañado de familiares y amigos.
De acuerdo con la primera versión, dentro de la misma Suburban -a disposición del gobernador González para sus giras de trabajo por Tijuana- viajaba el regidor electo Arnulfo Guerrero y su esposa, pero en la nueva explicación se establece que Manjarrez ya había dejado en su domicilio al futuro funcionario.
La camioneta que conducía Manjarrez, fue "baleada por confusión": Cossío
Asimismo, Cossío informó este lunes que la camioneta que conducía Manjarrez fue baleada "por confusión" de los agresores Carlos Víctor Rodríguez, de 28 años de edad, y Jorge Eduardo Ronquillo, de 26, ambos originarios de Sinaloa, quienes alegan que horas antes del incidente fueron víctimas de una persecución por parte de individuos que iban a bordo de otra camioneta de características similares.
Según esta nueva versión, aclaró el funcionario, de las testimoniales ministeriales de los acompañantes de Manjarrez y de los mismos presuntos responsables confesos, quien accionó un arma calibre .380 en al menos ocho ocasiones contra la camioneta del gobierno del estado fue Ronquillo, quien se encontraba en ese momento bajo los efectos de cocaína, mariguana y alcohol.
Esta misma exposición establece que Ronquillo conducía en estado de intoxicación un vehículo Volkswagen sedan 2001 a unos 60 kilómetros por hora por el bulevar Insurgentes con uno de sus neumáticos traseros reventado cuando, al percatarse de la presencia de la camioneta Suburban 2000 que conducía Manjarrez, comenzó a dispararle a través de la ventana del copiloto, a una distancia menor de cinco metros, por lo cual el servidor público resultó herido de muerte.
Durante los hechos Víctor Rodríguez, el acompañante de Ronquillo, dormía en el asiento del copiloto del sedan.
La reconstrucción de hechos contradice elementos de la nueva versión
No obstante, de acuerdo con la reconstrucción de los hechos efectuada en la escena del crimen, sería falso que los agresores hubieran efectuado disparos al aire y que Manjarrez utilizara una "torreta" policiaca para tratar de detener al sedan, toda vez que aquella no fue localizada.
Asimismo, la nueva versión descarta que se hayan efectuado disparos desde la camioneta del gobierno del estado hacia el sedan, dado que a todos los pasajeros de la misma se les practicó un examen de rodizonato de sodio, incluyendo al cuerpo de Manjarrez, resultándoles a todos negativa.
En lo único en que coinciden las versiones expuestas oficialmente por la Procuraduría General de Justicia del Estado ayer domingo y este lunes es en que la agresión contra el servidor público fue una acción no premeditada "en la que no hay indicios de delincuencia organizada".
Por su parte, la Procuraduría de Derechos Humanos y Protección Ciudadana de Baja California (PDHPCBC), organismo que ayer certificó a los detenidos que este lunes serían consignados, determinó que éstos no fueron víctimas de tortura y que los golpes que ambos presentan fueron producto del sometimiento físico por parte de agentes municipales que los capturaron cuando pretendían darse a la fuga a pie, señaló el ombudsman bajacaliforniano Raúl Ramírez.