Lunes en la Ciencia, 3 de septiembre del 2001



 

El papel de los neurotransmisores en los problemas de disfunción

Inhibición de la conducta sexual

Gabriela Rodríguez Manzo

ADN-ratonHoy en día, una serie de factores contribuye a que la disfunción sexual masculina sea un problema que afecta a un número cada vez mayor de individuos. El estrés creciente al que estamos sometidos y el aumento en el consumo de psicofármacos (ansiolíticos, antidepresivos, somníferos), en cuyo perfil de efectos indeseables está incluido el afectar la función sexual, son algunos de esos factores. En el hombre, la disfunción sexual puede presentarse a diferentes niveles, desde problemas de libido (deseo sexual) y anorgasmia (incapacidad para alcanzar el orgasmo), hasta trastornos de los reflejos sexuales tales como la impotencia (incapacidad para lograr y/mantener una erección) y la eyaculación precoz (aparición de la eyaculación en una etapa muy temprana de la interacción sexual).

La conducta sexual es innata, genéticamente determinada y por ello tiene, con excepción del ser humano, un carácter estereotipado, es decir, se presenta de la misma manera en todos los miembros de una especie. Esta última característica permite el establecimiento de medidas conductuales, lo que la convierte en un modelo potencial para el estudio de las bases biológicas que le subyacen. Así, el análisis experimental de la conducta sexual masculina en roedores (ratas, ratones, hamsters) nos permite averiguar qué mecanismos nerviosos regulan su expresión o participan en su inhibición.

Si bien en la conducta sexual del hombre intervienen ciertos factores que limitan su carácter instintivo, las bases biológicas que subyacen a la expresión de esta conducta las compartimos los humanos con otras especies de mamíferos. Así, por ejemplo, la presencia de hormonas sexuales masculinas (andrógenos) es condición indispensable para la aparición y mantenimiento de la conducta sexual masculina en todas las especies de mamíferos. Por lo tanto, el conocimiento generado a partir del análisis experimental de la conducta sexual en animales resulta de utilidad para profundizar en la comprensión de los mecanismos que intervienen en su expresión en el hombre. La investigación en animales de laboratorio ha llevado a postular la existencia, dentro del sistema nervioso, de mecanismos excitadores e inhibidores que en conjunto ejercen el control sobre la respuesta sexual y, por consiguiente, sobre la conducta sexual masculina. Sin embargo, la experimentación se ha centrado en el estudio de los mecanismos excitatorios que intervienen en su expresión y muy poco en tratar de comprender aquéllos que participan en la inhibición de la conducta.

El estudio de los mecanismos que participan en la inhibición de la conducta sexual masculina constituye una de las líneas de investigación que se siguen en el Departamento de FarmacobiolADN-ratonogía de la sede sur del Cinvestav. El fenómeno de saciedad sexual en ratas constituye un modelo natural de inhibición sexual que permite la investigación farmacológica de los factores que intervienen en la inhibición de la conducta sexual masculina. El modelo consiste en permitir a una rata macho tener interacción sexual con una hembra receptiva sin restricción, lo que da por resultado que el macho eyacule repetidamente y después de ello presente un periodo de inhibición sexual de larga duración (hasta 15 días). Con este modelo hemos podido establecer la participación de diferentes neurotransmisores (mensajeros químicos del sistema nervioso) en el mantenimiento de la inhibición sexual. Los datos obtenidos nos permiten entender en algunos casos por qué el consumo de ciertos psicofármacos, que modifican a diferentes sistemas de neurotransmisión, tiene como efecto colateral el deterioro de la función sexual. Por ejemplo, se ha observado que ciertos antidepresivos, que aumentan el tiempo que el neurotransmisor serotonina permanece en el espacio que hay entre neuronas estimulándolas, afectan la conducta sexual masculina.

En el laboratorio hemos podido determinar que la inhibición sexual de larga duración que se presenta en el modelo de saciedad sexual, puede ser revertida por la administración de un fármaco que bloquea la salida del neurotransmisor serotonina al espacio entre neuronas. Esto nos permite pensar que la permanencia del neurotransmisor serotonina en el espacio interneuronal puede ser una de las causas del deterioro de la función sexual que se presenta como efecto colateral del tratamiento con ese tipo de antidepresivos. Por otro lado, la administración de un fármaco que estimula la liberación del neurotransmisor noradrenalina al espacio entre neuronas, también revierte la inhibición sexual en el modelo de saciedad. Por lo tanto, el déficit en este neurotransmisor puede ser causa también de disfunción sexual masculina.

La autora es investigadora del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, del IPN

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