LUNES Ť 3 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
BALANCE DE LA JORNADA
MARLENE SANTOS A. Y CARLOS HERNANDEZ
Ť Cuauhtémoc regresó con motivación y humildad
Ť El miércoles, otra jornada crucial
Ť El caso Torrado pone a temblar a directivos
Ť La Piedad, equipo llanero, pretende al cotizado Pichichi
Con la sufrida victoria sobre Jamaica, México no sólo renovó sus sueños mundialistas, sino que además recobró en buena dosis la confianza en su jerarquía y calidad futbolística, misma que deberá acrecentar en el partido como local, este miércoles en el estadio Azteca ante la eliminada Trinidad y Tobago.
Esa confianza y seguridad será fundamental para luego encarar el último tramo de este Viacrucis que ha sido la segunda vuelta del hexagonal hacia Corea-Japón, después que la primera fase fue de auténtica pesadilla; sobre todo porque los dos últimos partidos serán contra Costa Rica, en San José, y frente a Honduras, en México, ambas convertidas en auténticas potencias.
La riesgosa situación del Tri y la etiqueta de invencible que como local ostentaba Jamaica, hicieron que los temores crecieran en forma desmesurada de cara al partido realizado en Kingston. Pero con ánimo de revancha, ansioso de una oportunidad para jugar más allá de los escasos minutos que le ha permitido el Valladolid, apareció el salvador Cuauhtémoc Blanco.
El de Tepito, a quien algunos llaman San Cuauhtémoc, volvió a la selección con humildad y gran motivación. El técnico Javier Aguirre tuvo el acierto no sólo de convocarlo, sino de ingresarlo en un partido que presentaba una trama complicada, ideal para la habilidad y solvencia del que -lo demostró- sigue siendo el mejor jugador del balompié mexicano.
Y si resultó admirable la actuación de Cuauhtémoc, no lo fue menos la actitud asumida por el hombre récord, Claudio Suárez, quien con la misma humildad cedió el gafete de capitán a Alberto García Aspe y se conformó con ir a la banca. Está claro, aquí ya no importan los blasones de cada cual. Sencillamente el grupo comandado por El Vasco Aguirre es ya un equipo, y esa unión puede significar el punto decisivo para el éxito.
El miércoles México podría alcanzar a Estados Unidos con 13 puntos. Pues mientras el Tricolor recibirá a la desmoralizada selección trinitaria -ojo, sin caer en confianzas-, los estadunidenses visitarán a una Costa Rica que anhela convertirse en el primer equipo clasificado de la región. Nadie descarta una reacción de los estadunidenses, pero los ticos integran actualmente a la mejor selección.
También este miércoles, Honduras tiene la mesa puesta para terminar de cavar la tumba jamaicana y dejar entre cuatro la lucha a muerte por tres boletos.
Un día antes, el martes, los hombres de pantalón largo del futbol mexicano se toparán con una realidad menos grata con el espinoso caso del jugador Gerardo Torrado, que les ha dado tantos dolores de cabeza, como en el torneo pasado los tuvieron con la demanda interpuesta por Emilio Mora.
En el nuevo capítulo del jugador que se contrató con el Polideportivo Ejido, el directivo Víctor Garcés tiene la encomienda de redactar el documento que enviarán a la Real Federación Española de Futbol y a la FIFA, para explicar su negativa a enviar el pase del jugador.
Por otra parte, con el cese del técnico de La Piedad, Alberto Guerra, el singular balompié local impuso récord en los desquiciantes torneos cortos con seis técnico pasados por la guillotina en 7 fechas. Los nerviosos directivos de plano están apanicados, obstinados en cosechar puntos, pero Ƒa cambio de qué?
Resulta que el dueño de los reboceros, Valente Aguirre, ha ascendido a dos equipos haciendo jugosos negocios, pues la franquicia del Unión de Curtidores la vendió a Puebla y ahora tiene a La Piedad jugando en condiciones de equipo llanero. Rechazó hacer mejoras al estadio Juan N. López, no le proporciona cancha alterna para entrenar, ni vestidores dignos, no hay palco de prensa, servicio médico, etcétera, etcétera... Pero eso sí, ya hasta quiere contratar a Hugo Sánchez.
Mal trago hizo pasar el América a sus seguidores con el hórrido partido contra el Irapuato. El equipo ya había demostrado que los de banca eran tan solventes como los supuestos titulares, pero al final las ausencias (Zamorano, Estay, Rojas, Villa) pesaron y no pudo adueñarse de los tres puntos ante un rival que las estadísticas señalan como el más débil.