Ť México derrotó 2-1 a Jamaica como visitante y aumenta sus posibilidades de ir al Mundial
Resurge la esperanza
Ť La entrada de Cuauhtémoc Blanco en el segundo tiempo borró un primer periodo desastroso
Ť El jugador del Valladolid anotó los dos goles y con su ánimo levantó al Tricolor
Kingston, 2 de septiembre. Cuauhtémoc Blanco fue la diferencia entre el Tri medroso y titubeante del primer tiempo, y el aguerrido y encarador conjunto del complemento, ya que con sus goles provocó la voltereta para la victoria de 2-1 sobre Jamaica, resultado que renovó la esperanza de México por asistir al Mundial de Corea-Japón.
El atacante del Valladolid de España tuvo una decisiva reaparición con la selección luego de 9 meses de ausencia por la lesión sufrida en octubre pasado. Se presumía que llegaría falto de ritmo, pero Blanco ingresó en el segundo tiempo, encaró, inyectó ánimo a sus compañeros, y --sobre todo-- su creatividad al frente desequilibró a los sorprendidos isleños.
Con la victoria, el Tricolor trepó al cuarto lugar de la eliminatoria mundialista con 10 puntos, por debajo de Costa Rica (16), Estados Unidos (13) y Honduras (11), y guardó en las estadísticas la famosa racha de 46 juegos invictos de los Reggae boyz, que están cerca de sumarse al pelotón de los eliminados, en el que ya está Trinidad y Tobago.
En los minutos iniciales México se adueñó del esférico y se dedicó a pasearlo de forma intrascendente, de inmediato comenzaron a surgir los roces y Jamaica, aunque tuvo menos tiempo el balón, produjo llegadas de peligro, como la del minuto 10 por conducto de Garriel Powell.
El autogol y la decepción
Al minuto 11, la defensa Tricolor cometió un grave error ante el veloz arribo de Onandi Lowe, quien pese a la marca sacó un disparo que Oscar Conejo Pérez logró atajar dejando el balón a la deriva, enseguida se hizo bolas con el defensa Heriberto Ramón Morales, quien trató de despejar hacia tiro de esquina, pero lo anidó en su propia meta.
Se hizo evidente el gran nerviosismo de los mexicanos, mientras que Jamaica aprovechó el marcador a favor para jugar al contragolpe, con todos sus hombres defendiendo y copando los caminos a un rival que carecía de imaginación.
A los 23 de acción, Palencia tuvo una de las escasas llegadas cuando recibió un pase de Jesús Arellano, pero remató muy desviado. Enseguida Jared Borgetti y Heriberto Morales mandaron un par de cabezazos desviados, más tarde Manuel Vidrio remató a primer poste. Nada pasó y al Tri se le enfriaron los bríos en inútiles intentos por el centro.
Al minuto 44 el árbitro egipcio Gamal Ghandour perdonó la expulsión a Germán Villa, quien jaló a Lowe cuando se perfilaba en veloz y solitaria carrera hacia la meta de Oscar Pérez. Un minuto después Simpson envió un tiro potente que pasó al costado izquierdo de la meta del Conejo.
Un giro de 180 grados registró el equipo con Cuauhtémoc Blanco, quien ingresó en lugar de Alberto Rodríguez. De inmediato el atacante comenzó a provocar faltas y las jugadas comenzaron a tejerse en forma coherente. Al 60 Borgetti recibió pase filtrado pero no conectó bien y su disparo salió muy cruzado.
Un minuto después, Blanco puso el 1-1 tras desborde de Arellano por la derecha cuyo centro dejó pasar Borgetti en gran finta, para dar paso al certero remate de Cuauhtémoc. Enseguida el técnico local, Clovis de Oliveira, hizo relevos que no lograron equilibrar el juego, dominado por México en esos momentos.
Los dramáticos minutos finales
Los pupilos del suspendido Javier Aguirre --quien vio el juego desde la tribuna junto con varios directivos-- tuvieron algunos descuidos, pero atrás contaron con la solvencia de Rafael Márquez y del portero. Blanco fue una constante amenaza en el área enemiga, y al 73 logró el tanto de la victoria con nuevo desborde del Cabrito Arellano por la derecha, desde el centro Cuauhtémoc conectó con precisión para enseguida desbordar en festejos con sus compañeros que locos de alegría lo abrazaron y felicitaron.
México estaba crecido y cerca del tercer tanto, pero El Vasco Aguirre buscó asegurar la victoria e ingresó a los defensas Sigifredo Mercado y Claudio Suárez sacrificando hombres de ataque, por lo que los últimos minutos fueron de angustia, debido al acoso desesperado de los jamaicanos. La sangre fría de Rafa Márquez helaba el estómago con audacias como la de entregar el balón a su portero con un cabezazo suave al minuto 88, hasta que el silbatazo final sonó como campana celestial.