LUNES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2001

Dejó de latir el corazón de Barnard

Célebre por sus operaciones de trasplante y sus amoríos, el médico sudafricano falleció a los 78 años

AFP

Nicosia, 2 de septiembre. Casi 34 años después de haber realizado ante la admiración del mundo entero el primer trasplante de corazón en un hospital de Ciudad del Cabo, el doctor sudafricano Christian Barnard falleció este domingo a los 78 años en Paphos (Chipre), informaron fuentes médicas.

Barnard se desmayó al borde de la piscina del lujoso hotel donde se alojaba en la localidad de Paphos, en el oeste de la costa mediterránea. Murió a su llegada al hospital local a las 13:15 horas, indicaron fuentes médicas que precisaron que las causas de la muerte todavía no se conocen. La autopista se realizará el lunes y en ella participará un especialista llegado de Austria, informaron los mismos agentes.

La policía indicó que personas que se alojaban en el mismo hotel vieron que Barnard se desvaneció al borde de la piscina. Otro cardiólogo, Neophytos Papageorgiou, que se encontraba en el jardín, no consiguió reanimarlo. "Cuando llegué a su tumbona, estaba echado de lado y no respiraba. Intenté sin éxito reanimarlo", declaró Papageorgiou.

Por su parte, el ministro chipriota de Sanidad, Frixos Savvides, declaró: "estamos profundamente apenados por la noticia de la muerte del doctor Barnard".

El médico se hizo famoso en todo el mundo tras realizar el primer trasplante cardiaco el 3 de diciembre de 1967. Barnard trasplantó el corazón de una mujer de 25 años, muerta en un accimonaco_obitdente de tránsito, a un hombre de 53 años, Louis Washkamsky, que sobrevivió 18 días a la operación. En menos de 24 horas se convirtió en una celebridad a escala mundial.

Hijo de un sacerdote, Chris Barnard nació el 8 de noviembre de 1922 en Beaufort West, una pequeña ciudad del suroeste de Sudáfrica. En la muerte por una enfermedad cardiaca de uno de sus cuatro hermanos, a los cinco años, hay que buscar el origen de su vocación.

Barnard comenzó su carrera médica en el hospital Groote Schuur de Ciudad del Cabo, pero realizó su especialidad en cardiología en la Universidad de Minnesota (norte de Estados Unidos), en 1958.

Divorciado tres veces, se instaló hace poco en Austria, molesto por la cobertura mediática que se hizo en Sudáfrica de su último divorcio el año pasado.

Su carrera profesional, que terminó en 1983 debido a una artrosis, le valió múltiples títulos y recompensas. Al final de su vida se lanzó a una serie de extrañas experiencias genéticas para luchar contra el envejecimiento.

"Me preocupa empezar a parecer viejo (...) Me gusta mirarme en el espejo y estar orgulloso de lo que veo", declaró hace unos años.

Las primeras reacciones al fallecimiento de Barnard no se hicieron esperar. El ex presidente sudafricano Nelson Mandela expresó sorpresa y pena por la muerte del cirujano. "Es una gran pérdida para el país después de todas sus contribuciones. Además era una voz contra el apartheid", declaró Mandela.

El cardiólogo francés Christian Cabrol, que en abril de 1968 realizó el primer trasplante de corazón en Europa, se dijo muy apenado. "Era un amigo desde 1956, cuando siendo jóvenes cirujanos compartimos residencia en Estados Unidos". Durante su último encuentro, hace unos meses, Barnard le confesó: "Estoy en la lista de espera, la de la última hora".

También el ginecólogo italiano Severino Antinori, célebre y controvertido por sus proyectos de clonar seres humanos, se manifestó "consternado" por la muerte de Barnard.

"Hemos perdido un científico extraordinario que además tenía una capacidad de intuición fuera de lo común en el ámbito de la investigación", afirmó Antinori. "Estoy, si cabe, más apenado porque le conocí hace seis meses en Milán y tuvo palabras de aprecio y de ánimo en lo relativo a mi proyecto de clonación terapéutica", agregó.