Ť Hoy abre sus puertas la institución de educación superior

Luis Villoro: garantizada, la misión plural de la UCM

MARIA ESTHER IBARRA

Al filósofo Luis Villoro Toranzo ríe cuando se le pregunta sobre la crítica que se hace de que la Universidad de la Ciudad de México (UCM) formará cuadros perredistas o guerrilleros. "¡No sé en qué se basan para decir eso! No hay un ningún dato, hecho, absolutamente nada que permita sacar esa conclusión. Como se verá, es una institución donde se respeta ante todo la pluralidad de opiniones y la libertad de cátedra."

Y expone: "Las universidades públicas forman gente disidente del sistema, pero de ellas también surgen empresarios, sostenes del sistema político mexicano y alguno que otro revolucionario. La UCM nace sin la autonomía, pero está garantizada su independencia académica, libertad de cátedra y misión plural educativa. Aunque a su rector Manuel Pérez Rocha lo nombró el jefe de Gobierno capitalino, fue a propuesta unánime de un consejo académico."

No descarta un hecho: "Puede haber una intromisión del gobierno capitalino y del PRD o de cualquier otro partido político, y por eso es importante que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal decrete su autonomía. Pero esa "tentación" o peligro corren todas las universidades públicas al estar inmersas en la lucha de las fuerzas políticas. Por lo tanto, son frágiles frente a la intromisión de intereses partidarios políticos en su seno, pero tienen que defenderse frente a esto y mantener su independencia. Su fuerza ética y moral son las mejores armas."

Integrante del consejo académico de la UCM, agrega: "Las críticas adversas y la escasez de recursos financieros no ponen en peligro su futuro. Su creación debe entenderse en la contraposición de dos conceptos diferentes de universidad: uno, el del poder y el mercado; y otro, el del conocimiento y la defensa de los valores supremos frente al poder. Es un proyecto educativo muy modesto, pero es una llamada de atención a las necesidades de educación superior de miles de jóvenes.

Su estrecho cubículo en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM lo parece aún más por la cantidad de libros. Antes de analizar las críticas adversas hacia la UCM, el investigador universitario emérito plantea, en entrevista con La Jornada, el contexto de la "contraposición" de dos modelos de universidad que rigen en la actualidad y en el cual se debe ubicar la fundación de la universidad capitalina, que este lunes será inaugurada.

Analiza: "En la época contemporánea hay una polémica, un conflicto entre dos ideas contrapuestas de la universidad: una, la de la universidad que responda principalmente a los retos del mercado profesional, lo cual implica que las universidades sean lo más eficaces posibles en la preparación de personas para satisfacer las necesidades profesionales del mercado de trabajo. Esto implica que las universidades se piensen fundamentalmente en función de esta necesidad social y económica.

"Frente a esta idea, hay otra e importante: mantener: la idea de que la universidad, si bien tiene la función del suministrar satisfactores a las necesidades del mercado profesional, su principal tarea es la persecución del conocimiento y su difusión de manera igualitaria y desinteresada hacia toda la sociedad, mediante la ciencia, las humanidades y las artes. Desgraciadamente, en la situación actual es difícil conciliar esta segunda noción de universidad con la primera noción."

Entonces ?anticipa? dentro de esta contraposición de concepciones de universidad se debe situar la fundación de este nuevo intento de la UCM. "No se le puede juzgar si no es dentro de este proyecto. Es una universidad modesta, que nace con muy pocos recursos, pero justamente lo importante de esta universidad es una llamada de atención al Estado en todos sus niveles ?federal, estatal y municipal? de la obligación de propiciar universidades que persigan el conocimiento sin descuidar la formación profesional. Ambas funciones no son excluyentes."