LUNES Ť 3 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Ante la imposibilidad física de someter a sus víctimas a golpes, les disparan o navajean
Aumenta el número de ancianos delincuentes
Ť Cometen asaltos y venden droga "para sobrevivir", indica investigación de la UNAM
SUSANA GONZALEZ G.
Hombres y mujeres de la tercera edad que habitan en el Distrito Federal se han visto forzados "por su necesidad de sobrevivir" a incorporarse a las filas de la delincuencia en los últimos dos años y lo han hecho no sólo a través de la distribución y venta de droga en pequeñas dosis en puestos de dulces afuera de las escuelas, ya que también participan en robos a mano armada.
Incluso, al cometer un asalto los ancianos actúan de manera más violenta que otros delincuentes debido a que, por su edad y condición, no están en posibilidades de recurrir a los golpes o cualquier alternativa física para intimidar a la víctima, así que de plano "disparan o asestan el navajazo", advirtió René Jiménez Ornelas, coordinador del Proyecto de Investigación Interinstitucional sobre la Violencia Social en México, perteneciente al Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
El investigador precisó que mientras en una encuesta levantada durante 1998 entre los capitalinos, sobre su percepción de la inseguridad pública, no se tenía registro de que entre los delincuentes hubiera personas de la tercera edad, esta situación cambió dos años después cuando "los viejitos comenzaron a aparecer como participantes en asaltos." Lo que significa, afirmó, que hubo un incremento de seis por ciento de los llamados adultos mayores o en plenitud involucrados en actividades delictivas.
Si bien el investigador manifestó que en su mayoría los ancianos se ven involucrados en casos de venta distribución de droga -"la clásica viejita que vende jícamas con chile afuera de las primarias ahora vende además tachas para los niños"- también participan en los robos a transeúntes para lo cual se arman. "Puedes encontrarte a viejitos de 70 años que te salen al paso con una pistola y de plano te disparan porque sabe que no tienen alternativa física."
El fenómeno es atribuible, explicó Jiménez Ornelas, "a las grandes corrientes de gente mayor que no tienen ningún tipo de protección social entonces se ponen a asaltar o vender droga porque Ƒqué les queda?" Pero lo peor del caso es que el problema se agravará aún más con el envejecimiento paulatino de la población ya que desde la década de los 70 ha cambiado la estructura por edad, alertó.
Y es que, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Población (Conapo): "Las personas de la tercera edad (65 años o más) son quienes crecen de manera más rápida desde hace quince años. Su monto actual es de casi cinco millones de personas y aunque ahora sólo abarca 4.9 por ciento del total, aumenta a un ritmo anual de 3.75 por ciento, que es una tasa para duplicar el tamaño inicial de esta población cada 18.7 años", según establece el estudio La población de México en el nuevo siglo, publicado por la dependencia.
A su vez, el investigador universitario manifestó que el problema de los ancianos que venden droga o asaltan se inscribe dentro de las nuevas modalidades adoptadas por la delincuencia como son también el reclutamiento de niños para la creación de bandas y ejércitos de protección al servicio del narcotráfico, lo que llamó la socialización del secuestro porque los raptos se cometen ya contra personas de bajos recursos e incluso el autosecuestro. Ilícitos que, dijo, es necesario estudiar para conocer la causalidad actual de la delincuencia.
En tal sentido anunció que con el apoyo de la UNAM se pretende llevar a cabo una tercera encuesta en el Distrito Federal para conocer la cifra negra de los delitos y la percepción que sobre la seguridad pública tiene la gente.