LUNES Ť 3 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Carmen Parra, artista e investigadora, integrante de Sociedad de Amigos del Centro Histórico
La Catedral es el centro simbólico más importante de toda América
CESAR GÜEMES
La problemática por la que atraviesa la Catedral Metropolitana, más allá del evidente desorden ambiental, está relacionada directamente con la salud psicológica de la ciudad: al negar, por olvido u omisión, la importancia simbólica del sitio, se le da la espalda a la identidad citadina. Esa es la tesis fundamental de Carmen Parra, artista plástica e investigadora, que forma parte de la Sociedad de Amigos del Centro Histórico, y encabeza, junto con Rosalba Garza y Guillermo Tovar de Teresa, la iniciativa para conjuntar el esfuerzo tanto de las autoridades religiosas correspondientes como de los organismos necesariamente involucrados en el rescate, a saber: Conaculta, INBA, INAH y el gobierno del Distrito Federal.
Así define Carmen Parra el estado de cosas: "Básicamente me interesa el mundo simbólico, y, vista así, la Catedral contiene toda la historia de México. Ahí abajo están las piedras de lo que fue el Templo Mayor, que además de hablarnos de la Conquista nos dan cuenta de nuestro pasado prehispánico. Todo el mundo simbólico que corresponde a nuestra historia está en ese lugar. Para los mexicanos debe tener una importancia fundamental, sencillamente porque es el centro simbólico más importante de toda América. A través de la historia del país el sitio ha sufrido diversos cambios, como sabemos, pero en el presente es de enorme gravedad que esa representación simbólica la estemos perdiendo debido al caos urbano. Es indispensable recuperar esas voces que ahí nos hablan desde hace más de mil años".
-Luego, la iniciativa de buscar el cuidado del Centro Histórico no nació recientemente, sino que cuenta con una historia de al menos veinte años. Háblanos de ese grupo y de sus actividades.
-Hicimos la Sociedad de Amigos del Centro Histórico, efectivamente, hace ya dos décadas. A ella han pertenecido destacados profesionales como Luis Felipe del Valle, Guillermo Tovar, José Luis Cuevas, Efraín Castro y Jaime Ortiz Lajous. Uno de los momentos más sobresalientes del grupo fue conseguir que se detuviera un proyecto del Metro que pasaría por el Zócalo con la consecuente destrucción de edificios. Fuimos capaces de aglutinar las distintas fuerzas de la sociedad civil para que ese proyecto no fuera aprobado. A partir de entonces se creó, por cierto, el Festival del Centro Histórico, que ha funcionado desde hace 17 años. Hoy la Sociedad de Amigos lo que desea es retomar la protección al patrimonio. Rosalba Garza, junto con Guillermo Tovar y yo misma estamos tratando de que exista una comisión que de forma permanente esté al pendiente del patrimonio del Centro Histórico.
-ƑEsta iniciativa está relacionada con el proyecto del presidente Fox de apoyar el rescate del Centro Histórico?
-Guarda relación, sí. Exactamente ese día que nos reunimos con él para hablar del proyecto, un grupo de personas conformado por Efraín Castro, Luis Felipe del Valle y yo acudimos a la Catedral y observamos con gran preocupación que habían puesto una serie de tiendas dentro de la propia Catedral; que la iluminación era antiprofesional; que dentro de algunas capillas colocaron oficinas; que había en el interior una televisión. Vamos, que todo eso era un caos. La Catedral es lo mismo un museo, un centro de estudios, un lugar simbólico, un sitio religioso y, con tal cantidad de funciones, requiere necesariamente de una organización que ha de ser completa y complicada. La parte religiosa es tan importante como la histórica, y lo son también los aspectos históricos, musicales y arquitectónicos. Ese es un universo en el cual deben participar una gran cantidad de personas a fin de que funcione como debe. Pero no existe una reglamentación para manejar la Catedral.
-De algún modo con tu labor pictórica has apoyado la difusión de la riqueza que existe en la Catedral. ƑCómo se funde el interés histórico con el artístico?
-De manera natural. He realizado cuadros sobre la historia de la Catedral para acercar al mundo contemporáneo a esa enorme veta histórica. He trabajado sobre el altar y sobre el órgano, por ejemplo. De hecho, sigo trabajando en el tema, que me resulta inagotable. Lo más reciente que hice fue la representación del Altar de los Reyes en volumen. Todo esto es porque pienso que la única manera de que estemos incluidos en la historia es haciéndola nuestra. Pero hoy la Catedral está fuera de nosotros, la desconocemos, se ha vuelto ajena. En el momento en que el ciudadano haga suyo el Centro Histórico tendrá un punto de referencia fundamental para su propia existencia.
-Hay un problema para el rescate de la Catedral que se antoja casi insoluble: hacer compatibles los trabajos de una asociación civil con los de la Iglesia católica. ƑCómo piensan trabajar en conjunto?
-Ese es un problema barroco. Resulta algo muy complejo, porque los bienes de la Iglesia son del Estado. Luego, la organización eclesiástica que se encarga del culto religioso es aparte. Además están por su parte el Conaculta, el INBA, el INAH, el Gobierno del Distrito Federal y los responsables de la seguridad. Así que poner de acuerdo a todos esos factores para que empiece el rescate de Catedral es algo sumamente complicado. Ese abanico de personas e instituciones que deben ponerse de acuerdo no han conseguido establecer la responsabilidad de cada quien. De modo que básicamente es un problema de organización.
-En los alrededores de Catedral y en su interior hay una gran cantidad de irregularidades. No siempre fue así. ƑDirías que estas irregularidades que se han hecho cotidianas tienen algún responsable?
-No puedo culpar a nadie porque no sé quién es el que organiza o desorganiza todo esto. Como espectadora al ir a Catedral hace unos días salí horrorizada al ver que dentro de una de las capillas del lugar más interesante de la historia del país había una televisión. Eso es una completa locura. Observé, como lo puede hacer quien acuda, que hay una gran cantidad de veladoras, algo que está prohibido desde que en 1965 hubo un incendio que le causó graves daños. Me di cuenta que el caos exterior en el que vivimos en la ciudad de México, pasó ya al interior de Catedral. En lugar de que Catedral sea un sitio dedicado a preservar la trascendencia nacional, ha pasado a formar parte de la realidad caótica de la urbe. En esa confusión ya no pude determinarse si se está dentro o fuera del recinto. Hemos perdido el sentido de la trascendencia al entrar en un espacio que desde luego es sagrado.
-Eso es real y verificable. Sin embargo, Ƒes posible pensar que el desorden y el desinterés de la cotidianeidad citadina ha modificado el simbolismo de Catedral?
-Claro. Lo que pasa con Catedral es como un espejo de la sociedad. Finalmente todo lo que hacemos tiene una representación externa. El desorden en la ciudad llegó a invadir un espacio sagrado. Así que tiene que ver no sólo con las autoridades, religiosas o civiles, sino con el entorno y el pensamiento contemporáneo. Al no contar con estructuras formales, cuando ya no se sabe si está uno dentro o fuera de un lugar sagrado, si al interior de Catedral existe un mercado o se puede ver la televisión, evidentemente el caos de la realidad diaria ha hecho suyo un espacio sagrado como Catedral. Lo que ocurre en el Centro Histórico, ya que nos representa simbólicamente, nos refleja. Ese es nuestro centro como comunidad. Si se ve desordenado y caótico es que la vida citadina se ha vuelto desordenada y caótica. Lo cual equivale a perder la unidad y la propia historia.
Trabajo heroico de la ingeniería mexicana
-Además de formar parte de un grupo interesado en el rescate del Centro Histórico, Ƒqué te dice Catedral de forma personal?
-Es parte de mi vida. Soy hija de un arquitecto que restauró una enorme cantidad de edificios y eso me despertó la preocupación por el patrimonio y la identidad cultural de México. Mi casa está hecha con lo que fue parte del Centro Histórico porque mi papá rescató las piedras con que la formamos de diversos edificios que fueron demolidos. Así que a mí las piedras me hablan. Si me dedico a buscar la preservación es porque mi vida ha sido así. Como mexicana me ha tocado la experiencia lamentable de ver destruirse muchos sitios históricos. Mi familia es de Mazatlán, que era una maravilla y de la cual ha quedado sólo polvo. Lo mismo pasó en Nayarit y en otros muchos sitios. Con la idea del progreso hemos perdido una identidad que es necesario recuperar.
-Desde hace un tiempo se han realizado trabajos para recuperar técnicamente Catedral. ƑCuál es tu punto de vista de esas labores que por cierto no terminan aún?
-He seguido con gran interés el trabajo de los ingenieros y arquitectos involucrados en el rescate. Cuando me acerqué de forma profesional a ella estaba al frente de las restauraciones el arquitecto Jaime Ortiz Lajous, que restauró el órgano y la parte del coro. La recimentación reciente del edificio me parece un trabajo heroico de la ingeniería mexicana. La Catedral se estaba literalmente partiendo por la mitad debido al problema del subsuelo. Pensemos que abajo están tanto las estructuras prehispánicas como una buena cantidad de agua. Cuando se retiraron estructuras del Templo Mayor se generó un efecto de esponja. El caso es que todos esos problemas muy complicados del subsuelo tuvieron que ser resueltos por los ingenieros nacionales. Son trabajos que nadie ve, son labores minerales, que ocurren a la sombra. Para mí es muy claro que casi nadie se ha dado cuenta de la importancia que tuvo ese rescate. Lo que falta, sin embargo, es recuperar ese espacio simbólico para que cuando la gente entre ahí sepa de qué le están hablando las piedras, para que entienda que hubo una gran cantidad de manos anónimas que las trabajaron. El impacto que la Catedral ha de causar no se da por el actual desorden que reina en el sitio. La entrada al sitio es un basurero. Así que el visitante no le puede dar la importancia real que tiene el lugar porque sencillamente no la ve.
-ƑNo te parece que además de las responsabilidades del desorden en Catedral también han una enorme desinformación sobre el sitio? Afuera del lugar no hay manifestaciones que apoyen su rescate. No aparece en los medios. Parece que la Catedral se ha vuelto invisible.
-Eso es parte del problema. El ciudadano está metido en la vida delirante de la ciudad de México, llena de anuncios espectaculares, de tránsito, de problemas económicos y laborales, de vendedores ambulantes y de ruido. Todo eso resulta tan abrumador que cuando cualquier persona se acerca al centro de la urbe se lleva consigo esa información, no hay manera de quitársela para entrar a un espacio histórico como puede ser Palacio Nacional. Uno lleva el caos dentro. La ciudad ha crecido de tal modo y velocidad que el orden mínimo ya no existe. Las banquetas ya no son para los peatones. Lo único que nos falta es subirnos por las paredes. De suerte que el deber del gobierno de la ciudad es organizar ese despapaye en que vivimos. No puede ser que el Zócalo sea centro religioso, político, lugar de manifestaciones y mercado. Parece que estamos en el siglo xvi. No ha cambiado la estructura de entonces a la fecha. En su momento fue un sitio donde se acumulaba la basura, que fungía incluso como baño público, pero 400 años adelante la cosa no varía. En el siglo xxi el concepto de ciudad ha cambiado radicalmente. Así que es imprescindible un programa de urbanismo, de organización. Es increíble que no haya una vigilancia policiaca real, todos sabemos que cada quien hace lo que quiere.
"En cierto momento me correspondió conocer a un personaje muy interesante, Leo Luca Orlando, que fue regente de Palermo. El, mediante una campaña de recuperación del centro histórico de su ciudad consiguió que la mafia fuera expulsada. Así que cuando en México los ciudadanos reconozcamos la importancia de las piezas históricas, recuperaremos nuestra alma, podremos ubicarnos espacial y temporalmente dentro del contexto social. Sólo cuando sepamos cuál es nuestro sitio podremos avanzar. Lo que pasó en Palermo es muy interesante: la mafia no permitía la libre circulación en el centro de la ciudad, algo que era sumamente grave. Y a través de la recuperación de su centro histórico, que simbolizaba a los habitantes de Palermo, consiguieron recuperar a la ciudad misma. Luca Orlando estuvo hace no mucho tiempo en México, y planteaba algo por demás interesante: quiere que Palermo sea la capital de la paz en Europa, luego de haber sido la capital de la mafia. Así que la única manera de empezar a trabajar implica que la sociedad civil haga suyos los espacios. La punta de lanza del problema es Catedral, pero eso se extiende al país entero".
-Qué hace más falta: Ƒqué se pongan de acuerdo las instituciones que has mencionado o la existencia de una buena partida de dinero aplicado al rescate de Catedral?
-Básicamente el problema es organizar la compulsión en que vivimos. Claro que hace falta dinero, pero más que eso lo que se requiere es el compromiso de los ciudadanos para que se atrevan a ser mexicanos, a recuperar lo que es nuestro. Esa es una postura histórica que se necesita.
-De forma concreta cuáles son los pasos que han pensado seguir para poner de acuerdo a las partes involucradas.
-En este momento lo que necesitamos es que nuestro grupo se reúna y que luego de un consenso la sociedad se entere de cuáles son los problemas que vive la Catedral. Nuestra sociedad de amigos está abierta a que la gente se acerque para proponer proyectos de solución.
-ƑNo esperan necesariamente el apoyo del gobierno de la ciudad o del país?
-Se entiende que hay una preocupación del gobierno federal y del propio presidente Fox al haber realizado un acto en Palacio Nacional a fin de establecer el interés en el patrimonio que está en juego. Por eso estamos ahora, algunos de los que fuimos convocados, ofreciendo la información de que disponemos. Digamos que somos pioneros en esta gestión.
-Te pido una conclusión preliminar sobre el estado de cosas que viven el Centro Histórico y la Catedral.
-En México estamos rematadamente locos al no reconocer los valores que poseemos.