DOMINGO Ť 2 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
PRIMER INFORME
Ť Para algunos, la pieza oratoria de la legisladora opacó el mensaje del Ejecutivo
La respuesta de Paredes, centro de los comentarios
RENATO DAVALOS Y ANDREA BECERRIL
En el vestíbulo de San Lázaro, cuando Vicente Fox se había marchado con Rafael Rodríguez Barrera en el camión presidencial, todavía hacía eco en las voces priístas, perredistas e incluso panistas el mensaje de Beatriz Paredes, que opacó al del Ejecutivo federal.
Hasta el propio Diego Fernández de Cevallos, que acaparó reflectores, consideró que "estuvo muy bien" lo expresado por la nueva presidenta del Congreso.
Entre la fascinación priísta y el reconocimiento perredista a una pieza oratoria que fue de Bobbio a Pellicer para exhortar a Fox a que se conduzca como jefe de Estado y que no olvide que los hombres se recuerdan por sus hechos.
Paredes había recurrido a Carlos Pellicer para desnudar el tránsito de estos meses del gobierno de alternancia. Llamó a no caer en protagonismos fatuos o cortoplacismos ni traicionar a la sociedad que optó por la vía política. Hay que ser héroes de nosotros mismos, externó.
Armando Quintero, líder de los diputados perredistas del Distrito Federal, resumió:
-Ahora resulta que el mensaje fue el de Beatriz Paredes...
Luis Felipe Bravo, dirigente nacional panista, sostuvo la posición de partido en el gobierno:
-ƑQué calificación le daría al mensaje del Presidente? -se le preguntó.
-Nueve -respondió en tono triunfalista.
Y Manuel Bartlett completó:
-Nueve, pero sobre cien. ƑEl Informe? -se cuestionó-. Lo que esperábamos: nada. Beatriz Paredes expresó el sentimiento del Congreso.
Ricardo García Cervantes planteó los obstáculos y avances de la administración foxista y trató de ubicarse en una posición neutra, aunque no quiso expresar su punto de vista sobre el discurso de la priísta. Jorge Ocejo y Augusto Gómez Villanueva, por su lado, se retrataban en un abrazo poco convincente.
Los cartelones sobre Chiapas, los silbidos, la gritería que había hecho gesticular a Fox, abrieron paso a la respuesta de Paredes. Para Fernández de Cevallos fueron "manifestaciones de algunos legisladores inquietos, pero nada más, porque no pasó a mayores y prevaleció el respeto entre poderes".
Sin embargo, el senador priísta Oscar Cantón Zetina, uno de los que interpelaron al Presidente, contrastó las opiniones de los panistas: Fox le volvió a faltar al respeto al Poder Legislativo, porque se le olvidó que estaba ante las cámaras de Diputados y Senadores y no ante las cámaras de televisión.
-Por eso le exigí respeto -argumentó-, y le grité que es un presidente cínico, porque no sólo no cumple sus promesas y ofrecimientos de campaña, sino que niega una realidad y trata de engañar a millones de mexicanos, muchos de ellos ahora desempleados.
Mensaje de números y cuentas alegres, resumió la dirigente priísta, Dulce María Sauri. "Lo que dice no corresponde con lo que vemos y sentimos", aseveró.
Amalia García ocupó el balcón de invitados, apenas a dos filas del gobernador electo tabasqueño, Manuel Andrade. El informe no es favorable por las expectativas que se habían creado y los compromisos formulados en campaña. Era previsible que no hubiera resultados. Pero de todas formas fue decepcionante, agregó la perredista.
Fernández de Cevallos, en su nuevo papel de líder senatorial, respondió que la dirigente perredista está en su derecho de sentirse decepcionada, pero añadió que espera que pronto supere ese estado de ánimo.
Enrique Jackson, el líder de la bancada senatorial priísta, externó que no hubo respuesta en el Informe foxista a los asuntos que importan a todos: "Ƒqué hará para reactivar la economía?, Ƒcómo se va a detener la pérdida de empleos? Me parece que en algunos momentos era un catálogo de buenas intenciones desvinculado de la realidad y de la capacidad de negociación. Por eso fue importante que la diputada Paredes resaltara que no basta con la buena intención. Habrá que revisar los anexos, porque el optimismo del Presidente no coincide con la realidad".
El secretario general perredista, Jesús Zambrano, consideró que otra vez "fue pura saliva, un verdadero desperdicio de tiempo de un gobierno que le vuelve a hablar al país como si no pasara nada. Han transcurridos nueves meses, que han sido una verdadera desgracia para los mexicanos y Fox no puede seguir hablándole a la sociedad mexicana como si nada hubiera pasado, como si la gente no entendiera ni sintiera lo que está ocurriendo".
Eduardo Bours, eterno integrante de las comisiones de cortesía para recibir y despedir a Fox, se encontraba en el camión presidencial cuando el mandatario se despedía de Santiago Creel en el estribo. Avanzó unos pasos y recordó que la esposa del mandatario, Martha Sahagún, se había rezagado. Tuvo que descender un par de escalones para rescatarla y emprender el retorno a Los Pinos. En el vestíbulo se seguía hablando del discurso de Paredes.