SABADO Ť 1Ɔ Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
ISLA CANELA
Jaime Avilés
Fox: las manos vacías
1. CALAMIDAD COMPARTIDA
Hoy, hoy, hoy, el presidente Vicente Zedillo, o Ernesto Fox -en los hechos, para el caso, da lo mismo-, llegará a la máxima tribuna del Congreso de la Unión con las manos dramáticamente vacías. En ninguno de los temas sensibles de la agenda nacional -Chiapas y la transición hacia un régimen democrático a la cabeza de todos ellos-, el titular del Ejecutivo ha dado muestras de voluntad política para superar las lacras que heredó de su antecesor. Y no ha logrado impulsar, en consecuencia, cambio alguno. Ese es el escueto pero terrible balance de sus primeros nueve meses de gobierno.
Frente a la posibilidad de anular el pago de 174 mil millones de pesos por concepto de carteras vencidas que fueron ilegalmente enviadas por Zedillo al Fobaproa, Fox ha preferido guardar silencio al respecto para no enfrentarse a sus principales bases de apoyo, los banqueros defraudadores y los hombres de negocios corruptos, con los que tiene, supone, mucho camino que recorrer.
En lugar de tocarlos con el pétalo de una averiguación previa para llevarlos a juicio y despojarlos del inmenso tributo anual que, vía el IPAB, deberán cobrar durante las próximas generaciones en perjuicio de todos nosotros (hijos, nietos y bisnietos incluidos), el Ejecutivo ha optado por insistir en su reforma fiscal "redistributiva" y en su empeño de gravar con 15 por ciento de IVA los alimentos y las medicinas de los pobres, para obtener recursos frescos que le permitan llevar a cabo sus "grandes planes" y mantener intactas las cuotas del presupuesto de egresos destinadas al "rescate" de un sistema de pagos que ya ni siquiera es nuestro sino de la banca internacional.
Ante la crisis del campo -que azota por principio de cuentas a los productores de café, indígenas en su gran mayoría, pero también a cañeros, maiceros, cacaoteros y ganaderos, afectados en grado sumo por la apertura de las fronteras mexicanas a mercancías que hunden a los campesinos y agricultores nacionales-, Fox no ha esbozado ni por asomo la necesidad de replantear los aspectos de los tratados de libre comercio con Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea que resultan mortalmente lesivos para nuestra economía agrícola.
Pero del brazo de su canciller, Jorge G. Castañeda, ha hecho suya la idea de que México y Estados Unidos forman parte de una "prosperidad compartida" (aunque no hay evidencia alguna de ello), y trabaja por lo tanto en aras del nuevo proyecto colonizador del imperio, impulsando el Plan Puebla-Panamá a través del sureste mexicano y Centroamérica, para casarlo con el Plan Colombia de su colega del norte.
Atada como nunca a la hegemonía estadunidense -lo que ya es decir, habida cuenta de lo que hemos visto en los últimos 18 años-, la "soberanía" nacional tutelada por Fox no puede, ni sueña con rediscutir los temas desventajosos de la relación bilateral con la Casa Blanca, en lo que toca a la importación de productos agrícolas que destruyen nuestra agricultura, o en el manejo financiero que asfixia a nuestras finanzas. En esos dos terrenos, por decirlo pronto, el presidente de México no es Fox sino Bush junior.
2. AHORROS BAJO EL COLCHON
No tiene objeto repetir, en este breve espacio, la suma de fracasos que ha marcado los tres trimestres iniciales de la única administración federal surgida de una fuerza política "distinta" a la del PRI. A diferencia de los presidentes pioneros del neoliberalismo -De la Madrid, Salinas y Zedillo--, que impusieron el modelo desnacionalizador del Banco Mundial alegando que era el único remedio para salir de la crisis económica interna, Fox intenta gobernar hoy, hoy, hoy, con el agravante adicional de una crisis económica externa que golpea a las zonas más desarrolladas del planeta.
Sin embargo, montado a pelo sobre una estrategia publicitaria que no parece tener asidero alguno en la política, Fox niega la existencia de la crisis económica interna, presta escasa o nula relevancia a la crisis económica externa, y funda todas sus expectativas de éxito en una actitud voluntarista para enfrentar los malos tiempos (que no reconoce) con la buena cara de una propaganda que lo muestra, a los ojos de la población, como un hombre frívolo en el mejor de los casos y, en el peor, como un lunático.
Durante el primer semestre del año se perdieron 450 mil empleos; la recesión congeló la creación de puestos de trabajo en el sector de la construcción; la obra pública en materia de infraestructura no avanza; los recursos para la salud y la educación son ínfimos, pero los banqueros obtuvieron por medio del Fobaproa un "apoyo" gubernamental 700 veces superior al de sus ridículos ingresos (La Jornada, 26/08/01).
Amarrado de pies y manos a los caprichos de quienes son dueños de las dos terceras partes de todo en México, incapaz de proteger en modo alguno los intereses de la población que vive en el campo, sin posibilidades reales de reactivar la economía porque las reservas internacionales del país están guardadas bajo el colchón de la Secretaría de Hacienda en espera de la caída inminente -cuando el pago de las obligaciones internacionales aumente su valor en dólares debido a la devaluación del peso-, Fox presentará hoy un Informe que, paradójicamente, no será tan malo como el que habrá de leernos el primero de septiembre de 2002.
3. EL BUENO Y EL MALO
ƑQué sucedió, mientras tanto, en el terreno de la política? Ante los reclamos de autonomía de los pueblos indios -que chocan de lleno con el Plan Puebla-Panamá--, Fox mostró una absoluta falta de visión de mediano y largo plazo, al perder, en el curso de muy pocos meses, la oportunidad de encauzar por la vía del diálogo el conflicto de Chiapas. En lugar de fortalecer su autoridad presidencial poniendo en marcha un auténtico proceso de reconciliación con los zapatistas, ratificó el carácter crónico del problema y lo prolongó, al menos, por otros seis años.
Gracias al montaje mediático, según el cual el Ejecutivo "bueno" fue derrotado por el Legislativo "malo", Fox dejó las cosas en Chiapas tal como estaban, a fin de impedir que una verdadera reforma constitucional que reconociera los derechos de los pueblos indios sobre los territorios que habitan, se convirtiera en un obstáculo para los inversionistas que aspiran a conectar el sureste mexicano y el istmo centroamericano con una red de carreteras que sirva, ante todo, para extraer velozmente las riquezas naturales de la región.
En el marco del "nuevo" status jurídico implantado por la ley Zedillo-Fox contra los pueblos indios, el Plan Puebla Panamá pasará por Chiapas sobre los cadáveres de los zapatistas... o no pasará por allí, desviándose de Tabasco a Campeche, Yucatán y Quintana Roo y dejando, al gobierno que suceda al de Fox, el paquete de acabar la guerra con el EZLN en otros quince minutos, en otro sexenio o en otro siglo. Prisa, al respecto, no hay.
4. EL HORIZONTE DE 2010
Debilitado en muchos otros ámbitos -pero no en Chiapas- por el dudoso apoyo del partido que lo llevó a la Presidencia, Fox ha buscado con insistencia un acuerdo con las "oposiciones" del PRI y del PRD, que en el mejor de los casos le brindará un mayor respaldo legislativo, pero terminará por darle el mismo rostro a las supuestas "opciones" políticas.
La consecuencia más lamentable de esta intención que nadie oculta -y cuenta con la abierta simpatía de la directiva nacional perredista-, será la pérdida formal de alternativas políticas para el grueso de la población, y abrirá cauces, cada vez más anchos, para la lucha extraparlamentaria. Este es, sin duda, uno de los temas que hoy, hoy, hoy, debería preocupar como ningún otro a la sociedad civil.
Si la lucha electoral culmina con el entronizamiento de una clase política divorciada del resto del país y abstraída en los intereses de su propia agenda, Ƒa quién le entusiasmará, en lo futuro, apoyar a un candidato o a otro, si todos a fin de cuentas, llegados al poder, actuarán en función de Fox? ƑDará esto por resultado la creación de nuevos partidos políticos, de cara a las elecciones de 2003 y 2006? Desde luego que sí, pero a quién diablos habrá de importarle, como no sea a los involucrados personalmente en cada proyecto, otorgar un voto a favor de una fuerza "nueva" cuya presencia en el Congreso será a duras penas testimonial.
Dicho de otro modo, si los partidos ya no representan la diversidad de opiniones de los ciudadanos, Ƒen qué van a traducirse las exigencias de la sociedad civil? ƑEn caldo de cultivo para la lucha armada? Es muy posible, máxime cuando en la perspectiva de la historia mexicana faltan escasos nueve años para que el calendario de las guerras civiles marque el número diez de este nuevo siglo.
Si hubo una guerra civil en 1810 porque ninguno de los graves problemas de entonces halló solución por la vía política; si hubo una revolución en 1910 porque ninguno de los graves problemas de entonces halló solución por la vía política, Ƒqué nos exime de un nuevo conflicto armado de grandes dimensiones en 2010, si nadie está trabajando en pro de una solución política a los graves problemas políticos de ahora?
5. SALIDA CIUDADANA
Para la sociedad civil en su conjunto, para los ciudadanos a los que nadie representa, hay un camino al alcance de la mano por el cual debería transitar la lucha política hoy en día. Me refiero al camino del plebiscito, una demanda largamente pospuesta por nuestros últimos "gobiernos", que sin embargo ha sido llevada a la práctica, en forma simbólica, al calor de los conflictos más recientes: la democratización del Distrito Federal (1991), Chiapas (1995, 1999), el Fobaproa (1996), etcétera.
Hoy están por definirse en México grandes cuestiones: la aplicación del IVA a medicinas y alimentos; la privatización de la industria eléctrica, el rumbo que Fox adoptará en Chiapas, son algunas de ellas.
Si los partidos, insisto, no representan a los ciudadanos -como no representó el PRD a sus electores al aprobar en el Senado la ley Zedillo-Fox contra los pueblos indios; o como no representarán el PAN y el PRI a los suyos cuando se cocine la ley sobre la industria eléctrica-, los ciudadanos deberán exigir, por lo tanto, una participación directa y sin intermediarios.
El futuro de la política ciudadana está en la calle, en la organización de movimientos populares que se agiten detrás de demandas específicas como las arriba mencionadas, y que no tengan otra salida legítima que no sea la de la consulta directa a las personas a través del plebiscito.
6. PLAN DE VUELO
ƑPor qué no pensar en un plebiscito, convocado por el EZLN, en torno a la ley Cocopa y los derechos de San Andrés? Ya lo hicieron, me dirán los memoriosos con toda la razón de su parte. Es verdad, pero de lo que se trata ahora es de luchar para que el Congreso establezca la figura constitucional del plebiscito, y esa bien puede ser una demanda que haga salir a los rebeldes del sureste en el cuerpo de una nueva caravana que recorra todos los estados del país y reúna multitudes en las plazas públicas en torno de esta exigencia.