SABADO Ť 1Ɔ Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Enrique Jackson descarta que El Jefe vaya a pretender imponerse en esa cámara
Fernández de Cevallos niega que busque fortalecer al Presidente desde el Senado
Ť No prosperó la intención panista de restar un sitio en la mesa directiva a los perredistas
ANDREA BECERRIL
Sonriente, con los reflectores encima y ya como nuevo líder del Senado, Diego Fernández de Cevallos aclaró que su función no será fortalecer al presidente Vicente Fox.
Después de rendir protesta como presidente de la mesa directiva de esa cámara para este segundo año de ejercicio de la 58 Legislatura que hoy se inicia, el senador panista respondió a los reporteros: "yo no tengo compromiso legal o político de fortalecer desde la presidencia del Senado a otro de los poderes".
Fernández de Cevallos agregó que "sería desviar el concepto legal y la ética política, si yo desde aquí me propusiera favorecer por encima del Senado al Presidente de la República". Su responsabilidad, insistió, será fortalecer a ese órgano del Congreso de la Unión. "Hemos advertido que el desempeño que tuvo Jackson estuvo orientado en ese sentido, y por lo tanto es un compromiso mayor no dar un testimonio distinto".
En entrevista dijo también que es bueno que la popularidad del presidente Fox siga fuerte, porque el Ejecutivo federal "está haciendo un esfuerzo enorme, sin duda con fallas, con errores, con equivocaciones, como todo ser humano, pero con gran ánimo de hacer bien las cosas por México".
Aunque era un asunto definido desde hace un año, que por ser PRI y PAN las fracciones parlamentarias con mayor representatividad en el Senado se rotarían la conducción de los órganos directivos de esa cámara, y en este segundo año de la 58 Legislatura correspondía a Fernández de Cevallos asumir la presidencia de la mesa directiva, de todas formas había expectación por la asunción del panista.
Las inasistencias
La sesión comenzó con un quórum de 115 senadores, es decir con la ausencia de 13 de ellos, algunos por estar en comisión, y otros, como el perredista Serafín Ríos, por cumplir compromisos -estaba coronando a una reina de origen michoacano en una comunidad californiana de Estados Unidos-, además del niño verde Jorge Emilio González Torres, que usualmente poco asiste al Senado y ayer tampoco hizo acto de presencia.
Fueron de hecho excepciones, porque la asistencia fue de las más altas, y los senadores parecían niños en regreso a clases. Abrazos -algunos no se habían visto en los cuatro meses que duró el receso legislativo- y felicitaciones entre priístas, panistas y perredistas.
Manuel Bartlett se acercó a saludar a su escaño a Fernández de Cevallos, quien le dijo que tuviera cuidado: "no te vaya a pasar lo mismo que a Rocha Díaz". El ex secretario de Gobernación se rió de buena gana.
La mesa directiva saliente, con Enrique Jackson a la cabeza, pasó lista de asistencia y tomó la protesta a dos nuevos senadores: la priísta María Lucero Saldaña Pérez, que toma el lugar del fallecido legislador poblano Rafael Cañedo Benítez, y el perredista Rafael Melgoza Radillo, en sustitución de Lázaro Cárdenas Batel, quien pidió licencia para dedicarse a su campaña electoral por la gubernatura de Michoacán.
Jackson Ramírez pidió un minuto de silencio para los dos senadores del PRI fallecidos en lo que va de la Legislatura: Fernando Gutiérrez Barrios en el 2000 y Cañedo Benítez hace dos meses. Luego, en una especie de balance, resaltó que a un año de distancia los resultados, a ojos de todos, "indican que cumplimos y que hicimos la tarea".
Hay, resaltó, "algunos rasgos que distinguen a este Senado: uno de ellos, indiscutible, que no se puede escatimar, es la capacidad que hemos demostrado para lograr acuerdos y entendimientos. Otro, que no es menor, es la atención que aquí le hemos dedicado a los asuntos que interesan a los mexicanos y que sirvan a la nación".
Destacó también la defensa que el Senado ha hecho de su ámbito de competencia. "Hemos sido celosos en el ejercicio pleno de nuestras facultades y atribuciones constitucionales", en alusión a la controversia que el Congreso presentó contra el presidente Vicente Fox ante la Suprema Corte.
Vino luego la votación para elegir a la nueva directiva, que más bien fue la ratificación de una planilla única, presidida por Fernández de Cevallos, que todavía un día antes fue objeto de negociación. "Nos querían aplicar la regla de tres y quitarnos a un representante", precisó el perredista Jesús Ortega.
Fernández de Cevallos pretendía que, con base en la fuerza numérica de cada fracción, en lugar de dos senadores del PRD en la mesa directiva, como se acordó al inicio de la Legislatura en el 2000, quedara uno exclusivamente, para que el PAN contara con tres legisladores, incluido el propio Diego.
No fue así y finalmente la mesa directiva del Senado se conformó de la forma siguiente: Fernández de Cevallos, en la presidencia. César Jáuregui, del PAN; Carlos Chaurand Arzate, del PRI, y Raymundo Cárdenas, del PRD, como vicepresidentes. Las priístas Yolanda Eugenia González y María Lucero Saldaña, el perredista Rafael Melgoza Radilllo y Sara Castellanos, del Verde Ecologista, como secretarios.
Jackson Ramírez les tomó la protesta y luego cedió su lugar a Fernández de Cevallos, quien de inmediato tomó posesión de su nuevo encargo al dar a conocer a los senadores integrantes de las seis comisiones que habrán de acompañar al presidente Fox de Palacio Nacional a Palacio Legislativo, que lo habrán de recibir en el recinto de San Lázaro y que lo acompañarán de regreso al Zócalo.
Causó hilaridad que en todas las comisiones figuraran los priístas Eduardo Bours Castelo y Eduardo Ovando. "ƑTe interesa estar mucho cerca de Fox?", le gritaban al sonorense, y éste sólo respondió: "ninguno otro se quiso apuntar a las comisiones".
Bromista como siempre, Fidel Herrera dijo que a Bours le conviene aparecer en la foto con Fox, ya que quiere contender por la gubernatura de Sonora. Por el PAN también se apunta Ramón Corral.
Al final, después de los muchos abrazos que recibió de su fracción y de legisladores de las demás fuerzas, Fernández de Cevallos entregó la dirección de la Junta de Coordinación Política a Jackson Ramírez. El priísta rechazó que haya algún riesgo en el cambio: "en el Senado no hay espacios para que nadie se imponga; no lo permitiríamos. Además no hay condiciones. Aquí nadie decide por sí solo, tiene que haber acuerdos. En lo personal creo además que Diego no tiene esa tentación".