VIERNES Ť 31 Ť AGOSTO Ť 2001

ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Humanitarismo ruso

DICEN QUE DIJO Napoleón: "Para que un pueblo fuese verdaderamente libre, sería preciso que los gobernados fueran sabios y los gobernantes dioses". En efecto, si la sabiduría es enemiga de los prejuicios, se entiende que los pueblos se nutran de aquéllos y que los gobernantes promuevan, con tanto entusiasmo, ignorancia y desneuronización.

SI HAY UN espectáculo que se sustente en lo más profundo de la libertad humana ese es el taurino, puesto que la opción de libertad alcanza el límite de poner en juego, cada vez con menos frecuencia -hay que reconocerlo-, la vida de los toreros.

POR ELLO, TODO intento de internacionalizar la fiesta de toros suele resultar, en el mejor de los casos, fallido, habida cuenta de que las raíces de la fiesta se nutren de una tradición milenaria -el culto táurico asiáticomediterráneo- o multicentenaria -la península ibérica y algunas de sus ex colonias.

PERO DE REPENTE en Moscú, según la divertida nota del pasado martes 28 de Juan Pablo Duch, corresponsal de La Jornada en Rusia, un audaz empresario -Andrei Agapov- y la única rejoneadora rusa -Lidia Artamonova-, así como el matador portugués Víctor Mendes, más un grupo de forcados -lidiadores que en fila india esperan detener a cuerpo limpio la embestida del toro embolado del rejoneador-, pensaban ofrecer dos corridas incruentas, con ganado portugués, los días 8 y 9 de septiembre en un estadio moscovita para 34 mil personas -75 por ciento de la Plaza México- habilitado como ruedo. Exactamente como lo hicieran Armillita y Silverio en un estadio de La Habana en el verano de 1947, con reses colombianas de Aguas Vivas.

SOLO QUE ESTOS taurinos internacionalistas no contaron con la confusión globalizadora en Rusia: Hamburguesas Mc Donald's sí, corridas incruentas, no; tráfico de drogas, mujeres y niños sí, espectáculos arcaicos y crueles no; pobreza, corrupción y guerras santas sí, barbarie taurina no; libertad para explotar y transgredir sí, libertad para presenciar un espectáculo exótico no.

DE NUEVA CUENTA, como en toda colonia de la metrópoli washingtoniana que se respete, el rábano por las hojas y la tauromaquia o sus aproximaciones como chivo expiatorio de falsos modernizadores, de ecologistas-arribistas, de educadores demagogos -"Ƒy si luego los jóvenes se ponen a torear perros y gatos en las calles?", preguntó alarmado el vocero de la alcaldía de Moscú- y de ex divas culposas, como madame Brigitte Bardot, que mientras estuvo en edad de reventarse no tuvo inconveniente en asistir a corridas de toros en el sureste francés, para luego convertirse en defensora acérrima de los animales, a manera de contrita penitencia por haber provocado tantas masturbaciones adolescentes hace medio siglo.

FALTA TODAVIA QUE se haga oficial la cancelación de los festejos, anunciados desde mayo. Lo inadmisible es que con el pretexto de la humanización, también en Rusia se invoquen valores que el capitalismo salvaje dista mucho de adoptar.