VIERNES Ť 31 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť La reunión Fox-Bush, la apuesta más grande para ambos presidentes: Papademetriou
Debate político en EU ante el deseo mexicano de promover una negociación inédita sobre migración
Ť Podría culminar con un acuerdo sin precedentes o en un agarrón político, dice diplomático
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 30 de agosto. El planteamiento me-xicano para promover una negociación inédita sobre migración con Estados Unidos ha provocado un dinámico debate político en este país que podría culminar con un acuerdo bilateral sin precedentes, pero que también podría acabar en un "agarrón político" que tire por la borda esta oportunidad para cambiar la política migratoria a largo plazo, consideraron altos funcionarios y analistas en ambos países.
La iniciativa mexicana ha generado "una gran oportunidad para abrir un amplio diálogo", pero hay sectores estadunidenses que aún no logran entender que también es una oportunidad para cambiar a fondo un aspecto clave de la relación bilateral, afirmó una fuente diplomática mexicana cercana a las negociaciones migratorias.
Por lo tanto, esta fuente entrevistada por La Jornada dijo que hay razones para ser "cautelosamente optimistas" ya que el presidente George W. Bush seguramente desea que la visita -de su colega Vicente Fox- y este esfuerzo sean "exitosos". Sin embargo, advirtió que esto podría culminar en un "acuerdo migratorio inédito" o finalizar "en un agarrón político que no llegue a nada".
La iniciativa del gobierno mexicano ha generado reacciones encontradas en el go-bierno estadunidense.
"Hay algunos (miembros del gobierno) que sienten que México ha puesto demasiado énfasis en el tema migratorio, cuando en realidad hay muchos más elementos en esta relación, y centrarse en este tema singular podría poner en jaque las percepciones de una visita de Fox exitosa", consideró Ar-mand Peschard Sverdrup, director del Proyecto México del prestigiado Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Molestias por cabildeo agresivo
Otras fuentes aquí indican que algunos funcionarios estadunidenses se han molestado por lo que perciben como un cabildeo de-masiado agresivo para este tema del canciller Jorge G. Castañeda, y por otro lado mu-chos señalan que esa ofensiva diplomática ha sido muy efectiva y ha cambiado el contexto del diálogo bilateral donde México está, por primera vez en mucho tiempo, es-tableciendo los términos del debate.
Nadie discute aquí que esa iniciativa me-xicana ha cambiado el carácter del debate migratorio y ha definido la agenda de la negociación bilateral.
En víspera de la reunión de los presidentes Fox y Bush en esta capital la próxima semana, la fuente diplomática mexicana consideró que ese debate migratorio ya se coloca, por primera vez "no exclusivamente como un asunto interno, sino dentro del contexto de las relaciones internacionales", y con ello como parte de la discusión de la integración de mercados laborales y los asuntos sociales.
O sea, la migración ya se incorpora al temario de la integración económica que comenzó con el Tratado de Libre Comercio, sobre la base del principio de "responsabilidad compartida" promovida por el gobierno de Fox.
Sin embargo, advirtió que algunos miembros del gobierno estadunidense podrían no haber evaluado "que este tema es muy profundo en México y que (lo que determinen hacer) tendrá repercusiones tanto en México como en Estados Unidos."
El problema, dicen funcionarios de ambos países, es que las expectativas de un acuerdo fueron elevadas más de lo esperado.
"Los medios colocaron a los dos gobiernos en una esquina, y enfrentan una situación donde se elevaron las expectativas", dijo una fuente diplomática, y agregó: "Nosotros habíamos considerado la reunión (de los dos presidentes en septiembre) como el arranque, y no el fin, de la negociación sobre el tema migratorio".
La resistencia a concluir un acuerdo concreto y amplio es fuerte en Estados Unidos, donde a pesar del esfuerzo diplomático mexicano varios funcionarios siguen evaluando el asunto como un tema de política nacional, y no bilateral, lo que podría minar cualquier avance hacia un cambio real en la política migratoria, aunque los políticos continuarán insistiendo en que hay un gran logro resultado de la cooperación y amistad entre ambas presidencias.
"Esta reunión podría ser la apuesta política más grande para ambos presidentes", consideró Demetrios Papademetriou, ex-perto en política migratoria.
"Ambos lados deben considerar que ha-brá un doloroso costo político para poder conseguir algo de valor (en un acuerdo mi-gratorio). Es tan simple como eso", explicó Papademetriou, copresidente del prestigiado Migration Policy Institute, en entrevista con La Jornada.
Para Bush, el sacrificio necesario es decidir aislar las tendencias antinmigrantes de su propio partido y asumir ese costo político a fin de promover una reforma migratoria que incluya, y es el punto esencial, la regularización de un número elevado de indocumentados, señaló Papademetriou.
Para Fox, es explicar a su electorado que los beneficios son mayores que los costos al asumir ciertas responsabilidades en torno al control y manejo del flujo migratorio y obtener acceso legal a Estados Unidos para los inmigrantes, así como sacar "de las sombras" a entre 4 millones y 5 millones de sus compatriotas indocumentados que ya están del otro lado.
El planteamiento mexicano, que está constituido de varios rubros interrelacionados de lo que sería un acuerdo general, tiene el objetivo de cambiar a largo plazo y de forma bilateral el manejo del asunto migratorio común.
Los rubros incluyen: programa de legalización para indocumentados en Estados Unidos, nuevo programa de trabajadores temporales con derechos, cuotas excepcionales para México y Canadá de visas permanentes, nuevas iniciativas para promover una frontera más segura y la promoción del desarrollo económico de regiones que expulsan migrantes en México.
Es este paquete al que se refiere Castañeda al insistir en que "es toda la enchilada o nada", para concluir un buen acuerdo de largo plazo con Estados Unidos.
Estos elementos determinan ahora el marco del debate en Estados Unidos, tanto a nivel gubernamental como de los diversos sectores involucrados en el tema, y no hay necesariamente consenso sobre cada uno ni sobre el conjunto de los puntos.
Pero todos están de acuerdo en una sola cosa: este debate podría ser nulo si no hay capacidad de ambos mandatarios para lo-grar armar una propuesta real.
La primera señal para saber si esta "oportunidad histórica" se traduce en algo más que un juego político se enviará el próximo miércoles, cuando los presidentes Vicente Fox y George W. Bush estén hombro a hombro en la Casa Blanca.