VIERNES Ť 31 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Recuento de hechos y dichos de cara a su primer Informe de Gobierno
Indiferencia y ambición, extremos de la política cultural de Fox
Ť Censurar libros de Carlos Fuentes y de Gabriel García Márquez, ejemplos de intolerancia
Ť El fomento a la lectura y construir una megabiblioteca, ejes del programa sexenal
RENATO RAVELO
La política cultural durante los primeros ocho meses del gobierno de Vicente Fox ha oscilado entre la anécdota de indiferencia o censura y la ambición, más reciente, de pasar a la historia con el mismo tinte de José Vasconcelos, con el sello de fomento a la lectura como discurso y la megabiblioteca como símbolo arquitectónico. Así lo demuestra un recuento de los hechos y dichos periodísticos del primer ciclo que este viernes concluye.
El 1o. de diciembre de 2000 el mandatario hizo una referencia concreta al tema: ''La riqueza cultural de México está en su pluralidad. Octavio Paz nos mostró al mexicano encerrado en su laberinto, escondido detrás de su máscara, lastimado por heridas ancestrales que provocaron sometimiento y frustración''.
Y agregó: ''Debemos avanzar y salir al mundo con orgullo y autoestima, convencidos de que lo que nos distingue del resto del mundo es también lo que nos da identidad''.
''Respeto a la libre expresión''
Apenas unos meses antes, ya cuando se sabía del triunfo de Vicente Fox en las elecciones, dos actos habían hecho temer que se desatara la intolerancia en las búsquedas del arte: el 16 de julio, ocho de las 22 pinturas del artista plástico Robert Chiarito, que se exponían en la Casa de Cultura de Tlalpan fueron volteadas hacia la pared; al mes siguiente la obra de Manuel Ahumada La patrona fue destruida en un museo de Guadalajara, con lo que se desató una campaña de protesta de los intelectuales que terminó por apoyar la muestra Homenaje al lápiz a la que pertenecía la pieza. (La Jornada, 16/7/00 y 6/8/00).
En su discurso, el presidente Fox expresó:
''El estricto respeto a la libertad de expresión es garantía irrenunciable de desarrollo democrático; su preservación es el compromiso, primero, de todo Estado democrático'', si bien el jefe del Ejecutivo se refería en ese texto más bien a la labor de los medios de comunicación.
Si el nombramiento de Sara Bermúdez fue uno de los más sorprendentes y polémicos del gabinetazo de Fox, la comida de celebración que la titular del CNCA organizó para el cumpleaños de su marido en diciembre, poco después de presentar a Ignacio Toscano y Sergio Raúl Arroyo como titulares del los institutos nacionales de Bellas Artes y de Antropología e Historia, la convirtió en una de las autoridades más cuestionadas y en una especie de muestra de la indiferencia del mandatario para con la cultura.
La extensa consulta que se había emprendido, la manera en que fueron poco a poco descartados de la titularidad del CNCA nombres como Víctor Hugo Rascón Banda y Lourdes Arizpe, la cancelación de ''la buena noticia'' que Bermúdez había asegurado daría el mandatario en su toma de posesión, fueron el caldo de cultivo para esa percepción.
Censura contra Aura
En el medio cultural incluso se empezó a hablar de la sustitución de la titular del CNCA, con la siguiente broma:
-ƑSabes por qué a Sari le dicen Semana Santa?
-Porque no se sabe si cae en marzo o en abril.
El trabajo que la titular del consejo realizaba por la República, en reuniones con directores de institutos de cultura, o en consultas diversas acerca de la legislación, sobre prioridades, para el plan nacional de desarrollo, era considerado transitorio.
La designación de Ramiro Osorio, en febrero, al frente del Festival Internacional Cervantino fue contraproducente para la imagen de la titular del CNCA, ya que había sido de alguna manera opacada su gestión, que aún no anunciaba su plan de cultura.
Casi para terminar marzo salió a debate uno de los temas que más patentizarían la imagen de indiferencia del jefe del Ejecutivo había hacia el tema de la cultura: el IVA a los libros.
El anuncio de la polémica que esto generaría al iniciarse el periodo de sesiones en abril (La Jornada, 30/3/01) mostró a una titular del CNCA tímida que durante una conferencia de prensa el viernes 31 de marzo declaró: ''Los tres (Reyes Tamez, José Sarukhán y ella) de una manera contundente les dijimos que no era algo con lo que estuviéramos de acuerdo, pero es una decisión que ya se había tomado. Esto sí nos causó tristeza, pero el proyecto general que nos presentó Paco Gil, también nos impresionó mucho šde una sencillez, de una claridad!''
El lunes 16 de abril apareció en la contraportada de este diario el otro factor que estigmatizaría la política cultural del gabinete de Vicente Fox, con la denuncia de la maestra Georgina Rábago acerca de la censura de los libros Aura, de Carlos Fuentes, y Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez, en el colegio donde daba clases a la hija del secretario del Trabajo, Carlos Abascal.
El mismo día el propio Abascal se haría responsable de la recomendación que, en su carácter de padre de familia, hiciera en la escuela de su hija, e incluso del párrafo en cuestión que fue señalado para argumentar lo inadecuado de la obra de Fuentes.
Invocación de Vasconcelos
El cambio o, mejor dicho, la definición en la política cultural del gabinete de Vicente Fox, paradójicamente, se inició con su postura sobre ese acontecimiento. El mismo Congreso que pospuso la aprobación del IVA a los libros sería el encargado de proporcionarle a Sara Bemúdez su primera anotación política, cuando logró que se modificara la ley del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) a fin de que este organismo pueda dar a Bellas Artes las obras de Velasco que permanecían en su colección.
En la actualidad la titular del CNCA se pone del lado de la gente de teatro en la polémica con el Instituto Mexicano del Seguro Social, acude a manifestaciones por la defensa del Casino de la Selva, participa en las negociaciones por crear una figura que garantice la permanencia del acervo de la colección Banamex, impone respeto en su equipo de trabajo.
Y al parecer convenció al presidente Fox de que el tema de la cultura viste, como lo hizo la presencia de Carlos Fuentes en la presentación del programa sexenal, acto en el que -como en el párrafo 16 de su toma de posesión- muchas veces se citó a Vasconcelos, apóstol de la alfabetización posrevolucionaria.