viernes Ť 31 Ť agosto Ť 2001
Luis Javier Garrido
El apanicado
El primer Informe de Gobierno de Vicente Fox no será el que rinda ante los legisladores en San Lázaro el primero de septiembre, sino el que presente el 5 y 6 de septiembre en Washington, en la Casa Blanca, y en las sedes del Banco Mundial y del FMI, adonde también va a rendir muy malas cuentas, y eso es para él lo crucial.
1. El problema fundamental para Fox no lo constituye en este fin del verano el desencanto de la mayoría de los mexicanos por sus promesas de campaña incumplidas, la oposición abierta de diversas organizaciones populares ante las medidas antipopulares que está imponiendo, o el descontento de las bancadas de los partidos, incluyendo el suyo, por su incapacidad para negociar con ellos. El apanicamiento del guanajuatense tiene su origen en el hecho de que la prensa de Estados Unidos le ha hecho saber que tampoco ha cumplido a los intereses trasnacionales y que no tiene buenas cuentas que rendir a su cuate George W. Bush ni a las cúpúlas de los organismos financieros, las que le dirán que sí, que todo va muy bien, pero le seguirán haciendo "manita de porcino".
2. Los mexicanos están señalándole de manera cada vez más abierta que no está cumpliendo su mandato constitucional y que, lejos de buscar el bienestar de las mayorías, está lanzando una verdadera guerra económica en contra de éstas en nombre de las empresas privadas. En nueve meses ha logrado ser un presidente tan deplorable como Ernesto Zedillo, uno de los peores gobernantes priístas, pues se ha opuesto a un proceso real de transición política, niega sus derechos básicos lo mismo a los pueblos indios que a los trabajadores de la ciudad, y está fracasando en su manejo de la economía, ya que aumenta el desempleo y el crecimiento está siendo cero mientras se ahonda la descapitalización del campo, por lo que luego de fracasar su iniciativa de microcréditos no ve más tabla de salvación que elevar los impuestos y seguir entregando lo que resta de las riquezas básicas al capital trasnacional.
3. Los organismos financieros y la administración Bush le reprochan, a su vez, que su gobierno sea un caos, que los medios evidencien todos los días la ineptitud de sus colaboradores, que los mexicanos se burlen de su estilo personal para eludir sus responsabilidades y de su oratoria desquiciada y mentirosa, que el tráfico de influencias y los actos de corrupción sean más evidentes que en los regímenes priístas por la confusión entre lo privado y lo público, y que hasta los propios empresarios mexicanos estén descontentos. Pero sobre todo que no esté cumpliendo con eficacia, como hacían los tecnócratas priístas, en su tarea de proseguir el proceso de privatizaciones.
4. La contrarreforma constitucional en materia indígena podría ser entendida por el gobierno foxista como un primer "éxito" en materia de "desregulación", a pesar del nuevo conflicto social que está abriendo, pues, como están mostrando diversos estudios jurídicos, detrás de la cuestión del derecho a la diferencia no pueden esconderse los nuevos principios legales que se incluyeron para establecer la prerrogativa centralista del gobierno federal de imponer a su arbitrio programas sociales en las comunidades indígenas, sino para abrir aún más las vías legales al capital trasnacional.
5. Las primeras modificaciones constitucionales del foxismo, a pesar de que tuvieron la complicidad de los partidos, no pueden ocultar que son contra los pueblos indios y a favor de los intereses de la globalización neoliberal. ƑCómo podría justificar en su último libro Porfirio Muñoz Ledo, que tanto ha avalado a Fox, que ese proceso impuesto contra el pueblo sea sustento de "una transición democrática"?
6. El fracaso de Fox va a ser muy grande, aquí y allá, si sigue buscando gobernar por la propaganda mentirosa y pretende que en México va todo mejor que en los demás países del continente, que los índices de desempleo y de crecimiento son buenos, que en el campo las cosas están bien porque él es un hacendado, que ya dio cumplimiento a los acuerdos de San Andrés o que existe una democracia porque la comandancia zapatista pudo llegar a la capital, que hay acuerdos donde sólo hay desacuerdos.
7. El informe de Vicente Fox no va a tener, desde luego, sólo saldos negativos para quienes desde Washington lo siguen respaldando, y habría que ser justos a este respecto. La administración foxista ha logrado en estos meses no sólo proteger y brindar nuevos apoyos estatales a la oligarquía financiera e industrial que se enriqueció ilícitamente a lo largo del sexenio de Carlos Salinas (y de la gestión de George Bush padre) al asumir el control de las principales empresas del país y sirviendo, desde entonces, como caballito de Troya de las trasnacionales, sino que con la tesis de "no vamos a hacer una cacería de brujas", también está logrando asegurar la impunidad de los responsables de los crímenes de Estado de los últimos sexenios y, en especial, de la mafia salinista de la cual, a pesar suyo, ya forma parte.
8. El mayor éxito que Fox va a presentar en Washington no se debe a él, sino a los partidos políticos, que han proseguido gustosos su proceso de neoliberalización y ahora sólo tienen diferencias secundarias entre ellos y con el gobierno por sus cuotas de poder. Al iniciarse el nuevo siglo las condiciones están dadas para que, con el apoyo de los partidos, Fox y sus amigos puedan culminar la reorientación histórica iniciada por la tecnocracia priísta en los años ochenta, de la cual los foxistas son la última expresión, y tras una serie de reformas constitucionales y cambios de hecho puedan quedar en definitiva cancelados los derechos de la nación y de las comunidades sociales, y garantizados los intereses trasnacionales, cristalizando así, en nombre de la globalización, la reconversión del Estado surgido de la Revolución Mexicana al instaurarse el Estado plenamente neoliberal que demandan Alan Greenspan y George W. Bush, si es que lo permiten los mexicanos que no se sienten representados por los partidos, que son la inmensa mayoría.
9. La propaganda no lo puede todo, a pesar de lo que cree el foxismo, y Fox lleva también a Washington el abierto rechazo popular a sus políticas y una falta de consenso para seguir actuando en México como lo ha hecho en estos meses: como el hombre de confianza de los republicanos estadunidenses. El 58.7 por ciento de los mexicanos considera, según una encuesta, que Fox no ha cumplido (Proceso 1295), y no debería olvidarse, por lo mismo, cómo la Casa Blanca le retiró su apoyo en el pasado reciente a otros de sus "hombres de confianza", como Fujimori, por ejemplo.
10. No obstante, la imposición del nuevo proyecto de dominación no se ha consumado. El país va a vivir seis años cruciales y la incógnita para el poder es que no sabe, porque no puede entender, cómo va a responder la sociedad.