EN DEFENSA DE LA UNAM
Ruy Pérez Tamayo, profesor emérito de Medicina Experimental
Limitar la libertad de expresión universitaria, un paso a la dictadura
KARINA AVILES
El intento de desprestigiar a la Universidad Nacional refleja un "clima de agresión" en contra de la educación pública para restarle importancia y apoyar así el sistema privado. También es un ataque a la libertad de cátedra: "El pretender que se limite la libertad de expresión, de cátedra, porque hay ideas que son inconvenientes, que no deben difundirse por el bien de la sociedad, es el primer paso a la dictadura", afirma el profesor emérito Ruy Pérez Tamayo.
En el Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina, a cargo de Pérez Tamayo, el científico y profesor desde hace 53 años expone que las personas que pretenden defenderse a través de restringir la libertad de expresión lo único que muestran es que tienen "miedo a las ideas" que no coinciden con las propias.
"Restringir las lecturas en función de ciertas ideas preconcebidas es una forma de limitar la libertad que todo ser humano debe tener para informarse. Esto no se puede ni mencionar en relación con una universidad o con una institución educativa. Hacerlo refleja una traición al concepto de educación."
Especialista en patología, Pérez Tamayo es autor de 15 libros científicos y 24 ensayos históricos y de divulgación científica. Es miembro de El Colegio Nacional, de la Academia Mexicana de la Lengua, del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la UNAM, así como de otros organismos, y por sus contribuciones al área médica ha recibido el Premio Nacional de Ciencias, entre otros.
Pérez Tamayo sostiene una plática con La Jornada en la que establece sus consideraciones a raíz de la imputación que pretende señalar a la universidad como "semillero de guerrilleros", tomando como pretexto la detención de dos jóvenes estudiantes de la UNAM, presuntamente vinculados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP).
El amarillismo de los medios
Para el universitario, existen dos explicaciones acerca
de los ataques contra la universidad. La más inmediata tiene que
ver con "el amarillismo de los medios". Debido a que la UNAM tiene trascendencia
y proyección en la sociedad, a lo que en ella ocurre se le presta
mayor atención y mientras "más escandalosa pueda ser la noticia,
se transforma y se exagera con el objeto de mantener la atención,
el interés y vender más periódicos o tener mayor público
en los noticiarios de radio y televisión". Por esto, agrega, hay
"una parte importante de la noticia que tenemos que aprender a filtrar",
con el objeto de no dejarse engañar con aspectos que son "mera publicidad
del producto que se está vendiendo".
La otra explicación es que existe un "clima de
agresión en contra de la educación pública", lo cual
no es un problema exclusivo de México sino de diferentes países
del mundo que pretenden presentar la educación "como otro producto"
que debe obedecer las leyes del mercado.
Bajo ese concepto de las leyes del mercado, se dice: entre los sistemas de educación público y privado el que produce "mejor" ?aquí aclara que habla de la teoría? es el de paga. "Entonces, ¿qué se hace para apoyar al privado? Agredir al público, desprestigiarlo."
De manera que toda la propaganda en contra de la educación pública "es en realidad una cara de la moneda, la otra cara es el apoyo a la educación privada".
Lo que se busca con dicho descrédito es que al disminuir el interés oficial en la educación superior pública no parezca la agresión que en realidad es. "Al enemigo hay que desprestigiarlo para que cuando yo lo agreda no haya una reacción del público" en defensa de la institución, explica.
La consecuencia de esto "es restarle importancia a la universidad como una institución de valor nacional. Es una forma de decirle a la sociedad: ya ves, ni siquiera es tan importante, son una bola de guerrilleros. Vamos a no hacerles caso y ustedes hagan universidades privadas para que de esa manera se desarrolle mejor la sociedad".
Todo esto, expresa Pérez Tamayo, se inscribe en una política de adelgazamiento del Estado, de dejar fuera de las responsabilidades del Estado el máximo de actividades de tipo social y entregárselas a la iniciativa privada. Tal política triunfó en el conflicto de la guerra fría, pues el otro sistema, el de la sociedad planificada, centralizada, hoy "está de capa caída".
"El sistema totalitario socialista fracasó, era un socialismo absolutamente tergiversado, era una forma de ejercer la dictadura por un grupo burocrático que no hizo socialismo real, y es un hecho que desde el punto de vista político está en bancarrota."
Así que la reacción generada a partir de que dos muchachos estén inscritos en la UNAM y los acusen "de una acción terrorista" es simplemente un síntoma. "La enfermedad es la transformación de la sociedad, de una sociedad planificada, centralizada, a una completamente entregada a la iniciativa privada." Ese es el camino que lleva actualmente la estructura social y se llama de distintas maneras: neoliberalismo, globalización, etcétera.
La verdad y el conocimiento, nuestras armas para defender a la institución
Pero por otro lado, el ataque también es una agresión a uno de los principios fundamentales de la universidad: actuar como críticos de la sociedad. Esta función la tiene que ejercer porque de lo contrario desaparecería como universidad. "Dentro de estas críticas hay algunas que al gobierno no le gustan, hay otras que a la iniciativa privada tampoco le gustan, pero la universidad ¡no se puede quedar callada!" De otra manera se transformaría en una institución "confesional, cuando hay alguien que está vigilando lo que van a decir sus profesores, para que no se salgan de la regla".
El científico defiende una universidad en donde puedan caber todos, independientemente de que sus opiniones sean encontradas. "El pretender que se limite la libertad de expresión, de cátedra, porque hay ideas que son inconvenientes, que no deben difundirse por el bien de la sociedad, es el primer paso a la dictadura. ¿Quién define el bien de la sociedad? Yo, el dictador, el gobierno. Yo decido lo que está bien, ¡no señor!, la libertad es la capacidad para enfrentarse a la realidad y obtener de ella las conclusiones que a uno le parecen más razonables con lo observado, lo pensado."
Estar en contra de la libertad de cátedra es también ir en contra de la autonomía, y ésta no significa estar al margen de la ley. "Nadie ha dicho que como soy universitario no tengo que pagar impuestos o me voy a pasar los altos en mi coche."
Pérez Tamayo manifiesta que para defender a la UNAM se debe estar en una actitud de defensa permanente, "con los ojos bien abiertos y los oídos bien claros, a ver por dónde viene el siguiente golpe", y para esto se deben usar las armas que los universitarios tienen: la verdad, el conocimiento, la exposición de razones de manera clara, precisa, fundamentada y respetuosa. "Defender a la UNAM es defender a México".
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