VIERNES Ť 31 Ť AGOSTO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
POR MAS ESFUERZO que hicieron, no ganaron la máxima atención mediática de ayer los lunamieleros de apellidos Fox y López Obrador, pues la noticia fuerte del día fue la reaparición escénica del dirigente de los antros capitalinos, Ismael Rivera, quien hizo extraordinarios esfuerzos actorales para tratar de hacer creer que verdaderamente lo habían secuestrado, y que la responsabilidad de tan ruin maniobra recaía en una poderosa y malvada mujer de enigmáticas iniciales D. P.
EL DUELO DE carteleras no resistía comparación. Llamativa y bien montada era la circunstancial historia de civilidad política desarrollada en el patio del Palacio del Ayuntamiento de la capital del país. Tan extraordinario ejemplo de convivencia (cohabitación, se le llama en otras latitudes) entre jefes de bandos tradicionalmente enconados, se produjo a 48 horas de que el Presidente de la República sea confrontado por sus opositores en San Lázaro, y a unas semanas de que el pacto secreto Fox-Madrazo le hubiera impedido a López Obrador, en su propia tierra natal, hacerse de otra pieza mayor del ajedrez político nacional. (Un flirteo anterior se había dado en el caso del proyecto de mejoramiento del Centro Histórico, con Carlos Slim como aval que ahora firma con la mano izquierda.)
LA TREGUA ENTRE los dos gobernantes había permitido, semanas atrás, aminorar y luego cancelar los mutuos agravios verbales profundos. Ahora se había convertido en un contenidamente afable cruzamiento de firmas para proteger a los capitalinos de la creciente delincuencia, cuya responsabilidad principal ya no habría de ubicar Andrés Manuel en La Banda de Los Pinos. El sábado, en el Informe presidencial, el pacto Marlboro-Pejelagarto será un telón de fondo que recordará que, por encima de los apasionamientos partidistas vociferantes, hay arreglos políticos en curso que podrían darle a la nación algo de la tan necesaria estabilidad que la montaña rusa del foxismo no ha conseguido. El colaboracionismo de las franjas que en estos momentos aparecen dominantes en PRD y PRI -las de los tabasqueños López Obrador y Madrazo-, podrían ser el flotador que le permita a Fox encarar los retos políticos del segundo tramo de su carrera sexenal.
TODAS ESAS ESPECULACIONES enredadas habrían de ceder paso, ayer, a una realidad visual y argumentalmente más impactante: la vuelta al foro del representante de los giros negros capitalinos.
EL EPISODIO PROTAGONIZADO por Ismael Rivera conjuntaba, por lo demás, los mejores elementos narrativos de otros libretos que en su momento ganaron fama, pero que igualmente quedaron convenientemente perdidos en las neblinas. La impronta de Roberto Madrazo estaba presente: éste había estelarizado, a mitad del zedillismo, un nunca esclarecido secuestro para evitar probanzas judiciales que le eran indeseadas; el líder de bares y demás instituciones pías habría sido impedido por sus captores de presentar las pruebas que decía tener contra la delegada Padierna y que ahora, šoh, desgracia!, se habrían perdido irremediablemente. Otro antecedente memorable es el de Lily Téllez, la conductora de noticieros de Televisión Azteca, a quien habrían pretendido asaltar o asesinar a unos metros de las cámaras y micrófonos de la propia estación del Ajusco, a los que recurriría en inmediata exclusiva aquella noche sospechosa; el empresario de nocturnidades coronaría su liberación peliculesca frente a Televisa Santa Fe, pidiendo por teléfono un helicóptero de esta empresa para que le rescataran y, bueno, de paso, lo entrevistaran en exclusiva. Otro hombre de películas, el todavía presidente municipal de Tultitlán, también se dijo víctima en meses anteriores de un presunto atentado que, cuando menos, le permitió zafarse un poco de los escándalos en los que vivía metido por esas fechas. Pero, así como la espectacularidad del caso del presunto autosecuestro le arrebató fuerza al hecho notable del segundo encuentro simbólico entre Fox y López Obrador, así parecen nublarse también los puntos de referencia para apreciar el tamaño de la lucha que contra los grandes tiburones del negocio de la diversión nocturna se ha dado en la delegación Cuauhtémoc. La personalidad de Dolores Padierna, y las conocidas prácticas clientelares de la corriente a la que pertenece al interior del PRD, hacen que se le regatee legitimidad al enfrentamiento habido contra las bandas de los giros negros.
ALGUNOS LECTORES CUYOS textos parecen sinceros (y no producto de esas cadenas de envíos cibernéticos que luego organizan las fuerzas foxistas para atosigar a quienes critican a su jefe máximo) reclamaron al digitador de esta tecla-dance los comentarios en los que se advierte de la campaña criminal que los dueños del gran negocio del destrampe han enderezado contra la polémica Padierna. La aparición del multicitado Ismael Rivera, su historia, las supuestas referencias de los presuntos secuestradores a una "jefa", el montaje que ayer quedó a la vista de todos, tal vez ayude a evidenciar que, más allá de los factores de personalidad de Padierna, y de los ribetes reprobables de la corriente partidista a la que pertenece, la reacción de los capos de la noche es proporcional a los callos que se han ido pisando (al menos eso cree este tecleador que, como siempre, se declara sinceramente abierto a toda probanza contraria a lo que hoy percibe).
PERO, DADO QUE mañana habrá Informe presidencial, este columnista desea cerrar la semana con estas citas provenientes de un empresario regiomontano de elite, un connotado panista y un estratégico funcionario federal. Estas palabras le evitarán al columnista repetir por su cuenta lo que un día sí y otro también ha escrito:
EUGENIO CLARIOND REYES, presidente del grupo IMSA: "Necesitamos un presidente popular, no populista, que sólo quiere quedar bien con todos, pero al final queda mal con la mayoría. (...) En lugar de hacerlo chiquito, el gobierno se ha ido haciendo grande. Entonces, el presidente Fox, a pesar de que es colega licenciado en administración de empresas, le ha fallado esto..."
CARLOS MEDINA PLASCENCIA, ex gobernador de Guanajuato y actual senador, ha señalado que el gobierno federal no tiene agenda clara ni operadores políticos adecuados. Además, "lo que percibo es que el actual gobierno ni siquiera va a poder alcanzar a ser un gobierno de transición, porque para ello se requiere que los diferentes actores acepten la alternancia".
Y, FINALMENTE, EL mercadólogo de cabecera del presidente, Francisco Ortiz Ortiz, quien ocupa actualmente la cartera dejada por Martha de Fox, en entrevista con Katia D'Artigues: "(...) La expectativa de la gente, en mi casa, de mis familiares, es que ya todo cambie, que sea rápido. Te responsabilizan de todo. ƑPor qué van a subir los impuestos? ƑPor qué no han hecho esto? ƑPor qué sigue la delincuencia? ƑPor qué zutanito o fulanito en este puesto, si yo lo conozco y es muy transa? Te responsabilizan de todo. De repente ya no puedes ver a tus cuates, porque te van a recriminar (...)"
Y, AHORA SI, amigochos y amigochas, šFeliz Informe presidencial sabatino y feliz triunfo dominical de México en Jamaica! Aquí nos encontraremos el lunes próximo.
Ť Fax: 55 45 04 73 Ť [email protected]