JUEVES Ť 30 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Director escénico de Macbeth, montaje con la Compañía Nacional de Opera
La tradición es el gran enemigo a vencer en el género operístico, señala Sergio Vela
Ť Funciones a partir del próximo jueves en Bellas Artes y, en octubre irá al Cervantino
ANGEL VARGAS
Con el montaje de Macbeth, Sergio Vela reafirma una certidumbre: ''El gran enemigo a vencer en la ópera es la tradición, porque ésta lleva claramente a reiterar errores, manierismos y convenciones que anquilosan al género".
Esta obra de Giussepe Verdi, basada en el drama homónimo de William Shakespeare, es el título que ofrecerá la Compañía Nacional de Opera, el penúltimo de su temporada 2001. Las funciones tendrán como escenario el Palacio de Bellas Artes, del 6 al 13 de septiembre, y el Festival Internacional Cervantino, en octubre.
Vela sostiene que la forma de hacer ópera de nuestro tiempo debe partir de la reinterpretación, es decir, de ofrecer una relectura contemporánea de la obra original, que contribuya a destacar el valor permanente de su drama y su partitura.
''No hago puestas de escena naturalistas y menos cuando se trata de ópera -define-. No entiendo el naturalismo escénico, prefiero la abstracción, la estilización, la intemporalidad y algo que suele denominarse como minimalismo, aunque el término no me gusta mucho. Me parece más elocuente tener pocos elementos escénicos, pocos gestos y pocos pasos, pero cada uno con significación y valores específicos."
El director escénico y músico resalta que Macbeth mantiene la línea de sus montajes anteriores:
''Trato de tener una aproximación a una especie de antigüedad ambigua, porque la ambigüedad es parte esencial de mi trabajo escénico. Esto, porque no intento conducir al público hacia una sola interpretación, sino a los elementos esenciales del drama y que cada quien complete con su apreciación la escena y la obra en su conjunto."
Subraya que no obstante que su propuesta escénica está apegada fielmente al drama shakesperiano, en ningún momento vulnera el libreto que Francesco Maria Piave realizó para la obra de Verdi.
Y así, indica, sobre el escenario puede advertirse de manera nítida el proceso de un hombre esencialmente bueno que, influido por otros y debido también a un defecto de su propia naturaleza, sucumbe a la ambición y llega al asesinato.
El mensaje de la obra es una crítica al poder, al enorme riesgo que puede entrañar en el espíritu humano y a la ambición desmedida, aclara, pero también a que el destino de los hombres ya no está sólo en manos sobrenaturales, como en las tragedias griegas, sino en las de sí mismos.
Historia camerística, íntima y tétrica
Vela apunta que todos los elementos de su montaje están diseñados para ''hacer de Macbeth una historia camerística, íntima y bastante tétrica", y con ello acercarse lo más posible al carácter moral de la obra.
''Hay momentos en los que el personaje Macbeth me despierta enorme simpatía, cuando es una víctima de sí mismo y de su debilidad ante el poder; pero hay otros en que es profundamente inmoral y me parece muy repulsivo. Lady Macbeth es quizá un personaje más claro, es una mala profesional, capaz de no sentir nunca remordimientos, sino temor de ser descubierta."
De la parte musical, el director concertador del montaje, José Areán, subraya que el discurso fluye de manera potente y directa: ''Verdi, como hombre de teatro, fue un gran admirador de Shakespeare. En esta ópera, la primera en que se aproxima al dramaturgo inglés, lo que quiso hacer fue realmente sustraer lo esencial del drama y ponerlo sobre la escena de tal modo que la partitura fuera digna del drama original.
''En una de las cartas al libretista (Francesco Maria Piave) le pide brevedad y que sea esencial, para poder hacer así una música que subraye los elementos básicos de la obra. Se planteó como meta mínima que su partitura fuera, si no genial, sí por lo menos inusual. Y lo logró, la orquestación que hizo nunca se había escuchado en él."
Areán resalta que en esta obra por vez primera Verdi se libró del formalismo del bel canto y concibió formas musicales que siguen el texto dramático, con lo cual se adelantó a su tiempo:
''Perfiló de alguna manera el aspecto wagneriano en el cual la música no se define como una serie de contrastes estrictamente de sonido, sino que está tan casada con el texto que la forma musical queda determinada a través de éste."
Macbeth, bajo las direcciones escénica y orquestal de Sergio Vela y José Areán, respectivamente, tiene en sus roles principales a Genaro Sulvarán (Macbeth), Janice Baird (Lady Macbeth), Mikhail Svetlov (Banquo), Rolando Villazón (Macduff) y Dante Lorenzo Alcalá (Malcom), y cuenta con la participación de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes.