JUEVES Ť 30 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Llegaron "a morir en las calles" para que el gobierno entienda lo que padecen, afirman
En Managua, 800 campesinos que exigen ayuda por la crisis cafetalera
Ť Treinta mil productores enfrentan deudas por 116 millones de dólares; éxodo de fincas y desempleo
Ť El presidente Arnoldo Alemán minimiza la situación y dice que la crisis económica no es tan grave
AFP, DPA Y REUTERS
Managua, 29 de agosto. "Tomamos la decisión de venir a morir en la calle para que se den cuenta lo que padecemos", dijo este miércoles Bertha Mora, uno de los líderes campesinos que emprendieron una marcha de más de 173 kilómetros hasta es-ta capital para demandar al gobierno trabajo y alimentos ante la grave crisis que padece el sector cafetero y agrícola del país.
Cerca de 800 campesinos nicaragüenses llegaron hoy a Managua, y forman parte de un grupo de 2 mil trabajadores agrícolas que desde hace semanas se en-cuentran sin empleo y alimentos a causa de la sequía y por la paralización de la producción de café en las montañas del norte.
Los labriegos, con rostros demacrados y los pies lastimados por la caminata, se concentraron en un parque cercano a la casa de gobierno en Managua, para "demostrar que hay hambre" y buscan trabajo para conseguir alimentos.
"Nos quedaremos aquí hasta tener respuesta del presidente Ar-noldo Alemán", advirtió el agricultor Félix Amador, quien llegó desde una aldea montañosa cargando una improvisada carpa de plástico que instaló en el parque para albergar de la lluvia a sus hi-jos descalzos y semidesnutridos.
"Queremos pedirle al cardenal Miguel Obando y Bravo que in-terceda por nosotros ante el go-bierno para que nos dé trabajo", dijo la campesina Bertha Moras, quien agregó que la situación de hambruna que padecen no puede esperar al nuevo gobierno que de-berá instalarse en enero tras las elecciones del 4 de noviembre.
Mora y otros de sus compañeros pidieron a los políticos y al go-bierno no politizar su situación y que busquen pronto una salida al problema, que se desató por una prolongada sequía y el cierre de fincas cafetaleras ante los bajos precios internacionales del grano.
Mora, una lideresa del movimiento de protesta, aseguró que ante la grave situación de desempleo y hambre, por la que -según ella- han muerto más de 16 niños y adultos, "tomamos la decisión de venir a morir en la calle para que se den cuenta lo que padecemos".
La niñez, en grave peligro
Los campesinos exigen a las au-toridades tierras para trabajar, créditos, semillas, insumos y, lo más urgente, alimentos y medicinas pa-ra los niños, en su mayoría desnutridos y expuestos a enfermedades contagiosas producto del hambre y el hacinamiento.
Sin embargo, a pesar de las protestas el presidente Alemán minimizó el asunto e indicó que la crisis no es grave, ya que existe suficiente producción de maíz y frijoles a nivel nacional.
La difícil situación en el norte de Nicaragua se inició en febrero cuando las haciendas de café despidieron a los jornaleros debido a la insolvencia económica para mantener la actividad agrícola del presente ciclo 2001-2002.
Desde esa fecha miles de obreros desempleados, sin techo y sin alimentos han emigrado hacia los centros urbanos realizando plantones en los caminos y carreteras en busca de solidaridad para su causa, hasta llegar a Managua donde, se-gún ellos, esperan encontrar una respuesta definitiva a su problema.
El café, principal rubro de ex-portación de Nicaragua, registró ventas por 169 millones de dólares en el año 2000, pero la crisis del sector ha provocado el abandono de fincas y el desempleo pa-ra miles de campesinos.
Más de 30 mil productores de café enfrentan una crisis financiera por deudas de 116 millones de dólares, y se quejan de la apatía de las autoridades para lograr refinanciamientos que posibiliten el cuidado de los cultivos.
Los productores aseguran que la falta de fondos les impide contratar trabajadores en las fincas para cuidar los cultivos y que la falta de atención a los mismos provocó ya la pérdida de 600 mil sacos de 46 kilos de la cosecha 2001-2002.
El presidente de la Unión Nicaragüense de Cafetaleros, Amílcar Navarro, dijo a Reuters, que la co-secha podría alcanzar un millón 200 mil sacos si los productores logran financiamiento.
Por lo pronto, organizaciones no gubernamentales decretaron "es-tado de emergencia" en los lugares afectados por la sequía para atender los reclamos de cientos de campesinos hambrientos.
Según el Programa Mundial de Alimentos, más de 150 mil nicaragüenses necesitan de asistencia alimentaria debido a la crisis del café en el norte del país, la sequía en la región occidental y las inundaciones ocurridas en el norte del Caribe nicaragüense.
Por su parte, en un comunicado de prensa el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) pidió al gobierno ejecutar un plan que incluya políticas económicas y sociales para revertir la situación de vulnerabilidad de las fa-milias afectadas por el hambre.
Según el Cenidh, se debe ayudar a esas poblaciones con programas de transferencia de tierra y recursos para promover el trabajo por cuenta propia, así como con proyectos de empleo y asistencia alimentaria a los sectores más empobrecidos del campo.
Graves problemas en Honduras
Otro punto en Centroamérica don-de la sequía también ha causado estragos es en Honduras, en cuya región sur los cultivos de maíz, frijol y maicillo se perdieron y parte de la población está viviendo, en su gran mayoría, de los alimentos que han sido provistos por organismos internacionales y el gobierno.
Según analistas, las lluvias llegaron tardíamente a esta región, limítrofe con Nicaragua y El Salvador, lo que afectó a 14 de los 18 departamentos hondureños, situación que agravó la crónica pobreza e inseguridad alimentaria que enfrenta 80 por ciento de los 6.5 millones de habitantes.
La asistencia alimentaria no ha llegado aún a La Concepción, una aldea que tiene 42 viviendas construidas en su mayoría de adobe.
"Mi familia y yo hemos estado comiendo tortilla con sal y frutas, mangos y algunos tubérculos. Ahora estamos esperando que esta cosecha pegue y tengamos maíz y frijoles", dijo Pedro Aguilera a Reuters en La Concepción.
Estados Unidos y otros países donantes, así como el gobierno hondureño y organismos como el Programa Mundial de Alimentos, y la Cruz Roja, atienden las necesidades alimenticias de al menos 300 mil personas, dijo Juan Bendeck, el estatal comisionado permanente de contingencias.