JUEVES Ť 30 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť En Washington no se ha logrado consenso en este rubro

El tema migratorio, expectativa mayor en el encuentro Fox-Bush

Ť Podría anunciarse un nuevo marco bilateral Ť Asesores de la Casa Blanca recomiendan no comprometerse a nada: especialista

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 29 de agosto. A una semana de que los presidentes de México y Estados Unidos se entrevisten una vez más, la expectativa mayor es el anuncio de un nuevo marco bilateral para el tema migratorio. En ese contexto, el gobierno de George W. Bush aún no logra un consenso interno sobre los detalles y principios fundamentales de su propuesta.

bush_mariachi_a7b''Exactamente una semana antes de la reunión de los presidentes tenemos muy poco sobre el paquete o en papel... ahora todos estarán muy ocupados (intentando redactar alguna posición). Esta es una receta para la inercia... El resultado podría ser más sobre procedimientos que sustancia'', advirtió Demetrios G. Papademetriou, reconocido experto en política migratoria.

''Ahora es demasiado tarde para que ellos (la Casa Blanca) formulen un marco real, pero si la energía se desvanece, si lo único que resulta de todo esto son ruidos amortiguados y afirmaciones del compromiso para trabajar más, el ímpetu para avanzar podría perderse'', indicó.

Funcionarios de nivel medio ''no han terminado su tarea''

Aunque enfatizó que la voluntad política para promover una reforma comprensiva de la política migratoria existe al más alto nivel del gobierno estadunidense, Papademetriou -funcionario para asuntos migratorios durante el gobierno de Bush padre- señaló que los funcionarios de nivel medio en la Casa Blanca y de los departamentos de Estado, de Justicia y de Trabajo, encargados de preparar las recomendaciones finales para la reunión, no han logrado un consenso interno ni han finalizado sus tareas. ''No están donde debe-rían estar después de seis meses de negociaciones sobre este asunto'', señaló.

Esto es un problema muy serio. Los preparativos para las visitas de Estado se realizan con meses de anticipación, incluyendo detalles minúsculos como quién estará parado junto a quién, y una revisión de traducciones de documentos y declaraciones conjuntas. Pero en este caso, según el experto, hay mucho desacuerdo dentro de las burocracias del gobierno de Bush, incluso entre las capas medias de la propia Casa Blanca.

''El gobierno estadunidense necesita que se le recuerde de qué se trata esto: cambiar el statu quo'', comentó Papademetriou -copresidente del Instituto de Políticas Migratorias (Migration Policy Institute, o MPI)- en entrevista con La Jornada, recordatorio que, insinuó, le corresponde hacer al gobierno mexicano. Las capas medias de la burocracia del gobierno de Bush ''están confundidas sobre qué tan bilateral es esto; cuánto quid requiere un buen acuerdo.''

Varios funcionarios estadunidenses y otros analistas han sugerido que la falta -hasta ahora- de una propuesta de política migratoria coherente es resultado, en parte, de que algunos asesores y altos funcionarios del gobierno de Bush -así como algunos de sus aliados en el Poder Legislativo- no están dispuestos a aceptar los costos políticos de promover un acuerdo migratorio amplio con México. Estos asesores están proponiendo que, en lugar de eso, Bush debería limitarse a hacer declaraciones generales sobre migración sin comprometerse a nada muy detallado. En efecto, aconsejan usar la visita de Vicente Fox más como una oportunidad para la foto, que sin duda ayudará a los republicanos frente al electorado latino.

Pero Papademetriou está convencido que el presidente estadunidense y su gente más cercana están comprometidos a promover una reforma sustantiva de la política migratoria bilateral, sólo que la burocracia está obstaculizando este esfuerzo.

Argumenta que ni Bush ni Fox pueden concluir la visita de Estado -la próxima semana en esta capital- sin presentar avances concretos de este asunto, aunque sean sólo principios claros y fechas concretas para llegar a un acuerdo bilateral.

''Bush estaría invitando a los demócratas a tomar la ofensiva contra él en la política migratoria'', explicó Papademetriou, quien señaló que sería el mejor resultado para los demócratas. Si el jefe de la Casa Blanca fracasa en anunciar cambios concretos y sustanciales, los demócratas podrán afirmar que el presidente es débil o que no desea cumplir con sus promesas al electorado latino del país.

Pero el analista también advierte de los peligros políticos para el presidente mexicano. ''Fox ha hecho promesas tanto a los mexicanos en México como a los mexicanos y mexicano-estadunidenses. Eso ha creado una serie de expectativas de que las circunstancias de los mexicanos que viven en las sombras aquí van a cambiar de una manera real, y de que en dos o tres años habrá la posibilidad de una migración segura, legal y ordenada.''

Por lo tanto, el experto dice que, mínimo, ambos mandatarios tienen que poder anunciar un marco claro para las negociaciones, que incluya tanto la posibilidad de un mecanismo de legalización para un número sustancial de indocumentados, como un nuevo programa de trabajadores temporales que no sufra los mismos problemas de este tipo de esfuerzos en el pasado.

Pero, según el especialista, todo depende ahora del liderazgo y la audacia política de George W. Bush y de Vicente Fox Quesada. Para ellos, comentó, ''esto será el campeonato de box de peso completo'' de sus aún incipientes presidencias.