MIERCOLES Ť 29 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Ponente en el simposio de filosofía de la UNAM
Propone Villoro un conocimiento ligado a fines valiosos y realizables
ARTURO JIMENEZ
El filósofo Luis Villoro propuso a la comunidad intelectual la posibilidad de asumir una ''concepción del conocimiento" práctica, apegada a la realidad, que genere ''fines valiosos" posibles de ser realizados y que den un sentido a la acción del hombre en el mundo.
Con su reflexión, Villoro genera una concepción del conocimiento alternativa al ''escepticismo", el cual a su vez se opone al "dogmatismo" de diversos sistemas de creencias.
El dogmático, en síntesis, plantea la existencia de una verdad o conocimiento irrefutable y única, mientras que el escéptico niega la posibilidad de esa verdad o creencia irrevocable y, por tanto, de un conocimiento indiscutible y totalizador.
Durante el Simposio Internacional de Filosofía en la UNAM, cuyo tema es el escepticismo, la argentina Cristina di Gregori incluso señaló que los planteamientos de Villoro quizá sean la primera alternativa en lengua hispana a la vieja confrontación escepticismo-dogmatismo, la cual viene desde la antigüedad griega.
Di Gregori leyó el texto Reflexiones sobre las alternativas al escepticismo: el diálogo entre Luis Villoro y Ezequiel de Olaso, en el que de manera crítica abordó las coincidencias entre los filósofos mexicano y argentino.
En su ponencia Por un concepto de conocimiento alternativo al escepticismo, Villoro retomó planteamientos de su libro Creer, saber, conocer, en el que propone una ''alternativa teórica de la duda universal".
''El escepticismo universal y el dogmatismo -dijo Villoro- comparten el mismo supuesto: entienden por 'conocimiento' lo que resiste a un ámbito ilimitado de razones que pudieran revocarlo."
Pero anota que en la vida cotidiana hay un sentido de ''conocimiento operativo" que lleva a una concepción de conocimiento distinta al escepticismo y al dogmatismo. En su propuesta el conocimiento no implica certeza o verdad, pero sí ''una garantía racional para su pretensión de verdad".
Para Villoro, la función del saber es que la acción sea eficaz y cumpla los fines que la especie humana se propone, mientras que el escepticismo es como una ''antesala de la serenidad y la libertad interior".
De este modo, concluye, ''el concepto que tengamos del conocimiento responde a motivaciones vitales", a unos los conduce al ''desprendimiento" de la realidad y a otros les asegura que su acción en el mundo no será en vano.