MIERCOLES Ť 29 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Aún hay temor por los paramilitares, aseguran
Retornaron 333 indígenas desplazados de Chenalhó
Ť Paso importante para la reconciliación: Pablo Salazar
ELIO HENRIQUEZ Y JUAN BALBOA CORRESPONSALES
Taxjemel, Chis., 28 de agosto. Convencidos de que hoy comenzó "un nuevo amanecer", a pesar de que todavía "hay miedo y temor por la existencia de paramilitares", 333 indígenas de Chenalhó que durante casi cuatro años permanecieron desplazados retornaron este martes a sus comunidades de origen, sin que se registrara incidente alguno.
En el último tramo de tres kilómetros el grupo fue acompañado a pie por el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía y funcionarios de su gabinete; el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, además de observadores nacionales e internacionales y cientos de personas del equipo de apoyo dispuesto por el gobierno del estado para garantizar la seguridad de la caravana, conformada por unas 2 mil personas en total.
En la colonia Puebla, último punto del trayecto, Salazar Mendiguchía dijo, en referencia a la masacre de Acteal en 1997 y a otros hechos de violencia registrados en el municipio de Chenalhó, que "a nadie le pedimos olvidar lo que pasó, pues si nos olvidamos corremos el riesgo de volver a cometer el mismo error".
El mandatario convocó: "Mantengamos fresca la memoria pero no para agudizar el sentido de venganza en nosotros, sino para que no volvamos a vivir estas páginas horribles y negras que hemos tenido que padecer en la historia de Chiapas". Sostuvo que el regreso de los desarraigados es un paso muy importante para la reconciliación de las comunidades de Chenalhó, uno de los municipios más militarizados en la entidad.
En Yaxjemel, Arizmendi exhortó a los desplazados y a los habitantes priístas que viven en la comunidad a "no convertir en infierno ni en campo de batallas este paraíso". Habló de la necesidad de estar unidos y de que "los corazones todavía violentos se transformen en fraternos".
El regreso de las 62 familias comenzó con una oración en el campamento de X'oyep. A las 7 horas, con la bandera mexicana y un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, tomaron sus pocas pertenencias e iniciaron el camino a pie por el camino lodoso de tres kilómetros, hasta llegar al crucero de Yabteclum, donde los esperaban microbuses para transportar a 117 niños y seis ancianos, así como otros vehículos para llevar su menaje. Para entonces, más de mil indígenas de varias comunidades se les habían unido para acompañarlos.
Camino hacia un nuevo amanecer
A las 9 horas empezó el recorrido desde Yabteclum. A la orilla de la carretera, familias priístas se asomaban por sus ventanas para ver pasar el convoy. "Están escondidos porque tienen coraje y rencor porque ellos corrieron a nuestros compañeros", comentó Antonio Vázquez, dirigente de la organización civil Las Abejas.
Al mediodía arribaron al barrio de Chuchtic, primer punto del camino, donde se hizo una oración. Luego siguieron hasta el centro de esta comunidad, enfrente de cuya ermita oficiaron una misa el obispo Arizmendi Esquivel y los sacerdotes Joel Padrón, Pedro Arriaga, Carmelo Vázquez, entre otros. En este lugar el gobernador chiapaneco hizo acto de presencia acompañado por los secretarios de Gobierno, Emilio Zebadúa, y de Pueblos Indígenas, Porfirio Encino; el coordinador de asesores, César Chávez, y el director del CNCA, el poeta Oscar Oliva.
Ahí mismo, la organización Las Abejas afirmó que comenzó "un nuevo amanecer" dentro de esa agrupación, aunque "todavía no se ve completamente la luz del día, porque aún no se ha hecho justicia plena y no se ha aprobado la ley de la Cocopa, porque en el camino de la paz no se ven avances".
Antonio Vázquez, aseveró que las 62 familias decidieron retornar "arriesgando la vida, pero es justo tomar lo que son nuestros derechos". Dijo que aún no se hace justicia por la masacre de Acteal, y subrayó: "Nuestra organización ha denunciado abiertamente las injusticias que sembraron el rencor, el odio y la venganza, para que entre nosotros como pueblos indígenas perdamos nuestra sabiduría, nuestra inteligencia sobre el bienestar de nuestra familia y de nuestra comunidad, y lograron sus objetivo de dividirnos".
Sin embargo, enfatizó, hoy se realiza el retorno de indígenas que han venido a "tomar de nuevo lo que habíamos perdido, lo que habíamos abandonado por cuestiones políticas, por no estar de acuerdo en sus planteamientos y exigencias, por no coincidir en las cooperaciones para la compra de armas y municiones de los grupos paramilitares que operan en nuestras comunidades de origen".
Después de la celebración religiosa que duró más de una hora, la caravana, encabezada por Pablo Salazar, reinició el camino a pie por la terracería hasta la colonia Pueblo, último punto del recorrido. El mandatario aseguró a los retornados que "no quedan solos, el gobierno del estado estará pendiente de sus necesidades y de su seguridad".
Afirmó que con las bases zapatistas ahora refugiadas en Polhó, municipio de Chenalhó, no se ha entablado negociación para un eventual retorno, porque "no tenemos interlocución, y así como mostramos respeto por la decisión de Las Abejas de regresar, también lo hacemos por aquellos que deciden resistir. No vamos a violentar la decisión de la gente, pues perder la paciencia es perder la paz".
Antonio Vázquez aseguró que permanecen desplazados mil 944 indígenas de Chenalhó, pertenecientes a Las Abejas, además de las bases de apoyo del EZLN, los cuales se encuentran refugiados en Polhó, sede del concejo autónomo.