Lunes en la Ciencia, 27 de agosto del 2001



 

Nueva sala permanente en el Museo de Ciencia Universum

La tecnología satelital

Patricia Vega

Muchas personas utilizan Internet para consultar páginas web y enviar correos electrónicos; otras ven en la televisión competencias deportivas en vivo, como la reciente en la que la velocista mexicana Ana Gabriela Guevara ganó la medalla de bronce en los 400 metros; es cada vez mayor el número de personas que cuenta con teléfonos celulares; muchos estudiantes toman cursos bajo el sistema de educación a distancia o, en otros casos, las personas reciben información sobre las condiciones climáticas y meteorológicas, y muchos vehículos robados son recuperados mediante el uso de señales específicas. Sin embargo, son muy pocas las personas que conocen cómo, gracias al desarrollo de la tecnología satelital, se lleva a cabo la trasmisión de esas señales.satelite

"Es una realidad el hecho de que la tecnología satelital ya está totalmente integrada a nuestra vida diaria; ahora lo que hace falta es explicarla, entenderla y saber cómo funciona" señala la bióloga Verónica Bunge, jefa de la nueva sala Tecnología Satelital del Museo de las Ciencias Universum, que será inaugurada hoy a las 19:00 horas y que, a partir de mañana martes, abre sus puertas al público para ofrecer al visitante un panorama sobre cómo son y funcionan los satélites, cómo se fabrican y se ponen en órbita, quiénes los manejan, para qué sirven, etcétera; lo que nos interesa es, resume, trasmitir el conocimiento de todo lo que está detrás de la tecnología satelital.

Asimismo, Bunge indica que esta nueva sala es totalmente patrocinada por la empresa Satélites Mexicanos SA de CV (Satmex) y que al estar dividida en diversas secciones se puede ver claramente la participación que empresas como Global Star, la propia Satmex y Boeing tienen en la tecnología satelital en México.

(Por cierto, la apertura de la sala coincide con la actual polémica sobre la apertura satelital, es decir, el otorgamiento de títulos de concesión de explotación de señales de satélites extranjeros en territorio nacional, considerada como "inequitativa" por Satmex. Lo cierto es que la trasmisión de señales vía satélite involucra un negocio de millones y millones de dólares).

Pregunta obligada: la participación mexicana en la tecnología satelital

Salvo una breve mención en el cronograma en el que, a manera de introducción a la sala de tecnología satelital, nos resume los logros más sobresalientes en la materia, no hay alusiones a la participación de la UNAM en el desarrollo de esta tecnología en nuestro país. De los 9 mil satélites que aproximadamente existen en la actualidad orbitando alrededor de la tierra, sólo tres pertenecen a México y ninguno de ellos fue construido en nuestro país. De ahí que insistamos en preguntar sobre la posibilidad de avanzar, en México, en la producción de nuestros propios satélites para no depender tecnológicamente del extranjero.

Responde Verónica Bunge: "El Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial (Puide) se inició en 1990 y funcionó hasta 1997. Lo que pretendía era tener nuestra propia tecnología para la construcción de satélites, no depender de otros países. Hubo muy poco presupuesto, se destinaron en total unos 400 mil dólares a lo largo de seis años de investigaciones en cuyo costo se incluyó la construcción de los satélites UNAMSAT 1 y UNAMSAT B".

"Después cuando sube Barnés a la rectoría se vuelve a considerar si realmente México debe invertir en una tecnología tan cara como lo es la satelital. En este terreno hay una gran diferencia de opiniones, mucha gente opina que sí hay que invertir y que además el proyecto no había salido muy caro, pero el hecho es que el programa se canceló y fue una gran tristeza porque todo el equipo que se había armado durante seis años en el Puide se desperdigó y algunos especialistas se fueron a otros países donde fueron bien recibidos y están trabajando ahora en tecnología satelital; otros se dispersaron entre el Centro de Instrumentos, la Facultad de Física y distintos institutos de la misma UNAM. Fueron seis años de capacitación que, con la cancelación del programa, se perdieron".

Pero esto ya es harina de otro costal. Esa otra historia la narró detalladamente la reportera Mirna Servín, en un amplio reportaje que, bajo et título El reto de la tecnología satelital, se publicó en esta misma sección (Lunes en la Ciencia número 156, del 26 de diciembre de 2000).


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