Lunes en la Ciencia, 27 de agosto del 2001
Algún día la humanidad estará preparada para este milagro científico ƑClonar o no clonar? Antonio R. Cabral Los gemelos asombran. Son tan iguales que hasta sus mamás los confunden. Lo que alguna vez fue una sola célula, en el vientre materno se transformó en dos seres humanos iguales, por dentro y por fuera. Su estructura genética es la misma, comparten todos sus genes, más que con sus padres, primos o hermanos. Si uno de ellos necesitara un órgano, su gemelo sería e La prohibición de la clonación de humanos por el Congreso de EU y el fastuoso anuncio de que el doctor Severino Antinori próximamente intentará clonar 200 personas para resolver la esterilidad de igual número de parejas, hacen del tema noticia de ocho columnas. La técnica que utilizará el ginecólogo italiano será la misma que hace algunos años popularizó Ian Wilmut cuando clonó a la oveja Dolly. Esto es, extraerá el núcleo de una célula adulta, la introducirá en un óvulo sin él y colocará la resultante en el útero de una mujer. Simple: la clonación como técnica no es ningún reto. Sin embargo, hay todavía muchas interrogantes alrededor de ella y sus consecuencias son aún desconocidas. Por ejemplo, para que Dolly naciera sus padres de laboratorio lo intentaron más de 200 veces, porque algunas tentativas resultaron en ovejas defectuosas o en productos incompatibles con la vida. Hay también un efecto potencial que es preocupante: el núcleo del donador tiene memoria cronológica; por ello, no se tiene la certeza de que la técnica regrese el reloj a cero, como sucede, por ejemplo, con la reproducción de plantas por esquejes. Estos hechos vislumbran algunos de los dilemas éticos que debe plantear y resolver la sociedad antes de que se abra la primera fábrica de seres humanos "por pedido": ƑCrearemos seres humanos a priori a pesar de que tal vez nacerán con una esperanza de vida más corta que la de su donador? ƑDeberá limitarse la edad de los donadores de núcleos? ƑCuál es la máxima? ƑY la mínima? ƑTenemos derecho sobre los órganos de un nonato? ƑQuién asumirá la responsabilidad de los defectos congénitos y de sus consecuencias? Si el diagnóstico de alguna malformación se hace hasta el nacimiento Ƒseguirá siendo un clon deseado puesto que la pareja moderna demanda un "bebé perfecto"? El párrafo inicial toca algunos de los objetivos de la clonación de seres humanos: la donación de órganos y el tratamiento de la esterilidad. Este último es el objetivo del doctor Panayiotis Michael Zavos, colega de Antinori. Para promover la clonación utiliza el siguiente argumento: "La infertilidad es una enfermedad (sic) que alcanza ya proporciones epidémicas en el mundo desarrollado". Errores conceptuales aparte, el panorama no puede ser más actual, pues el hombre moderno, dice Pascal Bruckner, es incapaz de resignarse a la propia suerte desde que renunció al sufrimiento y se convirtió en un idólatra de lo posible. Los lemas del hombre de hoy podrían ser "si se puede se debe", "durar aun sin vivir", "clonar para engañar a la muerte". Si atendemos a la clonación de humanos como cualquier problema científico, deberemos decir, a pesar de Antinori y Zavos, que hoy su aplicación no es posible porque no ha sido estudiada aún con el rigor metodológico requerido; por ejemplo, para garantizar que la técnica sea confiable, reproducible y segura. Este quizá sea un asunto ante el que la ciencia y la sociedad están frente a un verdadero impasse.
Los problemas que la clonación de humanos tratará de resolver tienen otras alternativas. Por ejemplo, la intensificación de las campañas de donación altruista de órganos y en un futuro la generación de órganos completos a partir de células embrionarias. La fertilización in vitro, la microcirugía, la adopción y la renuncia razonada son algunas posibilidades para solucionar la esterilidad. Por su profunda ignorancia, la ciencia no está aún preparada para clonar humanos, aunque como quedó dicho, quizá nunca llegue a estarlo. Hasta ahora, la ciencia y tecnología han caminado más rápido que la ética, y los científicos se han escudado tras el argumento de que el conocimiento generado por ellos es éticamente neutro. El tema de la clonación de humanos tiene tal dimensión que esta vez amerita que la ética se adelante a la ciencia y a los científicos ávidos de candilejas, fama y gloria.
El autor es investigador del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán
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