LUNES Ť 27 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Atiende centro de la PGJDF de 70 a 90 personas con el problema al mes: Escobar
Buscan prevenir delitos derivados de adicciones
Ť La cocaína es el estupefaciente que más se consume, por arriba de la mariguana, señala
SUSANA GONZALEZ G.
Familias enteras, en las cuales alguno de sus integrantes ya tiene problemas de drogadicción, son atendidas en el Centro de Atención a las Adicciones y Riesgos Victimales (Cariva) de la PGJDF, que sin ser propiamente una institución médica recibe en promedio de 70 a 90 personas por mes para prevenir que el consumo de estupefacientes derive en la comisión de delitos en el seno familiar y al mismo tiempo poner a salvo a los menores de edad expuestos en ese entorno.
Adriana Escobar Bustamante, directora de Cariva, aseguró en entrevista que la institución pone especial atención a los "adolescentes experimentadores" que sin ser adictos pueden sentirse tentados a probar las drogas, por lo que se les invita a participar en terapias y talleres impartidos ahí a fin de que sepan identificar la problemática y adopten actitudes asertivas para marcar límites y no caer en la adicción siguiendo el ejemplo de sus parientes.
Entre todos los casos atendidos en Cariva, la cocaína es la droga que más prevalece, incluso muy por encima de la mariguana, pues de cada diez casos siete se relacionan con el primer estupefaciente, señaló Escobar Bustamante al explicar que la asesoría que brinda el centro a los capitalinos es tanto sicológica como jurídica.
La funcionaria manifestó que la institución recibe a familias completas una vez que algunos de sus integrantes solicitan ayuda de manera voluntaria o son canalizados a través de alguna de las áreas de auxilio a víctimas de la procuraduría del DF, una vez que perciben que los problemas de drogadicción en el hogar pueden derivar en delitos como robo, violencia familiar o acoso sexual.
Si bien Escobar Bustamante aclaró que el adicto es en muchos de los casos el más renuente a acudir a las terapias que ahí se brindan, se recomienda que el resto de los parientes continúen en ellas para marcar límites en torno a la actuación de los familiares adictos. Al respecto precisó que la institución, localizada en Doctor Carmona y Valle 54, colonia Doctores, atiende a cuatro grupos diferentes: los consumidores, los consumidores experimentales, los familiares codependientes y los menores en riesgo.
El trabajo de Cariva va enfocado a la prevención, toda vez que, según reconoce su directora, puede darse un comportamiento delictivo en el seno del hogar: "puede haber desde sustracción de artículos hasta lo que pueda considerarse propiamente un robo, como llevarse una chequera y un automóvil. No es común que se registre porque cada caso es distinto, pero esto forma parte de las características de comportamiento de los consumidores, ya que al buscar una nueva dosis y no tener recursos económicos para obtenerla, incurre en estas conductas."
Los consumidores pueden volverse también violentos con la familia y protagonizar incluso agresiones sexuales. En cálculos personales, la directora de Cariva considera que es elevado el número de casos de robo que se presentan, ya que ocurren 45 a 50 por ciento en las familias atendidas, mientras que un porcentaje similar se refiere a agresiones físicas.
En lo que concierne a los casos de agresiones sexuales, dijo que probablemente se den dos por cada diez, aunque acotó que si bien "el consumidor muchas veces tiende a abusar generalmente de los menores, no llega propiamente a la violación y muchas veces este abuso queda en tocamientos y exhibicionismo". De ahí que la institución incorpore a sus terapias y talleres de prevención a los menores de edad para que identifiquen el uso y abuso de las drogas. En tal sentido, alertó que se ha detectado que "las adolescentes experimentadoras" han ido en ascenso, pues se presentan con una frecuencia más elevada cada vez.
Del total de casos de consumidores, 80 por ciento está conformado por hombres y el resto por mujeres, y en ambos casos la mayoría comenzó a consumir o probar droga entre los 8 y 12 años; sin embargo, el consumidor se ubica entre los 23 y 50 años.
Manifestó que entre los adolescentes la mayoría refiere que la primera vez que probaron la droga fue en el círculo de amigos y "generalmente los que llegan aquí ya dejaron de estudiar o van mal en la escuela. Además provienen de un ambiente disfuncional que puede ser familiar o comunitario. El mayor número proviene de la delegación Iztapalapa porque por alguna razón en esa demarcación hay condiciones que favorecen este tipo de situaciones".