LUNES Ť 27 Ť AGOSTO Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Nuevo estatus al DF
Ť Los actores del cambio
PARA ANTES de que termine el año las reformas al artículo 122 constitucional concluirán una larga lucha por hacer del Distrito Federal una entidad con plenos derechos y también llevarán a un final muy civilizado los acuerdos entre Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador, es decir, entre PAN y PRD.
PARA EL gobierno de Fox este acuerdo, con el que se vencen años y años de resistencia priísta, será de la mayor importancia porque quizá sea muy poco, tal vez lo único concreto, lo que en materia de política pueda presumir.
LOS CAMBIOS a la legislación quedarán insertos, como quiera que se vea, en el ejercicio gubernamental de López Obrador y será este gobernante quien culmine los años de trabajo y demandas de la izquierda.
EN ESTE sentido no será Fox quien se cuelgue los triunfos, cuando menos no solo; tampoco lo podrá hacer López Obrador, quien ha sido apoyado y alentado por su equipo legislativo y, aunque no se crea, también por el PRD-DF, donde se han revisado uno a uno los escenarios posibles respecto de los cambios que darán un nueva cara a la capital del país.
TANTO ARMANDO Quintero como Carlos Imaz, quienes efectuaron el trabajo de ingeniería política de este acuerdo que lleva discutiéndose varios meses, tendrán ahora que poner en blanco y negro cada uno de los convenios verbales establecidos hasta ahora.
LA FIGURA del estado 32, como se había proyectado alguna vez, quedó en el olvido, y hasta el momento no se sabe con exactitud cómo o de qué manera podría denominarse a la capital del país a partir de las reformas.
Y ES allí, en darle la forma legal necesaria, donde la intervención priísta será significativa, porque como partido mayoritario en la Cámara de Diputados pondrá los límites a estas reformas con las que, por lo pronto, está de acuerdo.
PARA EL PRI los cambios al 122 deben ir acompañados de la creación de un cabildo en el que la presencia de la oposición, además de la que pudiera obtener mediante votos en la Asamblea, sea significativa, aunque en ningún momento, según advierten los acuerdos, podría convertirse en un lastre para quien fuera el gobernante.
SE TRATA de crear un órgano colegiado o como se le quiera llamar, el cual con la visión de los partidos de oposición aconseje y acuerde con el jefe de Gobierno y de esa manera volver viables muchos de los proyectos de gobierno que se atoran en la Asamblea.
EL PRI lleva la voz cantante en el diseño de las estructuras para poder dar vida a este nuevo órgano, pero la pregunta implícita está en el trabajo de los asambleístas, porque todo hace suponer que serán los miembros del cabildo quienes se convertirán en el cerebro de las fracciones partidistas.
ES DECIR, siempre que se llegue a un acuerdo entre el órgano y la jefatura de Gobierno, las decisiones bajarán a la Asamblea ya amarradas y los coordinadores partidistas poco o nada tendrán que decir al respecto. Hasta cierto punto la Asamblea se convertiría en un organismo inútil.
UN TANTO de esa labor ya se ha apreciado en los acuerdos que el gobierno ha logrado con el PRI y que llegan perfectamente bien armados hasta la ALDF, donde la discusión posterior se vuelve innecesaria.
EN ESTE contexto el PAN capitalino está prácticamente fuera de la jugada. Ninguno de sus representantes, el presidente del comité regional, José Luis Luege, o Patricia Garduño, coordinadora en la ALDF, han sido requeridos para elaborar el proyecto.
LA PRESENCIA de Francisco José Paoli Bolio en las discusiones se debe al interés de Fox y se supone que del PAN nacional, pero por alguna razón los políticos del comité estatal fueron descartados. Todo parece indicar que la postura de algunos legisladores azules que acusan y señalan al gobierno actual sin mayores bases hizo imposible su inclusión en los acuerdos.
LO MISMO sucedió en el PRD nacional. Carlos Imaz, Armando Quintero y Martí Batres, aunque este último en menor grado, participaron en las reuniones que dieron como resultado los acuerdos anunciados por Paoli la semana pasada.
POR LO pronto, como se dijo arriba, el trabajo para definir, para establecer en una iniciativa los cambios al artículo 122 constitucional será la parte más interesante del asunto. Se dice que ya se tiene la liebre; será cuestión del cocinero saber cómo se logra el guiso.
Rumores
AUN NO sabemos con exactitud qué dijo Vicente Fox a los legisladores de su partido durante una reunión privada en el marco del encuentro panista efectuado en Puerto Vallarta, cuyos resultados se volvieron un rumor de ocho columnas y advierten, de ser ciertos, un clima parecido al de la guerra sucia de los años 70.
AL TERMINO de la citada junta los legisladores panistas filtraron cada cual su versión -hubo más de una decena- de lo que entendieron o lo que supusieron que trató de decir Fox respecto de la guerrilla en México.
TODAS LAS versiones coinciden en que habló de la existencia de 300 a 500 personas armadas, muy violentas, en toda la República, y de que por medio de métodos de "inteligencia" se les tendría localizadas.
OTRAS versiones aseguran que habló de la Universidad Nacional Autónoma de México y algunas otras instituciones como los lugares de origen de los grupos a los que se llamó "subversivos".
MAS VALE aclarar de inmediato lo que en verdad se dijo o se quiso decir, porque de lo contrario la confusión generará un clima de terror muy pocas veces visto en el país. Ninguna de las expresiones de Fox parece adecuada. Primero parece anunciar una cacería de quienes piensan de manera diferente a lo que él representa y después acusa a la UNAM, sin darse cuenta o sin querer darse cuenta de que lo que ataca es la libertad de cátedra, que a final de cuentas sería la creadora de un pensamiento contrario al neoliberalismo que él encabeza.
šQUE BARBARO!
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