Ť Reaccionan participantes en foro de la Asamblea a intento de albazo del panista Paoli
Logran primeros acuerdos actores de la reforma política del DF
Ť Se crearía un órgano colegiado o cabildo mayor, capaz de compartir con el Ejecutivo local las grandes decisiones de la ciudad Ť Plantean una amplia reforma de los órganos judiciales
GABRIELA ROMERO Y ELIA BALTAZAR
En el tema de la reforma política del Distrito Federal nadie quiere quedar fuera de la foto. Y quien se mueve pierde.
Por eso ayer todos los involucrados hicieron del foro
internacional sobre gobiernos metropolitanos la palestra de la reforma
política, luego del albazo del panista y representante del
gobierno federal en la materia, Francisco José Paoli Bolio, quien
se ganó el reproche del resto de los participantes en los trabajos
al adelantar acuerdos que aún no se "amarran" en el papel y poner
en riesgo las negociaciones al intentar hacer suya la primera voz de un
coro que de inmediato protestó. Porque en una oportunidad histórica,
debemos dejar de lado "cualquier tipo de protagonismo y celo", diría
después Ignacio Marván, asesor del gobierno capitalino.
De modo que si antes se trabajó "en la penumbra,
con discreción y lejos de los combates públicos", como lo
describió el secretario de Gobierno, José Francisco Ortiz
Pinchetti, ahora hubo que abrir el escenario para todos los interesados,
en un apresurado cambio de estrategia a que obligó Paoli "por avorazado",
como se escuchó en los corrillos. Porque ya habían hablado
PAN, GDF y PRD. Sólo faltaba el PRI.
Había, pues, que aplacar la discordia que despertó Paoli y llevar al escenario al tricolor en la persona de la legisladora María de los Angeles Moreno, quien subió al presídium de último momento para dar su opinión sobre los trabajos.
De esta forma todos los involucrados tomaron el escenario para explicar el rumbo de la reforma política y exponer públicamente acuerdos generales, como la creación de la figura de un órgano colegiado, una suerte de cabildo mayor capaz de compartir con el Ejecutivo local las grandes decisiones de la ciudad.
"Este podría ser el factor más innovador en la reforma planteada para la ciudad", aseguró María de los Angeles Moreno. Y en ese sentido Ortiz Pinchetti anunció: "Se perfila un Ejecutivo fuerte, pero legitimado y compensado con un órgano colegiado, consejo central o cabildo mayor, que garantice que no entrarán en conflicto con el jefe de Gobierno y que lo apoyarán en tareas indispensables para lograr un buen gobierno".
La idea, sin embargo, no pareció convencer al consejero
presidente del Instituto Electoral del DF, Javier Santiago, quien cuestionó:
"Tengo mis dudas acerca de que un órgano colegiado sea la mejor
opción para una ciudad como ésta. Queremos acotar al Ejecutivo
mediante un cabildo y no creo que sea lo mejor, sobre todo cuando se cuenta
con una Asamblea Legislativa muy combativa".
El cabildo, consideró Santiago, "sería
un elemento que iría contra la gobernabilidad".
Pero los matices, en el fondo, no parecen enturbiar 10 meses de trabajos y acuerdos. Uno unánime: alcanzar la autonomía de régimen interno para el Distrito Federal y despojarlo de una vez por todas de su estado de excepción mediante la modificación del artículo 122 constitucional.
En palabras de Ortiz Pinchetti: "El reto de la reforma es lograr la mayor autonomía interna posible para la capital, aceptar el carácter atípico del DF y no intentar sujetarlo al viejo esquema de un territorio controlado por el Ejecutivo ni al modelo de un estado como los demás". Porque hoy "nos queda claro que no puede haber gobierno representativo sin autonomía en su régimen interior", agregó Marván.
Se tratará, pues, de una definición jurídica muy clara y particular, "pues en esta ciudad seguirán conviviendo los poderes federales y los órganos locales, con una definición muy clara de cómo serán sus relaciones, las cuales deberán seguir definidas en la Constitución y quizá en alguna ley específica que emita el Congreso para diferentes efectos", insistió la legisladora priísta.
Habrá que definir entonces, dijo Marván, el funcionamiento de los poderes federales para el resguardo de sus instituciones, para que funcione esta entidad como su sede, pero no para intervenir en el régimen interno de la misma.
Se tejen más consensos
En torno de este consenso se tejen otros acuerdos. Entre ellos la posibilidad de hacer del Tribunal de lo Contencioso Administrativo un órgano más del Poder Judicial, "para que el Ejecutivo tenga menos peso en los tribunales, lo cual implicaría una mayor autonomía y más eficiencia en la impartición de justicia", dijo María de los Angeles Moreno.
Marván también advirtió sobre los riesgos de restringir la reforma política a lo que llamó "nuestro imaginario constitucional", pues así "no vamos a superar uno de los problemas políticos quizá más graves que tiene esta ciudad: que a veces es víctima de la partidocracia y otras de la vecinocracia". En estos extremos, agregó, se obstruye el poder de decisión, por lo que es urgente lograr el equilibrio en la democracia participativa.
Ortiz Pinchetti expuso, en resumen: "Hay que tomar en cuenta que nuestra oportunidad es histórica, pues no se restringe a la creación de una ley suprema, llámese constitución o estatuto constitucional, sino a la elaboración de toda una estructura legal".
El objetivo es, agregó, lograr un acuerdo antes de que concluya septiembre, para que "en la ciudad se ponga fin a una serie de tutelas, ya debilitadas pero todavía presentes, del poder federal".