VIERNES Ť 24 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Leonardo García Tsao
El espíritu en la máquina
Más que una película, Final Fantasy: el espíritu en nosotros es un deslumbrante muestrario de los avances de la animación por computadora. Realizada por Hironobu Sakaguchi, creador del juego de video homónimo, esta aventura espacial de tonos místico-ecológicos sugiere el potencial incalculable de una tecnología que se perfecciona día con día. (Por contraste, la animación tradicional en ese mismo tenor de ciencia-ficción -Titán A.E., por ejemplo- se ve tan rupestre como Los Picapiedra.)
Desconozco el juego de video pero me imagino es algo más sencillo que la confusa trama sobre cómo la científica Aki Ross es apoyada por un grupo de soldados denominado Ojos Profundos para salvar la Tierra de una aparente invasión de alienígenas fantasmales; al estar también infectada por esos espectros, ella misma es vista con suspicacia por el general Hein, un militar dispuesto a usar el destructivo rayo Zeus para acabar con la amenaza.
El argumento es lo de menos. En cuanto los diálogos empezaron a referirse a elementos "bioetéreos" y al concepto de que la Tierra posee un espíritu llamado Gea, un servidor se desconectó de esa especie de panteísmo futurista para concentrarse en el aspecto visual. Hay algo fascinante en su realismo virtual que le da a varias escenas la impresión de ser acción viva. Todo lo que es paisaje, escenografía, decorado... vaya, los objetos inertes se ven reales; sin embargo, ese verismo aún depende de la oscuridad. Prácticamente todo Final Fantasy transcurre en penumbra o bajo una luz crepuscular (como los efectos digitales de Titanic y Gladiador).
Los seres humanos son otra cosa. Aunque Aki Ross da el gatazo a primera vista, a la larga se siente como la versión Microsoft de Bridget Fonda (mientras el galán parece Ben Affleck con esteroides). Hay cierta tiesura en los movimientos de los personajes -los miembros de mi generación recordarán la teleserie Thunderbirds- y sus gestos faciales son tan acentuados que las "actuaciones" son dignas de una vieja película "B". Lo más llamativo es el cabello de la protagonista, que se mueve y ondula como en un comercial de shampoo (bastante complicado debe de ser ese proceso, pues los demás personajes llevan el pelo en casquete corto y/o engominado).
En su parte climática Final Fantasy no se detiene demasiado en explicar conceptos como el octavo espíritu y aprovecha los momentos de acción heroica -evocadores de Aliens: el regreso (Cameron, 1986)- para desplegar un espectáculo visual de coloridas explosiones, monstruos traslúcidos y ataques mortales que revelan el color azul del alma humana. En esas instancias la cinta pertenece a la categoría de 2001: odisea del espacio y El submarino amarillo, es decir, imprescindible para cinéfilos pachecos. (No es que yo quiera fomentar el uso de sustancias ilegales, pero...).
Por otro lado, Final Fantasy ha iniciado un fenómeno de dimensiones orwellianas. Refrendando el viejo temor de la cienciaficción acerca del remplazo del hombre por la máquina, ahora se habla de un futuro en que el cine pueda prescindir de los actores. Por lo pronto, Aki Ross es la superestrella de la nueva tecnología. En el último mes ha decorado tantas portadas de revistas como Julia Roberts, hay websites dedicados a ella y existen planes de manejar su carrera como la de cualquier otra figura hollywoodense, con las ventajas de que no cobra, no envejece, es incapaz de adquirir vicios de diva y está disponible con el pulsar de un teclado.
Las posibilidades, reitero, son incalculables. Es previsible que pronto a alguien se le ocurra usar la animación digital para ampliar la filmografía de mitos como James Dean o Marilyn Monroe, una vez resuelto el problema de los derechos de imagen. Ahora, si tan sólo los cineastas usaran sus computadoras para escribir mejores guiones...
FINAL FANTASY: EL ESPIRITU EN NOSOTROS
(Final Fantasy: The Spirits Within)
D: Hironobu Sakaguchi, Monotori Sakakibara/ G: Al Reinart, Jeff Vintar, basado en un argumento de Hironobu Sakaguchi/ F. En C: Monotori Sakakibara/ M: Elliot Goldenthal/ Diseño de producción: Mauro Borelli/ Ed: Christopher S. Capp/ Con las voces de: Ming Na, Alec Baldwin, Ving Rhames, Peri Gilpin, Donald Sutherland, James Woods/ P: Chris Lee Productions, Square Co. Japón-Estados Unidos, 2001.