JUEVES Ť 23 Ť AGOSTO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Los libros y el IVA

Ť El show presidencial

 CON ESTE nuevo y democrático gobierno neoliberal las sorpresas o los horrores no terminan. El martes pasado, como en el circo priísta de no hace muchos años, gobierno e intelectuales (no todos) montaron un show apenas creíble para quitarle la penalización del IVA a los libros.

LOS CREDULOS aplaudieron a rabiar. Vicente Fox había hecho caso a los reclamos de Carlos Fuentes y sin mayor resistencia se rajaba de su intención de gravar los libros con el terrible 15 por ciento que aún pende sobre otros productos, como las medicinas.

QUE BUENO, por fin se evitó la tragedia; lo malo es saber que la gente de menos recursos, esos impedidos para comprar libros, deberán pagar para alimentarse, para aliviar sus males y hasta para transportarse.

Y QUE grandes diferencias estableció la Presidencia de la República al aparentar que el solo reclamo de Fuentes logró el milagro, porque si la memoria aún no traiciona, todos debemos recordar que no hace mucho un grupo de intelectuales se manifestó contra la medida sin que su petición fuera escuchada.

MAS AUN, el primero de mayo, el día dedicado a los trabajadores, el mismo Fox sensible y comprensivo que escuchó el lamento de Fuentes fue testigo de las protestas de los obreros.

EN UNA reunión en el Museo de Antropología, que fue a lo que se redujo la marcha de los trabajadores del primero de mayo, Vicente Fox, primero entre dientes y luego frente a los micrófonos, impuso su jerarquía y dio un no rotundo a la exigencia de los sindicalistas.

HABIA CARTELES y gritos, la gente quería que Fox escuchara bien claro que no están de acuerdo con el nuevo impuesto. Las imágenes y el audio de aquella reunión iban y venían en los diferentes espacios noticiosos de la televisión y la radio, y todos, o casi todos, fuimos testigos de los gestos y las palabras negativas de Fox para los sindicalizados.

NO CREA usted que en tres o cuatro meses Fox cambió. Es el mismo, el que asegura que la economía no está en recesión y pretende aumentar el impuesto. El mismo de las tepocatas y los atorones, el mismo que quería "hoy, hoy" un debate que visto al tiempo sólo sirvió para engañar a muchos entusiasmados con la mentira.

QUE BUENO que no se pagará IVA en los libros, porque es una industria necesitada de todos los apoyos. La necesidad de llevar lectura a la población es una urgencia impostergable y aunque esta medida no será la fórmula para lograrlo, por lo menos los libreros no podrán quejarse.

SI SE miran las cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana se puede observar qué tan grande es el problema. En 1999 todos los libreros del país editaron 18 mil 97 títulos, de los cuales sacaron 115 millones 426 mil 429 ejemplares.

DE ESE total la industria logró vender, entre buenos, malos y muy malos, unos cien mil ejemplares menos de los que produjeron; esto sin contar que muchos de ellos son libros obligatorios, es decir, el gusto por la lectura es muy poco.

Y ES que es necesario hacer las diferencias. La venta de los libros de texto representa casi la mitad de todos los que se venden en el país. La cifra anda por los 46 millones, y si a éstos se les agregan los llamados científicos y tecnológicos, que en una buena cantidad se deben comprar para el cumplimiento de los deberes de las graduaciones de mayor jerarquía, las cosas se ven más difíciles. De este tipo de libros se venden 22 millones y medio de ejemplares.

LOS LIBROS catalogados como de información general, donde se encuentran los ensayos, las novelas y muchos más, tienen una demanda que rebasa un poco los 40 millones, menos de la mitad de la población nacional, y en último lugar está la venta de libros religiosos, que casi alcanza los 6 millones.

COMO PUEDE observarse la industria debe de estar en crisis, tanto o más que la salud de una buena parte de la población, casi igual que el hambre de millones de mexicanos, pero ni los campesinos ni los obreros pueden hacer arreglos ni crear escenarios para hacer figurar a Fox como el mandatario sensible y comprensivo.

NI MODO, los demás nos jodemos.

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